«Lo que intentamos cuidar», de Tatiana Cibelli: no somos imprescindibles

por
Invitame un café en cafecito.app

Las historias que dan paso a lo poético en Lo que intentamos cuidar (Litoral Dark, 2021), de Tatiana Cibelli, saben hasta dónde es importante contar y cuándo es mejor guardarse los detalles íntimos, algo que en este contexto de hiperconectividad y digitalización en aumento es una rareza. Así, en vez de caer en el atajo fácil de querer resolver los problemas y evidenciar los propios, da una visión más verdadera y auténtica. 



Si hay algo que tienen los grandes momentos, ya sean negativos o positivos, es que siempre se esconden hasta el último minuto. Nunca sabemos que a partir de ahora todo va a ser distinto y no vamos a poder hacer nada al respecto, salvo recordar lo que acaba de extinguirse. Es en ese instante en el que tenemos que replantearnos cómo seguir, como si fuéramos un grupo de náufragos que tienen que empezar una civilización bonsái desde cero.

En primer lugar podríamos pensar dos estrategias: lo más práctico sería quedarnos mirando hacia atrás con cariño, photoshopear lo vivido con la nostalgia y pensar que todo pasado fue mejor. O bien, podríamos aceptar lo dado sin intentar negarlo ni ocultarlo y ver qué se puede construir con eso y a partir de eso. Los poemas de Tatiana Cibelli son un claro ejemplo de esto que estoy intentando decir: poder sobrellevar con elegancia el hecho de que hay vida después del pasado por más que el presente todavía no adopte una forma definitiva.

Los poemas de Tatiana Cibelli son un claro ejemplo de esto que estoy intentando decir: poder sobrellevar con elegancia el hecho de que hay vida después del pasado por más que el presente todavía no adopte una forma definitiva.

“Todo lo que proyectamos /será reversionado con otros amantes. /No somos imprescindibles”, se lee en uno de los poemas con los que empieza el libro y el clima que envuelve al lector es agridulce, pero contundente. En esa línea, Lo que intentamos cuidar deja en claro algo que creo fundamental para acercarse a la poesía: no se escribe sobre las cosas, sino a partir de ellas. La gran escritora Hebe Uhart señalaba en sus talleres literarios, los cuales por suerte fueron registrados por Liliana Villanueva, lo siguiente: “No hay que poner muchos hechos, lo que hay que hacer es agarrar un hecho, algo que me pasa, un recuerdo, una imagen, y describir su repercusión”.

Bueno, los poemas de Cibelli van a ese centro, dejando atrás todo tipo de anécdota y apuntando la mira a intentar nombrar aquello que parecía imposible poner en palabras, que no es más ni menos que la experiencia personal. Después de todo, ya lo dice la propia autora: “los deseos son limitados/ sólo quedará el núcleo rocoso”.

(Te puede interesar: Liliana Villanueva: las formas de ser una escritora silenciosa)



Tatiana Cibelli

Lo que intentamos cuidar (Litoral Dark, 2021), de Tatiana Cibelli


Las historias que dan paso a lo poético en este libro saben hasta dónde es importante contar y cuándo es mejor guardarse los detalles íntimos, algo que en este contexto de hiperconectividad y digitalización en aumento es una rareza, ya que a cada movimiento que realicemos en internet nos podemos encontrar con información que nunca requerimos ya sea en una foto, una noticia o incluso en forma de poema.

Lo que intentamos cuidar es un nombre preciso: la idea de resguardar ese último rasgo de experiencia personal, lo privado, para poder después metabolizarlo en algo universalizable, una superficie en la que todos puedan ver sus reflejos aunque con deformaciones evidentes. Esto que podría sonar como una atracción de feria, en realidad es de vital importancia. Después de todo, ahí reside la gracia: reconocernos y desconocernos por igual.

Las historias que dan paso a lo poético en este libro saben hasta dónde es importante contar y cuándo es mejor guardarse los detalles íntimos, algo que en este contexto de hiperconectividad y digitalización en aumento es una rareza

Antonio Porchia, ese poeta italoargentino que escribió un solo libro a lo largo de su vida y que sabía trabajar el aforismo con una precisión de relojero, escribió: “Me es más fácil ver todas las cosas como una cosa sola, que ver una cosa como una cosa sola”. Más de 50 años después, Cibelli va un paso más allá: “Algunas catástrofes es mejor esperar a que terminen/ antes de contabilizar los daños”.

Eso nos lleva a que después de leer este libro, uno se sienta agradecido con los poemas y con la autora, porque en vez de caer en el atajo fácil de querer resolver los problemas y evidenciar los propios, intenta dar una visión más verdadera y auténtica que, como las personas realmente esenciales que hacen que una vida promedio funcione, no teme decirnos que “hay cosas que tienen que quebrarse /para que sigamos funcionando”.

(Te puede interesar: Antonio Porchia: el poeta oculto)


** Conscientes del momento económico complejo en el que gran parte de la sociedad se encuentra, dejamos abierta una vía de colaboración mínima mensual o por única vez para ayudarnos a hacer nuestro trabajo, sobre todo a la hora de solventar los gastos – muchas veces invisibles- que tienen los medios digitales. Sumate a LPP y HACÉ CLIC ACÁ 🙂



TE PUEDE INTERESAR