5 mitos sobre el parto en casa que afectan la libre elección de la mujer

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El parto planificado en domicilio es una modalidad de atención elegida por muchas mujeres que buscan ser protagonistas activas de su salud perinatal. Las herramientas brindadas durante el proceso les permiten recuperar la autonomía y cuestionar los mandatos establecidos por el sistema médico hegemónico. Sin embargo, desde amplios sectores de la sociedad, la decisión es condenada sobre la base de prejuicios y falsedades que violentan los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. ¿Cuáles son los mitos sobre el parto en casa que ignoran los detalles detrás del procedimiento? (Foto: EFE)


 


1- “El parto en casa es una moda”

Los prejuicios, la desinformación y la hegemonía de la institución médica lleva a amplios sectores de la sociedad, incluidos profesionales de la salud, a deslegitimar el parto planificado a domicilio y considerarlo una “moda”. Pero es necesario destacar que no se trata de una tendencia frívola, sino de un modelo de atención perinatal reconocido a nivel internacional, respaldado por evidencia científica y médica actualizada. En uno de sus reportes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que “una mujer debe tener su parto en un lugar donde ella se sienta segura (…). Para mujeres con embarazos de bajo riesgo, puede ser el hogar o una pequeña clínica de maternidad o una unidad de maternidad dentro de un hospital general”.

El parto planificado a domicilio no es una «moda» o una tendencia frívola, sino un modelo de atención perinatal reconocido a nivel internacional, respaldado por evidencia científica y médica actualizada.

En Argentina, el parto planificado a domicilio está además contemplado en la Ley nacional 17.132 y en varias leyes provinciales que regulan el ejercicio de la obstetricia. Además, la Ley de 25.929 de Parto Humanizado ampara la autonomía de la mujer sobre su salud perinatal y garantiza el respeto de sus decisiones. En una entrevista para La Primera Piedra, Francisco Saraceno, partero e integrante de la agrupación Las Casildas, afirmó: “Es histórico, siempre existió gente que parió o nació en su casa. Con el paso del tiempo se fueron perfeccionando más las cosas”.

Pablo de Santis LSF

En la misma dirección, Violeta Osorio, activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y miembro de Las Casildas y de Fortaleza 85′, explicó: “Está la idea de que el parto en casa es esta cosa de volver a lo natural y lo ‘hippie’, cuando no tiene nada que ver con eso, sino con entender el embarazo, el parto y el pos-parto como hechos sanos y fisiológicos que, en la mayoría de los casos, lo que necesitan es un ambiente que acompañe y favorezca, pero en el que se va a intervenir de ser necesario”.

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2- “El parto en casa es peligroso»

Uno de los argumentos más esgrimidos por el sistema médico hegemónico es que parir en una casa aumenta los riesgos para la salud de las mujeres y/o el bebé debido a la supuesta falta de acondicionamiento. Esta creencia está tan arraigada que hay quienes llegan a equiparar el parto domiciliario con un suicidio y que estigmatizan a las mujeres que eligen esta opción, vulnerando sus derechos e ignorando su libertad para ser protagonistas activas del proceso de parto. Como suele suceder cada vez que se elige por fuera de los cánones tradicionales, el parto domiciliario hace resurgir la violencia machista a través de toda clase de insultos disciplinantes y condenatorios. 

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En primer lugar, es necesario aclarar para desarmar los mitos que esta modalidad de atención requiere de un “bajo riesgo” como un factor determinante para su desarrollo. Al respecto, Violeta Osorio explica: “El parto en el domicilio implica que la mujer, el bebé y el embarazo estén sanos, es decir, que no exista ninguna patología que pueda afectar el desarrollo. El modelo está armado teniendo en cuenta a mujeres que entran en esta categoría, que se cumple en el 80% de los nacimientos; no se trata de unas pocas privilegiadas”.  Antes del parto, son evaluadas todas las condiciones que podrían representar un peligro para brindar  información de forma adecuada, de modo que la mujer pueda tomar una decisión libre, siendo consciente de las variables.

Sólo el 12% de 1501 partos planificados a domicilio, entre 2012 y 2016, necesitó el traslado a una institución. Las causas más comunes antes del nacimiento fueron el cansancio materno, la falta de progreso y la propia elección de los padres. Sólo un 8,2% de esos casos reportaron situaciones de emergencia, lo que representa un 0,80% del total.

Por otra parte, las evidencias desmienten las teorías que hablan de una “muerte segura”.  Un relevamiento realizado entre 2012 y 2016 por Fortaleza 85 demuestra que sólo el 2% de 1501 partos planificados a domicilio presentaron situaciones que requirieron atención o intervenciones de mayor complejidad, realizadas en la propia casa. A su vez, sólo el 12% necesitó el traslado a una institución. Las causas más comunes antes del nacimiento fueron el cansancio materno, la falta de progreso y la propia elección de los padres. Sólo un 8,2% de esos casos reportaron situaciones de emergencia, lo que representa un 0,80% del total. Las estadísticas del informe demuestran que, en la mayoría de los casos, los traslados se realizaron de forma planificada, en condiciones de salud y no ante complicaciones de riesgo o por negligencia del equipo que asiste el parto, como se suele creer.


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Foto: Natacha Pisarenko para AP


3- “El parto en casa es descuidado y negligente”

Asociadas al supuesto riesgo inherente al parto domiciliario, están las voces que hablan de negligencia de los procedimientos, sin conocer en realidad la forma en que se desarrollan. «Hay mucha desinformación de parte de los profesionales que asisten en instituciones sobre cómo realmente es el modelo del parto en casa. Muchas veces, creen que no se hacen consultas prenatales o que no se lleva nada a los partos. Hay quienes tampoco saben qué es lo que pasa después, como si el bebé naciera y los profesionales que asistieron desaparecieran, cuando, en realidad, hay toda una continuidad de cuidados del bebé y de la mujer, que se lleva a cabo con visitas de pos parto», relata Saraceno.

El parto planificado en el domicilio no es un proceso improvisado, sino que cuenta con un protocolo que le otorga viabilidad y bajo el que se encuadra la práctica  de los profesionales que lo asisten. Este marco que le da sustento tanto científico como legal se apoya en el sistema de salud que rige desde el Estado y en estudios sobre el tema internacionales sobre el tema.

El parto planificado en el domicilio no es un proceso improvisado, sino que cuenta con un protocolo que le otorga viabilidad y bajo el que se encuadra la práctica  de los profesionales que lo asisten. Este marco que le da sustento tanto científico como legal se apoya en el sistema de salud que rige desde el Estado y en estudios internacionales sobre el tema. Todo el procedimiento está contemplado desde una perspectiva de género y derechos, que asume a la mujer como protagonista y que brinda todas las herramientas posibles para facilitar la elección, en donde las intervenciones médicas sólo se realizan de ser necesarias, siempre con el conocimiento de la mujer.

Tal y como explica  la organización Fortaleza ’85, los requisitos básicos para llevar adelante el parto son: la asistencia de un equipo obstétrico conformado por al menos dos profesionales; el seguimiento de la mujer durante todo el período perinatal; la presencia de los mismos insumos médicos que se encuentran en una sala de partos de una institución; el acceso a vehículos que puedan permitir un traslado a un hospital que debe estar a no menos de 20 minutos del lugar; agua corriente limpia, electricidad y posibilidad de establecer la temperatura ambiente adecuada; condiciones de higiene y limpieza.


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Foto: Edición Ciudad


4- “El parto en casa y el parto en una institución son antagónicos”

La figura del parto planificado a domicilio suele construirse en oposición al parto institucional. Sin embargo, es importante comprender que no se tratan de dos modelos antagónicos e irreconciliables, sino  que ambos son parte del sistema médico y requieren de una articulación fluida para garantizar la mejor atención posible. De hecho, el parto domiciliario no reniega de la institución médica, ni de la ciencia, sino que contempla un plan de traslado en caso de ser necesario.

 A diferencia de lo que se suele creer, y como los datos mencionados lo demuestran, esto no significa que la derivación venga de la mano de una situación de riesgo fatal. «Es desde esos prejuicios que se construye la idea de lo que pasa en una casa y a partir de los cuales una institución recepciona los traslados. Entonces siempre está presente la creencia de que va a llegar una bomba y de que la institución ‘saca las papas del fuego’, afirma Saraceno.

El parto a domicilio y el parto en una institución no son dos modelos antagónicos e irreconciliables, sino  que ambos son parte del sistema médico y requieren de una articulación fluida para garantizar la mejor atención posible.

Al respecto, Osorio sostiene: “Es una guerra mediática muy conveniente desde el sistema médico porque, en la medida en que existan dos bandos, se establece un enfrentamiento en el medio del cual estamos las mujeres, no los profesionales. (…) Debería incluso poder realizarse esta articulación sin que se trate específicamente de un traslado o de una intervención, sino también para estudios o derivaciones, para poder moverse dentro del sistema de salud en la medida en que se necesite”. De hecho, de acuerdo a los datos de la Asociación Argentina de Parteras Independientes, el prejuicio u la desinformación generan una condena que recae sobre la mujer, su familia y los parteros, lo que dificulta los traslados oportunos y la atención sanitaria.


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Foto: Nicolás Stulberg para Infobae


5- “Las mujeres que eligen parir en su casa están en contra de la medicina y la institución”

De la misma forma que se deslegitima el parto domiciliario como una moda que busca la “vuelta a lo natural”, está también instalada la creencia de que la mujer elige esta modalidad huyendo de la medicina y de la violencia obstétrica. “Es real que hay muchas mujeres que buscan otra manera de parir porque tienen historias muy poco satisfactorias con la institución – explica Osorio – Pero, finalmente, la decisión que una mujer toma luego de informarse no se da por el hecho de no querer pisar un hospital o una clínica. Por el contrario, en la medida en que se toma conocimiento del modelo y de lo que implica, se elige el parto en el domicilio sabiendo que una de las posibilidades es tener que articular con la institución».

«La decisión que una mujer toma luego de informarse no se da por el hecho de no querer pisar un hospital o una clínica. Por el contrario, en la medida en que se toma conocimiento del modelo y de lo que implica, se elige el parto en el domicilio sabiendo que una de las posibilidades es tener que articular con la institución».

Así, la elección de planificar el parto en una casa está más relacionada con la deconstrucción de la idea del parto como una enfermedad, generando un vínculo desde la salud y el bienestar físico, emocional y psicológico. De esta forma, la mujer busca correrse del rol de vulnerabilidad que en general le es asignado y recuperar su autonomía.  Al respecto, Osorio sostiene: «Cuando se instala la idea de que las mujeres parimos en casa para huir de la violencia obstétrica, se asume que ‘por no aguantar lo que hay que aguantar ponemos en riesgo nuestra vida y la de nuestros hijos’. Y, a los profesionales que asisten en casa, se los etiqueta como “mercaderes del parto respetado”, que venden luces y velas para hacer un negocio».



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