Princesa del futuro pone en escena las enormes dificultades que supone atravesar una infancia diversa. Es la historia de una niña trans que —en un mundo hostil plagado de binarismos— deberá inventar su propio refugio de fantasías para experimentar esa transición. La sutil escritura de Paula Cancela, el compromiso interpretativo de Manuel Fanego, la música en vivo de Sebastián Furman y el hallazgo de un lenguaje tan innovador como sensible, hacen de esta puesta una cita obligada con el teatro. Podrá verse los domingos de octubre a las 16 h. en Xirgu Espacio UNTREF (Chacabuco 875).
Princesa del futuro es el resultado de un largo proceso de investigación llevado adelante por la dramaturga Paula Cancela y el actor Manuel Fanego, quienes trabajan juntos hace más de cuatro años. El punto de origen de este proyecto fue “Ensayo sobre el temor que me da ser una princesa”, un texto donde Cancela revisita los relatos clásicos de princesas para poner en tensión las construcciones sexo-genéricas binarias desde una perspectiva crítica feminista. Paralelamente al proceso de escritura, Manuel Fanego hizo sus propias indagaciones desde lo escénico: en esa búsqueda encarnó cinco versiones distintas de una “Cenicienta diversa” e interpretó a un personaje mítico de las tragedias griegas en clave travesti.
La obra se presentó como pieza corta en el Festival Porvenir del Centro Cultural Paco Urondo (UBA) y en Casa Brandon. Hoy llega (por primera vez en forma completa) al Xirgu Espacio UNTREF y en el marco de “Generación Xirgu”, un ciclo dedicado a difundir los materiales de nuevos autores jóvenes de la escena teatral porteña.
La pieza presenta a una chica trans como protagonista, y expone con sensible crudeza (permítasenos el oxímoron) los obstáculos que debe atravesar para conseguir la aceptación de la sociedad e incluso de su propia familia. En un mundo hostil donde para definir casi todas las cosas priman las miradas binaristas (hombre/mujer, blanco/negro, rico/pobre, derehca/izquierda), esta niña que nació con una genitalidad masculina pero no se auto-percibe como niño, encontrará bastantes escollos para ubicarse en unas estructuras sociales, familiares e institucionales que no logran definir su condición ni facilitan su integración. Frente a esas dificultades la niña decide volverse sobre sí misma y construir un refugio de fantasías con el poder de su imaginación.
La propuesta de Cancela/Fanego tiene varios puntos para destacar y aplaudir. Por un lado, la gran sensibilidad para contar una historia que vivieron (y viven cada día) tantas personas trans. Esta pieza, de hecho, está inspirada en la experiencia de Luana, la primera niña trans que logró cambiar el género de su DNI en Argentina. Se trata de un relato elaborado en un registro muy personal que desde la escritura, lo escénico y lo sonoro, combina recursos de estética futurista sobre la base de los cuentos tradicionales de hadas y princesas. La contraposición de esos dos mundos es otro elemento muy logrado: por un lado, ese “afuera hostil” donde la protagonista no encuentra demasiada comprensión; por otro, su pequeño “foro privado” en donde —como por arte de magia— todo es posible.
El puente que funciona como eje del diseño escenográfico quizás sea la mejor condensación de la permanente incertidumbre en la que viven las personas trans. Hoy lxs cis estamos (y aquí me permito la primera persona) en mejores condiciones de encontrar nuestro lugar en la sociedad porque el contexto lo facilita. Pero, ¿qué ocurre con lxs trans? ¿En qué lugar del puente deben ubicarse? Nada de esto tiene los matices tiernos de un cuento, y en muchos casos no hay perdices ni finales felices. Un dato duro que avala este argumento: en lo que va de 2018 murieron 15 personas trans a causa de asesinatos o enfermedades prevenibles agravadas por falta de tratamiento, y el promedio de esperanza de vida en Argentina ronda los 36 años (Fuente: TÉLAM).
Otro logro de la obra reside en la interpretación de Manuel Fanego. Él encarna a una chica que cautivará al público en los primeros minutos, deslizándose por los pasillos de la platea en patines, pidiendo que la quieran, ofertando un abrazo, contando su historia con el corazón en la mano. El trabajo vocal y corporal le permite ampliar los límites de las convenciones y hallar nuevos registros para componer el abanico de personajes que intervienen en el relato. La música en vivo de Sebastián Furman acompaña con sutileza o intensidad los climas de la obra y, finalmente, un atento trabajo del lenguaje (esto merecería un capítulo aparte): la propuesta se vale del lenguaje inclusivo, del acervo de palabras propio de los cuentos tradicionales y de una ingeniosa combinación con términos en inglés que aporta una valiosa cuota de humor.
Cancela y Fanego parten de las convenciones por todos conocidas (¿quién no escuchó en su infancia alguno de estos cuentos?) para ponerlas en cuestión. Ellos se reapropian de esa tradición, se atreven a darle una vuelta y logran crear un relato tan potente como innovador. ¡Vayan a ver Princesa del futuro!
