Sólo llamé para decirte que te amo: la decisión

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Un simple llamado puede cambiarle la vida a una persona; he aquí la vulnerabilidad del ser humano frente a eso que se llama amor. La historia que propone Nelson Valente en esta obra titulada Sólo llamé para decirte que te amo es sencilla, y en esa simpleza se juega todo su candor. Con personajes cercanos y creíbles, nos sumerge en el relato de una madre de familia que es arrancada de su cotidianidad brutalmente por un llamado telefónico. La propuesta fue gestada en el ciclo «El 25 va a tu casa» organizado junto al Teatro 25 de Mayo, que consistía en llevar la pieza a las casas de los vecinos de Villa Urquiza. Hoy esa puesta se repone en Boedo, sobre el escenario de Timbre 4 (México 3554).



Patricia (Mayra Homar) es el centro de esta historia: todas las acciones y personajes giran en torno a ella, y pocas veces se la ve fuera de escena. Esta mujer vive con sus dos hijos veinteañeros, Hernán y Juan Cruz (Ramiro Delgado y Gonzalo Saenz); su madre, Toti (Puchi Labaronnie); su hermana (Agustina Sanguinetti), y —recientemente— una de sus nueras, Camila (Julia Eva Saggini). Es la única integrante de esa gran familia que cuenta con un trabajo estable, por lo tanto, cada uno de los gastos depende de su modesto ingreso como docente.

Nadie coopera demasiado en la casa, y desde el inicio de la obra se despliegan una serie de episodios en los que cualquier espectador promedio se podrá ver reflejado: las hermanas toman mate, los hermanos se disputan el baño, la nuerita se pasea en toallón por la casa, uno de los hijos se queda sin papel y grita desde el inodoro, la abuela se hace un café para calmar la resaca de la noche anterior, el hambre voraz de los veinte años los induce a abrir la heladera cada media hora.


Sólo llamé


En medio de esas peleas cotidianas, los gritos desaforados, las críticas despiadadas por la espalda y las rencillas del día a día, un llamado corta el clima habitual de la casa: es Kiko (Fernando Rodríguez), un ex novio de su juventud. La irrupción de un viejo amor cambia de inmediato la perspectiva de Patricia: se viste, se peina, se maquilla, se pone esos accesorios que nunca se pondría y sale al ruedo una vez más, impulsada por su propia parentela. Ese encuentro tendrá importantes repercusiones, no sólo en la protagonista sino también en su prole.

El regreso de Kiko la enfrenta finalmente a un dilema áspero: ¿quedarse o irse? La decisión no será fácil, y no se dirá más en estas líneas (en todo caso habrá que ir a Timbre 4 y averiguarlo). Las actuaciones de este equipo son muy parejas, y están a la altura de una obra que nos instala en la simpleza de la cotidianidad con una fuerza insoslayable. Cabe destacar las interpretaciones de Mayra Homar y Agustina Sanguinetti, esta última con grandes dosis de humor.

Una obra muy recomendable, un plan ideal para un domingo después del almuerzo y una oportunidad para disfrutar del arte en ese espacio al que siempre hay que volver: Timbre 4.


Funciones: Domingos a las 15 hs. en Timbre 4 (México 3554)
Localidades: Alternativa Teatral o en la boletería del teatro

FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA
Dramaturgia: Nelson Valente
Actúan: Ramiro Delgado, Mayra Homar, Puchi Labaronnie, Fernando Rodríguez Dabove, Gonzalo Saenz, Julia Eva Saggini, Agustina Sanguinetti
Vestuario: Inés Saavedra
Música: Silvina Aspiazu, Ignacio Gómez Bustamante
Fotografía: Laura castro, Mariana Fossati
Diseño gráfico: Gabriel Beck, Sebastiàn Carzino
Diseño de imagen: Inés Saavedra
Asistencia de dirección: Germán Lozano
Dirección: Nelson Valente

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