El día martes, un Tribunal Superior de Brasil decidió que el juicio que se estaba llevando adelante contra Juan Darthés por violación agravada fuera suspendido a pedido de la defensa por un tecnicismo , algo que ya había sido desestimado hacía casi un año. Luego de un proceso extenso y agotador, un retroceso en un caso histórico que solo deja un mensaje: el disciplinamiento y la impunidad.
“El mensaje hoy es la impunidad”, dice Thelma Fardin frente a la cámara. El martes, un Tribunal Superior de Brasil tomó la decisión de suspender, a pedido de la defensa, el juicio contra Juan Darthés que estaba previsto para terminar en el mes de marzo. Faltaban apenas dos audiencias para que todo el proceso y el trabajo que la actriz tuvo que enfrentar durante tres años llegaran finalmente a una resolución. Pero los camaristas federales Paulo Gustavo Guedes Fontes y Mauricio Yukikazu Kato echaron por tierra semanas de avance, sin que el fiscal brasileño – quien apelará a la decisión – conozca aún los fundamentos.
La causa contra el actor por violación agravada es parte de un proceso único: colaboraron ministerios públicos fiscales de tres países y adquirió visibilización gracias al movimiento de mujeres y diversidades que apoyó a Thelma Fardín y logró que su voz sea escuchada aquel 11 de diciembre de 2018, cuando, acompañada por el colectivo de actrices argentinas denunció los abusos por parte del actor.
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De acuerdo a los expertos, la estrategia de Darthés es evitar la condena y conseguir la impunidad mediante la prescripción de la causa. La causa contra el actor por violación agravada es parte de un proceso único: colaboraron ministerios públicos fiscales de tres países y adquirió visibilización gracias al movimiento de mujeres y diversidades que apoyó a Thelma Fardín y logró que su voz sea escuchada aquel 11 de diciembre de 2018, cuando, acompañada por el colectivo de actrices argentinas denunció los abusos por parte del actor. El juicio representó un caso histórico, pero aún así, a pesar de la colaboración internacional y la presión social, Darthés tiene plata y eso parece seguir asegurando la impunidad.
Él pudo pagar a un equipo costoso de abogados en Brasil que consiguieron que los camaristas dieran lugar a un planteo que ya había sido considerado antes del inicio del juicio y desestimado. Abogados agresivos durante las audiencias que revictimizaron a Fardín quien, a su vez, no pudo pagar representantes en el país vecino que le permitieran presentarse como querellante y, por lo tanto, apelar desde ese rol frente a la decisión del Tribunal. Desde un inicio, la defensa de Darthés quiso cuestionar la competencia federal del juicio pero, ya en abril de 2021, un magistrado de primera instancia no dio lugar al pedido apoyándose en la jurisprudencia de los tribunales superiores y de la Corte Suprema, mediante un fallo de más de quince páginas. ¿Por qué entonces se revirtió algo que ya había sido zanjado? ¿Por qué ahora?
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Thelma Fardín. Imagen extraida del video que subió a sus redes.
Thelma Fardín atravesó un camino largo y difícil. Presentó la denuncia contra Juan Darthés por abuso sexual agravado el 4 de diciembre de 2018 ante la Unidad Especializada de Delitos contra la Violencia de Género del Ministerio Público de Nicaragua. Luego de realizar una investigación, en agosto de 2019, la fiscalía nicaragüense requirió la apertura de un proceso penal contra Darthés por considerarlo autor directo del delito de violación agravada. En el mes de octubre, un juzgado giró una orden internacional de detención y captura contra el actor quien, cuando fue citado para presentarse ante la Justicia se radicó en Brasil – su país natal – para evitar ser detenido. Dado que allí, por mandato constitucional, no se extradita a los nacionales, se inició un caso nuevo. A pesar de no prosperar dadas estas circunstancias, el pedido de extradición desde Nicaragua se mantuvo vigente, lo que permitió mantener hasta el día de hoy la orden de captura internacional y la notificación de Interpol.
Fardín fue sometida a pericias psicológicas, psiquiátricas y físicas en Nicaragua y luego a una psicológica y psiquiátrica en Argentina que ella contrató. Declararon más de diez testigos, incluyendo su psicóloga desde los 19 años, un psiquiatra y personas que estuvieron en el lugar de la denuncia.
Desde Argentina, con la intervención de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) de la Procuración General de la Nación, se enviaron las pruebas necesarias para colaborar con el proceso. Fardín fue sometida a pericias psicológicas, psiquiátricas y físicas en Nicaragua y luego a una psicológica y psiquiátrica en Argentina que ella contrató. Declararon más de diez testigos, incluyendo su psicóloga desde los 19 años, un psiquiatra y personas que estuvieron en el lugar de la denuncia. Una maquinaria gigante en la que la actriz recibió el sostén de una red enorme, pero donde también tuvo que enfrentar también el señalamiento de la opinión pública, la exposición y los cuestionamientos. Aún hoy, parecería ser que las mujeres que denuncian tienen que probar siempre algo más para que su palabra tenga valor.
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Thelma Fardín junto al colectivo de Actrices Argentinas
“Desde que decidí hacerme cargo de lo que me pasó no paro de sentir que tengo que estar a la altura. Tengo que saber más, de feminismo, de leyes, de psicología, de cómo va a reaccionar la sociedad, tengo que tener estrategias, ser fuerte, ser una mujer preparada”, dijo Fardín en una carta que compartió en sus redes sociales en 2018. Obstáculos judiciales, tecnicismos, pruebas en tres países, declaraciones y un proceso enorme y agotador al que la actriz puso el cuerpo. Se enfrentó al poder de ese pacto tácito que perpetúa las violencias: ¿por qué se atrevería a hablar? ¿Quién le creería a una mujer? Son las preguntas que descansan en ese inconsciente colectivo que calla a la víctima y deja tranquilo a los abusadores. Fardín rompió la pared: fue la Justicia y la Justicia eligió dar un mensaje disciplinador, reafirmar los cuestionamientos y los miedos que evitan las denuncias.
Se enfrentó al poder de ese pacto tácito que perpetúa las violencias: ¿por qué se atrevería a hablar? ¿Quién le creería a una mujer? Son las preguntas que descansan en ese inconsciente colectivo que calla a la víctima y deja tranquilo a los abusadores
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¿Cuál es el mensaje entonces para quienes no cuentan con la red de sostén y recursos que pudo construirse en este caso? ¿Qué es lo que pasa con quienes no se atreven a denunciar y, después de todo el esfuerzo, de todo lo invertido en un caso de esta magnitud, mediática e internacional, ven que el final del camino parece ser la impunidad? El precedente que sentó este proceso es fundamental al igual que su resolución, no solo para el accionar estatal sino también para la organización y la lucha colectiva, para el motor social que sabe que el silencio dejó de ser opción hace ya tiempo. Por eso, si el mensaje es el disciplinamiento, la respuesta es que la complicidad machista va a encontrarse con resistencia.
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