El asunto de lo remoto: una apuesta a la acción común

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Tres años después de su primera edición, este viernes 15 de octubre se inaugura la segunda parte del ciclo de acciones performáticas El asunto de lo remoto, con la dirección artística y la curaduría de Gonzalo Lagos. «No me interesan las obras acabadas, cerradas; más bien lo pienso como un espacio de pensamiento, donde ver cómo se construyen ciertas preguntas en relación a los procesos de trabajos de cada artista”, señala en diálogo con La Primera Piedra. Foto: Magdalena Leite.

por Milena Rivas



El asunto de lo remoto pone el foco en otras lógicas del movimiento e incorpora un aspecto central: la movilidad de saberes y procesos creativos invisibles que construyen una experiencia sensible y crítica en el campo de las Artes Performativas y habilita nuevos conocimientos. A diferencia de aquella forma más instalativa y duracional que tenía lugar en la primera edición, en 2021 la curaduría se dirigió a diversas piezas de performance y danza experimental.

“Es uno de los pocos espacios de producción independiente relativa a estas expresiones que hay en Buenos Aires”, cuenta Gonzalo Lagos, bailarín, curador y performer, en diálogo con La Primera Piedra. “No se trata únicamente de una vidriera de trabajos, sino que la intención es que se organice a lo largo de una semana una comunidad de trabajo entre artistas a partir de una serie de seminarios, laboratorios y residencias. No me interesan las obras acabadas, cerradas; más bien pienso El asunto de lo remoto como un espacio de pensamiento, donde ver cómo se construyen ciertas preguntas en relación a los procesos de trabajos de cada artista”. 

“No se trata únicamente de una vidriera de trabajos, sino que la intención es que se organice a lo largo de una semana una comunidad de trabajo entre artistas a partir de una serie de seminarios, laboratorios y residencias» – Gonzalo Lagos

Lagos decidió trasladar la programación inicial, destinada a realizarse en 2020, a esta edición, en pos de cuidar a los artistas y a los recursos ya comprometidos para mantener el vínculo fértil con las instituciones que respaldan al proyecto. Esta iniciativa de acceso libre y gratuito cuenta con el apoyo de Mecenazgo – Participación Cultural – Buenos Aires Ciudad, en asociación con el Instituto de Investigación del Departamento de Artes del Movimiento – Universidad Nacional de las Artes. Se desplegará en formato presencial hasta el 23 del corriente mes en distintos puntos de Capital Federal: MUNAR, Centro Cultural 25 de Mayo, Estudio Los Vidrios y Centro Cultural Paco Urondo, junto con trabajos site-specific en otras coordenadas.

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El asunto de lo remoto

Consumation – Foto: Fernando Mena – Bárbara Hang – Ana Laura Lozza


El curador del ciclo no se rige por un tema o por un eje en particular, sino por la intuición. En esta ocasión en particular, se centró en Consumation, una pieza de las artistas argentinas Bárbara Hang y Ana Laura Lozza, mostrada exclusivamente en España, Alemania y otros puntos de Europa, y decidió traerla a Buenos Aires.

Hang y Lozza desarrollan su actividad en el ámbito de la danza, la coreografía y la escritura. En 2010 fundaron el sello productor Acá No Hay Delivery como plataforma de comunicación, investigación y desarrollo de su trabajo colaborativo. Conciben el movimiento como una activación y actualización con el potencial de construir formas nuevas de existencia común. La pregunta permanente en su trabajo sobre cómo hacer cosas juntxs se desliza en cada gesto, en cada mirada y en cada movimiento de esta segunda edición de El asunto de lo remoto.

Esta pieza explora la relación del tiempo y de la desmaterialización de un jabón en la acción común de lavarse las manos, sostenida por las artistas y por un público que hace más que sólo espectar.

“Nos interesa activar preguntas en relación a cómo nos organizamos y cómo participamos en una constelación de diferentes voces, y Consumation pone el foco justamente en el cómo abriendo el espectro de respuestas, o si se quiere de nuevas preguntas, a incontables posibilidades, que pueden variar desde la acción y el entusiasmo a la inacción y apatía entre otras. ¿Cómo nos involucramos cómo espectadorxs? Consumation es una performance que interpela al público de un modo tal que nunca deja de ser responsable de lo que está sucediendo”, sostienen Hang y Lozza.

Esta pieza explora la relación del tiempo y de la desmaterialización de un jabón en la acción común de lavarse las manos, sostenida por las artistas y por un público que hace más que sólo espectar. Como bien se puede intuir, y es algo de lo que también habla el curador del ciclo, se trata de una performance-ritual cuyo significado inevitablemente se ha metamorfoseado desde el advenimiento de la pandemia.

Aún así, se decidió mostrar el proceso de Consumation por primera vez en Buenos Aires en un intento por seguir abriendo preguntas. Cabe aclarar, además, que esta pieza forma parte de un proyecto más grande, titulado La fragilidad de las cosas insignificantes, donde Hang y Lozza exploran la relación entre los cuerpos y los objetos en el contexto de los recursos planetarios decrecientes, imaginario que han estado investigando en el exterior y que les interesa traer a Buenos Aires.

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El asunto de lo remoto

Foto: Fenia Kotsopoulou – Magdalena Leite


Al interior de La fragilidad… surgió, en este último tiempo, la pregunta por “lo roto”. Ambas artistas señalan a La Primera Oiedra: “Nos motiva poner la atención sobre aquello que está roto para también pensar en los procesos de reparación. ¿Qué hay en el romper-se? ¿Qué cosas se pueden reparar y cuáles no tienen arreglo? ¿Qué implica reparar algo? En este momento que atraviesa nuestro planeta -desde lo ecológico, epidemiológico, social, político y por supuesto lo afectivo, la tarea de reparación se nos presenta como urgente. ¿Cómo implicarnos juntxs en prácticas reparadoras que empiecen por acciones pequeñas y cercanas, y que nos permitan ‘practicar’ modos de atención, implicación y cuidado?”

A Lagos le interesaba tensionar la hipótesis de trabajo de estas artistas para ampliar sus interrogantes: ¿de qué es residuo el cuerpo? ¿cómo nos afecta esta situación? “Se fue generando un feedback muy interesante desde la curaduría”, continúa el curador, “dado que todas las piezas se tocan en algún punto, fabulan cuestiones muy cercanas entre sí e imaginan otros escenarios posibles. Si bien las englobamos dentro del universo de las artes performativas, yo siempre las nombro en tanto acciones, un concepto que nos permite amplificar el campo de entendimiento y no situarlas en ninguna disciplina en particular.”

«En este momento que atraviesa nuestro planeta -desde lo ecológico, epidemiológico, social, político y por supuesto lo afectivo, la tarea de reparación se nos presenta como urgente. ¿Cómo implicarnos juntxs en prácticas reparadoras que empiecen por acciones pequeñas y cercanas, y que nos permitan ‘practicar’ modos de atención, implicación y cuidado?” – Bárbara Hang y Ana Laura Lozza

Es justamente en esta línea que se encuentra el trabajo de Jimena Croceri, una artista visual que utiliza diversos medios en función de su curiosidad y voluntad de experimentar. Su última obra site-specific, comisionada especialmente para esta segunda edición de EALR, será presentada el día de la inauguración en el Puente Nicolás Avellaneda.

“Le propuse hacerlo en esa locación puntual”, nos cuenta Lagos, “para que el ciclo tuviera la posibilidad de expandirse hacia espacios no institucionales, de circulación, de tránsito vehicular y humano a la vez. Trabajar con la cuenca Matanza-Riachuelo abrió un panorama de investigación en relación al paisaje: ¿cómo lo percibimos? ¿qué posibilidades se abren al momento de acceder a territorios otros del espacio público?”.

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La otra pieza comisionada por el curador fue Cavar, a cargo de Cecilia Blanco, Laura Kalauz, Elina Rodríguez y Marina Quesada, cuatro artistas involucradas en el campo de la escena expandida a través de trabajos que reflexionan sobre la ocupación del espacio urbano y la creación de dispositivos relacionales que brindan experiencias colectivas. Cavar se afirma en tanto ejercicio arqueológico: su premisa es la pregunta por lo que sobrevive debajo del cemento en un hábitat urbano que no deja de edificarse hacia arriba. También site-specific, tendrá lugar en un terreno baldío del barrio de La Boca. 

“Es radical la importancia de las redes de formación, y es por eso que considero sumamente atractiva la presencia de la Universidad Nacional de las Artes en tanto soporte de nuestra propuesta. Ya de por sí, lo independiente es difícil de llevar adelante» Gonzalo Lagos.

Además de las ya citadas, otras de las acciones que se desplegarán en El asunto de lo remoto son La conspiración de las formas (Amparo González Sola, ARG) y Proyecto Correspondencias/Sé agua (Magdalena Leite y Aníbal Conte, MEX/UY). Junto a estas exposiciones, los laboratorios, residencias y conversatorios se erigirán como escenarios de pensamiento, donde los artistas puedan compartir sus procesos de trabajo con quienes deseen asistir.

“Es radical la importancia de las redes de formación, y es por eso que considero sumamente atractiva la presencia de la Universidad Nacional de las Artes en tanto soporte de nuestra propuesta. Ya de por sí, lo independiente es difícil de llevar adelante. Mientras que el apoyo universitario nos permite, desde lo material, sostener nuestro ciclo, convivir con perspectivas de investigación académicas inaugura una relación recíproca de permeabilidad en función de los recorridos heterogéneos de indagación artística. Buscamos generar un feedback entre dos modos de producir conocimiento diametralmente distintos”, finaliza Lagos. 

Podés leer un poco más de las piezas acá y acceder a la grilla de la programación acáTambién podés reservar tus entradas.

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Por Milena Rivas/ @_milenarivas


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