La vuelta a Alfonsina Storni en 80 citas

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Absorbida por la crítica y los manuales educativos como una poeta sufriente y romántica, la figura de Alfonsina Storni ha recobrado vitalidad en estos últimos años gracias a la lectura feminista de su obra. Pionera en muchos debates de las primeras décadas del siglo XX, la autora supo ganarse un lugar propio en los círculos literarios e intelectuales de la época a pesar del machismo reinante. Gracias a su convicción y su talento, su nombre figura en un lugar central dentro del canon literario argentino. A continuación, le damos la vuelta su obra en 80 citas. 



Sobre la autora

Alfonsina StorniAlfonsina Storni nació el 22 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza. A los cuatro años la familia regresa a San Juan, Argentina, donde residían. Desde su llegada a San Juan la familia está en una situación miserable. Se trasladan a Rosario en 1901 y prueban suerte con un Café Suizo en el que Alfonsina limpia y sirve. A lo largo de su vida tuvo diferentes trabajos para sobrepasar malos momentos económicos. En 1912, con solo 20 años, tiene un hijo con un hombre casado, algo que la sociedad patriarcal de la época condena, por lo que decide partir a Buenos Aires.

Activa militante feminista y política, no tiene miedo en expresar su opinión en distintas notas en medios de circulación masiva, lo que le trae problemas con los sectores reaccionarios de los medios de comunicación y el ambiente literario. Tras su primer libro de poemas editado en 1916, su nombre va ganando cada vez más peso dentro de la crítica. En 1922 obtiene el Premio Nacional de Poesía.

El 20 de mayo de 1935, Alfonsina fue operada del cáncer de mama. la terapia de rayos es tan dolorosa que decide no seguirla. El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Al día siguiente se publica su último poema, «Quiero dormir», en La Nación.


1 «Cuando una mujer echa su alma afuera y no tiene miedo a la verdad y dice lo que todas las demás piensan pero callan, caen sobre ella los veinte siglos acumulados de un hermoso pensamiento que los hombres han torcido, enmarañado, explotado: el Cristianismo» («A propósito de las incapacidades relativas de la mujer»)

2 «Mis nervios están locos, en las venas/ la sangre hierve, líquido de fuego/ salta a mis labios donde finge luego/ la alegría de todas las verbenas» («Vida»)

3 «No tiene tú la culpa si en tus manos/ mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores…/ El tronco seco dará nuevas hojas» («Lo inacabable»)

4 «Tú seguirás tu ruta; yo la mía/ y ambos, libertos, como mariposas/ perderemos el polen de las alas/ y hallaremos más polen en la flora» («Lo inacabable»)

5 «Mariposa, triste, leona cruel/ di luces y sombra todo en una vez./ Cuando fui leona nunca recordé/ cómo pude un día mariposa ser» («Así»)

6 «Dime al oído de palabras todas/ la palabra mejor./ Si puedes, que se escurra de los labios/ modulada sin voz» («Dime»)

7 «Cuánta dulce tortura quietamente sufrida,/ cuando, picada el alma de tristeza sombría,/ sabedora de engaños, me pasaba los días/ ¡besando las dos manos que me ajaban la vida!» («Dulce tortura»)

8 «Tener el alma fresca, limpia; ser como el lino/ que es blanco y huele a hierbas. Poseer el divino/ secreto de la risa» («Bajo tus miradas»)

9 «Oh tú, que me subyugas. ¿Por qué has llegado tarde?/ ¿Por qué has venido cuando el alma no arde(…)?» ¡Oh tú!»)

10 «¿Por qué has llegado tarde? ¿Por qué has venido ahora/ cuando he sido vencida por llama destructora,/ cuando he sido arrasada por el fuego divino/ y voy, cegada y triste, por un negro camino?» ¡Oh tú!»)


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11 «Ah, no pasamos de todavía de ser un sexo al que vivimos permanentemente atadas, deprimidas» («A propósito de las incapacidades relativas de la mujer»)

12 «Tú como yo, viajero, en un día cualquiera/ llegamos al camino sin elegir acera/ nos pusimos un traje como el que llevan todos/ y adquirimos su aspecto, sus costumbres, sus modos» («Si la muerte quisiera»)

13 «Tengo sed tan salvaje que me quema la boca/ y ansío beber agua que brote de la roca» («Si la muerte quisiera»)

14 «Y en tanto, flor sin aire, flor en gruta,/ me exprimo toda en ti como una fruta/ y entre tus manos se me va la vida» («Transfusión»)

15 «¿Qué hace tu sombra larga tras mi sombra?/ ¿Por qué rondas mi casa?/ En el beso de ayer hice mi viaje,/ conozco tu alma» («Viaje finido»)

16 «Tus manos ni se acerquen a las mías,/ apártame tus ojos, tus palabras…/ los mohos de tus zócalos secaron/ raíces de mis plantas»  («Viaje finido»)

17 «Tu me quieres alba,/ me quieres de espumas,/ me quieres de nácar./ Que sea azucena/ sobre todas, casta/ de perfume tenue/ corola cerrada» («Me quieres blanca»)

18 «Tú que el esqueleto/ conservas intacto/ no sé todavía/ por cuáles milagros/ me pretendes blanca/ (Dios te lo perdone),/ me pretendes casta/ (Dios te lo perdone),/ ¡Me pretendes alba!» («Me quieres blanca»)

19 «¡Agua, agua, agua!/ Eso voy gritando por calles y plazas./ ¡Agua, agua, agua!// No quiero beberla,/ no quiero tomarla/ no es la boca mía la que pide agua./ El alma se seca, de seca,/ se rasga».

20 «Me pesan las paredes y me seduce el riesgo/ sobre la espalda libre. Mi antecesor, el hombre/ que habitaba cavernas desprovisto de nombre,/ se ha venido esta noche a tentarme sin duda» («Tentación»)



21 «No hay mujer normal de nuestros días que no sea más o menos feminista» («Un libro quemado»)

22 «Me cortaron la lengua, me sacaron los ojos,/ me podaron las manos, me pusieron abrojos/ bajo el pie: no sintiera tanta lúgubre pena,/ tanta dura cadena,/ tanto diente de hiena/ tanta flor que envenena» («Triste convoy»)

23 «Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco./ Esta cabeza mía se parece al crisol,/ purifica y conmueve» («Presentimiento»)

24 «Las gentes ya tienen el alma cuadrada,/ ideas en fila/ y ángulo en la espalda./ Yo misma he vertido ayer una lágrima,/ Dios mío, cuadrada» («Cuadrados y ángulos»)

25 «Momentos de la vida aprisionó mi pluma,/ momentos de la vida que se fugaron luego,/ momentos que tuvieron la violencia del fuego/ o fueron más livianos que los copos de espuma» («Este libro»)

26 «Oh, silencio, silencio…esta tarde es la tarde/ en que la sangre mía ya no corre ni arde» («Silencio»)

27 «Tu vida es un gran río, va caudalosamente,/ a su orilla, invisible, yo broto dulcemente./ Soy esa flor perdida entre los juncos y achiras/ que piadoso alimentas, pero acaso ni miras» («Soy esa flor»)

28 «Anda, date a volar, hazte una abeja,/ en el jardín florecen amapolas,/ y el néctar fino colma las corolas;/ mañana el alma tuya estará vieja» («Date a volar»)

29 «Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,/ hombre pequeñito que jaula me das./ Digo pequeñito porque no me entiendes./ Ni me entenderás» («Hombre pequeñito»)

30 «Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido/ no fuera más que aquello que nunca pudo ser,/ no fuera más que algo vedado y reprimido/ de familia en familia, de mujer en mujer» («Bien pudiera ser»)


Alfonsina Storni


31  «Todo gran artista es en el fondo, filósofo, y la primera condición -aparte de la excepcional inteligencia que esta actitud supone- para observar la vida con ojos claros y penetradores, estriba en analizarla con desprendimiento absoluto de la moral personal» («La mujer como novelista»)

32 «Te ando buscando, amor que nunca llegas,/ te ando buscando, amor que te emquinas,/ me aguzo por saber si me adivinas,/ me doblo por saber si te me entregas» («El divino amor»)

33 «Pero soy una esclava del dolor y lo adoro/ como adora el avaro el sonido del oro» («Fiero amor»)

34 «Triste como el gemido de un niño moribundo/ fiero amor, no hallarías mejor presa en el mudo» («Fiero amor»)

35 «Mi corazón es como un dios sin lengua,/ mudo se está a la espera del milagro/ he amado mucho, todo amor fue magro,/ que todo amor lo conocí con mengua» («Un sol»)

36 «Hielo y más hielo recogí en la vida:/ Yo necesito un sol que me disuelva» («Un sol»)

37 «Beso, la forma más voraz del fuego,/ clava sin miedo tu endiablada espuela,/ quema mi alma, pero luego,/ vuela» («Odio»)

38 «Risa de oro que movible y loca/ sueltas el alma, de las sombras, presa,/ en cuanto asomes a la boca/ cesa» («Odio»)

39 «Odio tremendo, como nada fosco,/ odio que truecas en puñal la seda,/ odio que apenas te conozco,/ queda»  («Odio»)

40 «Me empobrecí porque entender abruma,/ me empobrecí porque entender sofoca,/ ¡bendecida la fuerza de la roca!/ yo tengo el corazón como la espuma» («Frente al mar»)



41  «Un espíritu dominado por las ideas morales corrientes y convencido de que la vida se resuelve con fórmulas dadas y principios inmutables, carecerá de claridad y grandeza para penetrar, entender, descifrar las pasiones humanas, fuentes de toda gran literatura» («La mujer como novelista»)

42 «Mírame aquí, pequeña, miserable,/ todo dolor me vence, todo sueño;/ Mar, dame, dame el inefable empeño/ de tornarme soberbia, inalcanzable» («Frente al mar»)

43 «A veces en mi madre apuntaron antojos/ de liberarse, pero se le subió a los ojos/ una honda amargura, y en la sombra lloró.// Y todo eso mordiente, vencido, mutilado,/ Todo eso que se hallaba en su alma encerrado,/ pienso que sin quererlo lo he libertado yo» («Bien pudiera ser»)

44 «Se me va e los dedos la caricia sin causa,/ se me va de los dedos…En el viento, al pasar,/ la caricia que vaga sin destino ni objeto,/ la caricia perdida ¿quién la recogerá?» («La caricia perdida»)

45 «Andas por esos mundos como yo; no me digas/ que no existes, existes, nos hemos de encontrar;/ no nos conoceremos, disfrazados y torpes,/ por los anchos caminos echaremos a andar» («Un día»)

46 «El niño se ha alejado de la casa un momento/ y se vuelve de pronto más libre que el viento» («Miedo»)

47 «Sugeriré mi camino lentamente,/ mi mirada a los ojos mirará,/ iá muy hondo la mirada mía,/ y alguien, en el montón, comprenderá» («La mirada»)

48 «Niña: ya presentías/ lo que ocurrir debió:/ todo, por otras vías/ se ha ido y no volvió» («El canal»)

49  «Persigo lo perfecto/ en mí y en los demás,/ persigo lo perfecto/ para poder amar» («Queja»)

50 » En los ojos la carga de una enorme tristeza,/ en el seno la carga del hijo por nacer,/ al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:/ – ¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!» («La que comprende»)


Alfonsina Storni


51  «Yo soy como la loba/ Quebré con el rebaño/ y me fui a la montaña/ fatigada del llano» («La loba»)

52 «Odias el sol pues te parece el oro/ que no pudiste conseguir. Te encierras/ por no mirarlo,/ cuando sale a darse/ sencillamente» («El hijo de un avaro»)

53 «Oh las mujeres que a tu lado pasan/ sienten el hielo de tus ojos y huyen/ en sueños dulces a lejanos bosques/ primaverales»  («El hijo de un avaro»)

54 «Imbécil sueño, que en el alma vives/ guardándole calor;/ estás acurrucado como un pobre/ mendigo en un portón» («Ligadura humana»)

55 «Hice como los niños: viendo inútil la marcha/ cogí flores del suelo y me puse a jugar» («La quimera»)

56 «Pescador, no te apures,/ deja el anzuelo en paz,/ la muerte, ten seguro,/ no se te escapará» («La pesca»)

57 «Mujer: tú la virtuosa y tú la cínica,/ y tú la indiferente o la perversa; mirémonos sin miedo y a los ojos/ nos conocemos bien. Vamos a cuentas» («La armadura»)

58 «¿Qué me pides? Con algo contribuí a tu vida,/ pensaste, comparaste; voló el tiempo en seguida.// Mas ni con eso tengo yo tu agradecimiento./ ¡Oh, buen género humano: nunca quedas contento!» («Charla»)

59 «Buenos Aires es un hombre/ que tiene grandes las piernas,/ grandes los pies y las manos/ y pequeña la cabeza» («Buenos Aires»)

60 «Llegará un día en que la raza humana/ se habrá secado como planta vana,// y el cielo sol en el espacio sea/ carbón inútil de apagada tea» («Letanías de la tierra muerta»)



61  «La que pueda seguirme que se venga conmigo./ Pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,/ la vida, y no temo su arrebato final/ porque tengo en la mano siempre pronto un puñal» («La loba»)

62 «Ten paciencia, mujer que eres oscura:/ algún día, la Forma Destructora/ que todo lo devora,/ borrará mi figura» («Humildad»)

63 «Vela sobre mi vida, mi grave amor inmenso:/ cuando llegué a la vida yo traía en suspenso,/ en el alma y en la carne, la locura enemiga,/el capricho elegante y el deseo que hostiga» («Cuando llegué a la vida»)

64 «Y me embriagué, comprendo que este vino/ no es para mí, más juego y rueda el dado…» («Tú, que nunca serás»)

65 «Soy una mujer ante todo, del presente me encanto./ Perdonadme, poeta, si a vuestro grave canto/ prefiero el beso joven de una boca jugosa». («Respuesta de la marquesa a las estancias de Corneille»)

66 «En las grandes mujeres reposó el universo. Las consumió el amor, como el fuego al estaño,/ a unas; reinas, otras, sangraron su rebaño./ Beatriz y Lady Macbeth tienen genio diverso» («Las grandes mujeres»)

67 «Tengo el cuerpo perfecto y la boca rosada,/ para el amor más alto yo fui seleccionada,/ pero escondo mi fuego bajo un velo de monja» («I – Rueda»)

68 «Todo cerebro activo lleva un alma quebrada» («III – Y agrega la tercera»)

69 «Y cuando te entusiasmas, pienso: no te des prisa/ no eres tú el que me engaña; quien me engaña es mi sueño» («El engaño»)

70 «Entonces, comprendiendo, a mí misma me dije:/ – Para cumplir algunos de sus nobles destinos/ el arte, al fin, ignora la materia que elige» («Los coros»)


Alfonsina Storni


71 «Agrio está el mundo/ inmaturo,/ detenido;/ sus bosques/ florecen puntas de acero;/ suben las viejas tumbas/ a la superficie;» («Agrio está el mundo»)

72 «Tienes un deseo: morir./ Y una esperanza: no morir» («Retrato de un muchacho que se llamaba Sigfrido»)

73 «Mis ojos, faros de angustia,/ trazan señales misteriosas/ en los mares desiertos» («Llama»)

74 «Ya por hilo de odio,/ ya por hilo de amor,/ trompo a siete colores/ zumba mi corazón» («Danza irregular»)

75 «En el barco que me conducía/ no sabía más que zarpar,/ pero el cuerpo que me contenía/ se quedó estático sobre el mar» («Círculos sin centro»)

76 «Podría gritar/ mi dolor/ hasta partir en dos mi cuerpo:/ sería disuelto/ por las aguas del río» («Soledad»)

77 «Como a un muñeco destripé tu vientre/ y examiné sus ruedas engañosas/ y mu envuelta en sus poleas de oro/ hallé una trampa que decía: sexo» («A Eros»)

78 «Unos besan las sienes, otros besan las manos/ otros besan los ojos,/ otros besan la boca./ Pero de aqué a éste la diferencia es poca./ No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.» («Pasión»)

79 «Máscara tibia de otra más helada/ sobre tu cara cae y si te borra/ naces para un paisaje de neblina/ en que tus muertos crecen, la flor corre» («El sueño»)

80 «Ah, un encargo:/ si él llama nuevamente por teléfono/ le dices que no insista, que he salido…» («Voy a dormir»)



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