Carrió quiere sacar a pasear a los dinosaurios

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En estos días se conocieron los dichos de Elisa Carrió sobre los juicios de lesa humanidad antes de las elecciones del 22 de octubre. «Hay militares condenados sin pruebas» y «después de determinada edad, tu prisión es domiciliaria», fueron algunas de las frases que presentó ante una audiencia que espera frenar el proceso de condena de los delitos del genocidio. Como la flamante diputada nacional elegida por la mitad de los porteños estaba en campaña pidió que esto no se divulgará dado que algunas personas embarrarían la cancha. En La Primera Piedra señalamos los errores en algunas de las afirmaciones que dejó la dirigente de Cambiemos.



Las palabras de Elisa Carrió sucedieron durante una visita de Cambiemos al club Harrods Gath & Chaves, durante la cual ella habló con vecinos de los barrios de Belgrano y Núñez, el 13 de octubre, nueve días antes de que obtuviera el 50,93 por ciento en los comicios legislativos de la Ciudad de Buenos Aires. Allí no solo reivindicó la teoría de los dos demonios, sino que casi que igualo ambos supuestos «demonios» a exactamente lo mismo. Frente a los aplausos de la audiencia y el reclamo porque frene el proceso judicial, hasta Elisa Carrió se mostró moderada. Sin embargo, allí dejó varias frases para cuestionar y responder.

Elisa Carrió sostuvo que «hay militares condenados sin pruebas» y pidió revisar los juicios que investigan los delitos de lesa humanidad cometidos durante el genocidio. Además, la líder reivindicó que «los Derechos Humanos son para todos», afirmando que los mayores de 70 años deben cumplir su pena con arresto domiciliario. De esta forma, no solo demuestra una profunda desinformación sobre el proceso judicial, desconociendo la cantidad de absueltos que sentencia cada juicio y las efectivas garantías que se llevan adelante en el proceso judicial, sino que es notorio como cambia el discurso según la audiencia.

Elisa Carrió sostuvo que «hay militares condenados sin pruebas» y pidió revisar los juicios que investigan los delitos de lesa humanidad cometidos durante el genocidio. Además, la líder reivindicó que «los derechos humanos son para todos», afirmando que los mayores de 70 años deben cumplir su pena con arresto domiciliario.

La diputada sostuvo que se está «ocupando» del tema, porque es algo que la «preocupa», y pidió generar «consensos» para poder revisar los juicios. También solicitó a los presentes no hablar del tema durante la campaña «porque lo único que va a servir es para embarrar la cancha, no para limpiarla». En un video que se difundió a través del portal Infobae, se pudieron conocer estas respuestas que dio Elisa Carrió a la serie de inquietudes que le fueron a plantear los vecinos de los barrios más pudientes de la capital. En este sentido, el tema juicios de lesa humanidad no pudo ser eludido y tuvo que contestar. En La Primera Piedra también contestamos.


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«Los Derechos Humanos son para todos»

«Espero el consenso necesario para ver juicios de revisión en los casos que no haya pruebas. Porque realmente hay juicios donde no hay pruebas», señaló. Y, en este punto, varias cosas para mencionar: los juicios llevan adelante el debido proceso sujeto a derecho, se presentan las pruebas y los testimonios de todos los actores del hecho juzgado. Esto se da en todo el país, y los números del proceso dan cuenta de las garantías que se cumplen. Sería interesante que la flamante diputada se interiorice sobre un proceso que tardó muchos años en concretarse y que aún hoy sufre muchas trabas y demoras.

La variabilidad de las sentencias, muy bajas en algunos casos, y la alta cantidad de personas que no llegan a juicio por falta de pruebas o las que si llegan pero son absueltas son la prueba cabal del respeto por los derechos y garantías de los acusados.

Siguiendo los números presentados por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad del Ministerio Público Fiscal relevados hasta el 10 de octubre del 2017, desde la reapertura de los juicios en 2006 hubo 818 genocidas condenados, 754 procesados en todo el país y 99 absueltos. Sin embargo, 154 no fueron elevados a juicio por falta de mérito y 58 personas fueron sobreseídas. La variabilidad de las sentencias, muy bajas en algunos casos, y la alta cantidad de personas que no llegan a juicio por falta de pruebas o las que si llegan pero son absueltas son la prueba cabal del respeto por los derechos y garantías de los acusados. 

«Hay otros juicios que tienen que quedar firmes y hay una situación que tiene que ser aplicada a todos por respetar los derechos humanos. Es que después de determinada edad, tu prisión es domiciliaria. Pero es en todos los casos. Y además ahora que está el chip este que vos no te podés mover, digo ¿por qué vas a dejar vivir a personas muriéndose?«. En este caso, al igual que los defensores de genocidas y familiares que aseguran que son presos políticos se utiliza la condición de «abuelitud» para lograr el perdón.

En este sentido, es necesario recordar que en el proceso judicial no se pasa por alto ni la edad ni los problemas de salud a la hora de disponer del lugar de arresto, por eso, más de la mitad de los detenidos se encuentra bajo el régimen de prisión domiciliaria que se ha comprobado violado más de una vez por estos señores mayores. Es decir, de las 1064 personas detenidas, 533 cumplen con el arresto de forma domiciliaria. Pero quienes están en perfectas condiciones y, encima se esfuerzan en falsificar certificados médicos para pasar por enfermos, deben cumplir la pena en prisión efectiva. Estos últimos son 449 según el mismo informe.

No se pasa por alto ni la edad ni los problemas de salud a la hora de disponer del lugar de arresto, por eso, más de la mitad de los detenidos se encuentra bajo el régimen de prisión domiciliaria que se ha comprobado violado más de una vez por estos señores mayores. Es decir, de las 1064 personas detenidas, 533 cumplen con el arresto de forma domiciliaria.

En el mismo sentido, si bien muchos imputados han muerto bajo el proceso judicial lo mismo ocurre con las víctimas y familiares, en todos los casos por la edad avanzada y por la demora de más de 40 años de impunidad, por lo que no se trata de un ensañamiento particular con este grupo de acusados sino de la demora de obtener justicia en delitos que no son nada menos que el genocidio y de lesa humanidad. Muchos de los imputados, a 41 años de la dictadura cívico-militar, siguen gozando de impunidad, de no tener sentencia y en muchos casos de la libertad. Entonces, no se deja a personas morir en cárceles, sino que se cumplen los procedimientos legales necesarios para lograr justicia, algo que hace cuatro décadas no se tuvo en cuenta.


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«Yo soy autora de la ley de nulidad de obediencia debida y punto final (…) pero nunca busqué la venganza. Y la verdad es que una sociedad que trata así a los ancianos… Además, se devuelve así con el ejemplo: ‘el derecho humano que me quitaste, yo te lo doy’. Pero hay casos que están bien juzgados y hay casos de los que no se tienen pruebas«, señala muy dolida Elisa Carrió. Otra vez, amparándose en la edad de los acusados. Sin embargo, habría que recordarle que los derechos humanos están vigentes al haber un proceso judicial que los juzgue, algo muy diferente al «derecho humano que quitaron», parafraseando a Carrió, dado que durante el genocidio no hubo juzgamiento ni sentencia, solo una planificación del secuestro, la tortura, el terror y el exterminio.

En este sentido, es necesario seguir señalando las debilidades del proceso judicial y sus demoras. Varios ejemplos: sólo el 28% de los imputados fue condenado, se dictó sentencia solamente en un 31% de la totalidad de las causas y 1279 personas imputadas en los crímenes de lesa humanidad están libres. Si los delitos no estarían «bien juzgados» como señaló Elisa Carrió, ¿por qué llevaría tanto tiempo elevar las causas a juicio y lograr sentencia?

Si los delitos no estarían «bien juzgados» como señaló Elisa Carrió, ¿por qué llevaría tanto tiempo elevar las causas a juicio y lograr sentencia?

«La verdad que el kirchnerismo usó esto como venganza y no como justicia (…) A una determinada edad, la prisión puede ser domiciliaria, y que esto rige para todos. No puede ser que se mueran en las cárceles enfermos. (…) Los derechos humanos son para todos«, insistió Carrió. Sin embargo, en primer lugar, que puedan morir en una cárcel correctamente judicializados señala la vigencia de los derechos humanos y no la existencia de venganza como buscan señalar. En segundo lugar, quienes están realmente enfermos son beneficiados con la prisión domiciliaria como se puede ver en los números señalados.

Estas declaraciones de Elisa Carrió, como representante del oficialismo, siguen en línea con los testimonios brindados por varios de los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri desde su llegada al poder. El negacionismo y la reconciliación parecería ser una constante en Cambiemos, además de la desinformación que demuestran manejar sobre muchos de los temas que abarcan los Derechos Humanos y, en particular, de lesa humanidad. En este sentido, la persistencia en estos discursos no revela un mal asesoramiento sino una intención clara de minimizar el rechazo social al genocidio.



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