Especial terror y suspenso: cuatro películas asiáticas entre la violencia y la poética

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Los géneros de suspenso y terror (en especial este último) muchas veces son exprimidos desde sus componentes visuales, dejando sus tramas en la superficie. Así, captan espectadores por una oferta explícita y con poca profundidad narrativa. En este especial de cine de terror y suspenso, se analizarán proyectos que exploran en lo profundo ya sea por interrelacionar el terror con otros géneros y  darle una nueva entidad o por aprovechar el terror con una cinematografía innovadora y memorable. Estas 4 películas asiáticas traen una nueva perspectiva a lo conocido como thrillers.



 1 – Audition, de Takashi Miike: la habilidad de mezclar géneros

Antes de que este hit del género se adentre en sus últimos 50 minutos, que componen la secuencia más terrorífica posible, la trama se desenvuelve durante una primera hora como un atrapante drama familiar. Y ahí reside, quizás, la verdadera genialidad de Miike: la mezcla de géneros, la trama profunda que se desenvuelve previa a la violencia y la cual genera que lx espectadorx esté profundamente involucradx cuando se desata el terror.

Audition empieza con una tragedia mostrada mediante una escena implacable: una mujer angelical, que muere en la cama de un hospital, retratada con un lente nublado y tonos de blanco, que hacen confundir el espacio entre el cielo y el infierno. A su lado, su esposo Shigeharu, se despide de su amada, sabiendo que pierde todo.

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La historia comienza, verdaderamente, luego de esos 7 años vividos con angustia y soledad. Shigeharu, ya un hombre en la mitad de su vida, lleva largo tiempo viudo y vive con su hijo adolescente. La aflicción de una crianza solitaria y la alta demanda en su trabajo parecen mantener al protagonista en una avalancha de agotamiento constante: su vida carece de sentido desde la muerte de su esposa.

Audition empieza con una tragedia mostrada mediante una escena implacable: una mujer angelical, que muere en la cama de un hospital, retratada con un lente nublado y tonos de blanco, que hacen confundir el espacio entre el cielo y el infierno. A su lado, su esposo Shigeharu, se despide de su amada, sabiendo que pierde todo.

Todo cambia una noche, cuando tras su larga jornada laboral y muchos vasos de whisky, Shigeharu acepta la idea de su mejor amigo: hacer una audición, pretendiendo buscar actriz para una película, pero en verdad buscan a la indicada para una próxima cita. Como si no fuera una idea lo suficientemente perversa, los hombres exponen a las chicas, que se presentan buscando trabajo, a las preguntas más íntimas y las impulsan a desvestirse frente a cámara. Luego de muchas horas de búsqueda e incontables actrices maltratadas, ambos parecen estar a punto de darse por vencidos, cuando algo llama la atención del protagonista.

Asami, una joven con cara de ángel que, mediante imágenes entrecortadas y recuerdos entrecruzados, transportan la mente de Shigeharu (y la de lxs espectadorxs) a la cara de su difunta esposa. Y ese era todo el casting que él necesitaba para encontrar a la elegida. Una chica joven con aspecto angelical y una sonrisa perturbadora. Una bolsa se mueve con algo, o alguien vivo adentro; se retuerce en el departamento de Asami mientras ella espera el llamado de su, ahora, futuro esposo. Y así, con esa cortísima escena, el tren fantasma comienza su recorrido.

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Un viaje onírico que recuerda al cine de David Lynch, no solo por su oscuridad, sino por los cortes abruptos, las imágenes delirantes y algunos personajes un tanto fantásticos. Pero esta última mitad de la película se adentra en un terror propiamente dicho que Lynch no experimenta. Una mezcla maestra entre El juego del miedo (pero con un componente mucho más perverso) y Escupiré sobre tu tumba, cargada con escenas de tortura.

Violenta con la precisión exacta para no ser bizarra y ser puramente escalofriante, Audition es quizás la película más terrorífica del cine japonés.

El vínculo que se puede establecer con Escupiré sobre tu tumba es que Audition también es, y sobre todo en esta macabra segunda parte, la historia de una mujer que busca vengarse. No solo de Shigeharu, sino de un trauma pasado que permite entender (en parte) su nivel de violencia y su sed de tortura.

Asami es un personaje típico del cine de terror: se presenta como una criatura celestial y bellísima, una cara perfecta enmarcada con un cabello negro y lacio, vestida con ropas blancas. Una estética que esconde, pero al mismo tiempo deja muy en evidencia, su aura maligna. Violenta con la precisión exacta para no ser bizarra y ser puramente escalofriante, Audition es quizás la película más terrorífica del cine japonés.

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2 – Parasite, de Bong Joon ho, thriller y crítica social

Continuar hablando de la obra de Bong Joon ho parece ser insostenible. ¿Hay algo más, algo nuevo, para decir sobre Parasite? Quizás no, pero es imposible dejarla fuera de la categoría “terror y suspenso asiático” cuando, en pocos meses, se volvió una obra maestra del género, reconocida y premiada por la industria de Hollywood.

Una familia empobrecida en Corea del Sur vive en el sótano de una calle sucia. Mientras comen lo que pudieron encontrar, amontonados alrededor de su pequeñísima mesa, el padre (Song Kang ho) mata abruptamente un bicho, un parásito, que intentaba robarse algo del poco alimento conseguido. Quizás la metáfora más explícita de la trama está ahí, en ese corto segundo en el que uno de los protagonistas mata sin pensar, con todas sus fuerzas, al ser que buscaba robarles lo que era suyo.

Tras una seguidilla de planes macabros, ideados principalmente por la hija (Park So dam), los cuatro personajes principales logran adentrarse con identidades falsas, como empleados de los Parks, en la enorme casa. Todo esto sucede antes de que se desate el horror.

En la otra punta, en un barrio rico de Corea del Sur, una familia muy adinerada, los Parks, necesitan un tutor de inglés para su hija adolescente. Así es como uno de los protagonistas (Choi Woo shik), hijo de la “familia pobre”, consigue meterse en la lejana mansión. Este es solo el comienzo. Tras una seguidilla de planes macabros, ideados principalmente por la hija (Park So dam), los cuatro personajes principales logran adentrarse con identidades falsas, como empleados de los Parks, en la enorme casa. Todo esto sucede antes de que se desate el horror.

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Los recorridos, o tours, con movimiento de cámara lentos, que se ocupan de remarcar cada detalle de la vivienda moderna, son la mejor forma de Bong Hoon jo para mostrar las desigualdades de su propio país. En la misma ciudad, dos familias con la misma cantidad de habitantes, viven dos realidades paralelas: un sótano sin ventilación y una mansión construida con enormes ventanales de vidrio.

Parasite es una clara lucha de clases, con un explícito objetivo: mostrar la injusticia y la desigualdad presente en Corea del Sur

Al igual que en Audition, el terror se desata en la segunda mitad del film y, también como en la anterior película analizada, la trama previa a la explosión es tan intrigante como las escenas de violencia cruda. Pero la violencia cruda llega, sí, con un estilo muy apegado al de Tarantino, bastante más bizarro que en Audition y quizás menos escalofriante. Pero la secuencia de miedo también se desata sorpresiva, y violentamente, y se extiende hasta el final de Parasite.

Tanto la obra de Boo Hoon jo, como la obra de Takashi Miike, pueden ser analizadas con una lupa profunda. Parasite es una clara lucha de clases, con un explícito objetivo, además de convertirse en una obra maestra del cine ganadora de dos premios Oscars: mostrar la injusticia y la desigualdad presente en Corea del Sur, país de origen del director. Audition, bastante escondida tras la máscara de un terror más “clásico”, también tiene una crítica a la sociedad, porque su asesina no es más que una víctima de violencia machista, buscando venganza.

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3) Park Chan wook: 2×1 en suspenso. Oldboy y The Handmaiden

a – The Handmaiden

The handmaiden logra el cruce perfecto entre la delicadeza del cine asiático y la espectacularidad del cine hollywoodense, algo que podría pensarse de Parasite también, pero en este proyecto se juega de otra forma. En el film de Bong Joon ho, la increíble dirección plasmada en la cinematografía se junta con una narratividad un tanto cliché. Si hay algo en lo que Hollywood es experto, es en dramas sobre injusticia social, aunque (a diferencia de Parasite) no siempre bien llevados a cabo.

Algo parecido pasa en The Handmaiden, ya que el componente visual y el signo directorial de Park Chan wook son indiscutibles protagonistas del film. Con escenarios cambiantes que van desde bosques inmensos, castillos antiguos, sótanos siniestros, hasta series de imágenes y secuencias eróticas que parecen pinturas con años de trabajo. La gran diferencia con Parasite reside, entonces, en la narrativa del film.

The handmaiden logra el cruce perfecto entre la delicadeza del cine asiático y la espectacularidad del cine hollywoodense, algo que podría pensarse de Parasite también, pero en este proyecto se juega de otra forma.

Tres protagonistas, tres partes de una misma historia, con tres perspectivas diferentes. La trama es tan retorcida y diferente en todos sus episodios que cualquier comentario puede ser un spoiler. Lo maravilloso de The Handmaiden es que, dentro de la perversión muy presente en todo el film, hay oculto un género novelesco, casi melodramático, y una historia de amor puramente conmovedora, digna del cine japonés y para nada cliché. Al contrario, la película es innovadora desde todos los ángulos (y tiene muchos).

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El matrimonio entre un hombre y una mujer se ve amenazado por la presencia de una nueva criada, o el romance entre dos mujeres se ve amenazado por la presencia de un hombre opresor, o el plan perfecto para robar la fortuna de una doncella japonesa corre peligro porque el amor se mete en el medio. Las tres perspectivas conviven en un film de casi 3 horas y solo se sabe cuál es la verdadera historia, la perspectiva que triunfa, en el episodio del desenlace. 

Lo maravilloso de The Handmaiden es que, dentro de la perversión muy presente en todo el film, hay oculto un género novelesco, casi melodramático, y una historia de amor puramente conmovedora

El erotismo, totalmente hegemónico, hace de la obra de Park Chan wook algo mucho más que una película de suspenso y traición. The Handmaiden es una pintura de otro tiempo, un thriller atrapante, una historia de amor cargada de melancolía, otra obra maestra más del cine japonés.

b – Oldboy

Tras 15 años de encierro en un cubículo, un hombre despierta sin recordar cómo ni por qué fue capturado. Oldboy comienza con fuerza perturbadora: una secuencia inicial, en la que se muestran escenas de ese encierro agobiante, la falta de comida, la transformación corporal del protagonista y, finalmente, lo que parece ser un estado de locura insalvable.

Un cuarto cuadrado, con tan solo una televisión prendida constantemente. Aquel elemento, que podría ser entendido como una salvación, es en verdad un pequeño detalle que el director coloca para mostrar lo más cruel de la trama: ese hombre encerrado tiene contacto con el mundo, pero no puede salir a verlo, a tocarlo, a sentirlo. Tan solo puede verlo pasar a través de un monitor.

Aquella sensación de agobio y desesperación con la que empieza Oldboy, en el cubículo, permanece tanto para el personaje principal, envuelto en una búsqueda detectivesca, como para lx espectadorx que también se exaspera por las respuestas.

Esa situación se mantiene por 15 años y luego, el hombre es liberado. No escapa, lo liberan. Lo liberan y entonces él comienza ¿su búsqueda? ¿O una búsqueda plantada por los mismos que lo liberaron? ¿Son estos los mismos que lo encerraron? Aquella sensación de agobio y desesperación con la que empieza Oldboy, en el cubículo, permanece tanto para el personaje principal, envuelto en una búsqueda detectivesca, como para lx espectadorx que también se exaspera por las respuestas.

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La investigación comienza como una búsqueda de venganza. La plena incertidumbre del protagonista construye una trama típica del género thriller: el hombre que logra escapar de un encierro injusto necesita revancha. Pero, a medida que el film avanza, la narrativa se abre y las cosas parecen esclarecerse, más para lx espectadorx que para el personaje principal que aún funciona como marioneta de alguien más, incógnito.

La plena incertidumbre del protagonista construye una trama típica del género thriller: el hombre que logra escapar de un encierro injusto necesita revancha. Pero, a medida que el film avanza, la narrativa se abre y las cosas parecen esclarecerse

Todo parece estar calculado como un juego macabro que usa al protagonista de peón: su liberación o “escape”, las pistas que descubre en su intenso recorrido, las personas con las que lucha y aquél esperadísimo final, con un desenlace a la altura de la trama.


En síntesis – Crudeza y poesía: la verdadera entidad del género terror

El cine asiático, conocido por su crudeza y violencia, logra mezclarse también con su belleza y poética. Incluso las imágenes más perturbadoras encuentran una veta totalmente artística que las convierte, a cada una de ellas, en obras cinematográficas dignas de ser vistas aunque, por momentos, se torne arduo.

Cada una con un estilo propio, e incluso con marcadas diferencias dado que Audition pertenece a un clásico terror y las demás son thrillers, estos proyectos del cine oriental muestran la marca especial de sus directores.

Una marca que no se queda en la estética y la espectacularidad de sus producciones, sino también en sus tramas profundas y complejas, que le dan al género terror, muchas veces dejado a la deriva en la superficie y construido por imágenes sangrientas, la entidad que verdaderamente se merece.

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