Apuntes sobre la dulzura | Artaud y una introducción básica a la arquitectura

por
Invitame un café en cafecito.app

La calma de los feriados, el desorden doméstico y un libro aleatorio sobre Antonin Artaud compilado por Guido Arroyo y Galo Ghigliotto. La arquitectura también puede ser la ciencia de lo inexacto, al menos en sus pequeñas réplicas cotidianas, en donde la falla es el principal puente comunicante. 



Los feriados son días en donde todo parece tener un tinte diferente. Como esos viejos anteojos de sol de juguete que muchas veces no eran más que una fina lámina de celulosa. Sin el ritmo de los horarios, las obligaciones, los autos pasando por la calle, lo que nos rodea toma otra forma. Recién me pasó con mi mesa de luz: se mantiene igual desde hace seis meses, por lo menos, pero este viernes no laborable parecía diferente.

(Te puede interesar: Apuntes sobre la dulzura | El amor después del amor)

Me quedé mirando largo rato la torre de libros que fue armando, su arquitectura poco recomendable pero efectiva. Al mismo tiempo, me acordé de estas palabras de Mario Bellatin en Condición de las flores: «Este ejercicio de desplazarme por espacios alternos hace que esté seguro de que lea realmente los libros que pretendo leer. Más bien los contemplo, los admiro, husmeo en su interior. Para realizar una mecánica semejante es necesaria la presencia de varios volúmenes al mismo tiempo. De diferentes características además«.

Estas acumulaciones de libros me invitan a pensar en una introducción básica a la arquitectura, ciencia que desconozco por completo. En una de las torres que se edificaron en mi mesa de luz, la piedra fundante es un libro pequeño, prácticamente de bolsillo

Mi mesa de luz es un complejo de torres: tres columnas disimiles, como si el modernismo del catalán Antoni Gaudí fuera la norma a la hora de construir edificaciones. La luz distinta del feriado me permite darme cuenta que hace más de medio año que convivo con ese orden precario armado de lecturas desordenadas, simultaneas, aleatorias, resultantes de entusiasmos abandonados y que se pueden revivir si se practica el RCP de la insistencia. Por supuesto, con el correr del tiempo algunos libros abandonaron esas torres, otros se sumaron, como si se pudiera extirpar por completo un piso de un edificio y ser reemplazado por otro de diferentes características. Más allá de esas alteraciones, las torres conservan su esencia.

Detrás de la computadora en donde escribo este texto, el fenómeno se repite y se expande, una suerte de pandemia miniatura que da la impresión de que todavía puede controlarse, pero en realidad ya es tarde. En este caso son cinco las torres de libros que ocupan la mitad de una mesa que en algún momento fue pensada para que comiera una familia todas las noches. En su lugar, son autores de diferentes nacionalidades, épocas, géneros, estilos, los que conviven esperando a que se sirva un plato imaginario.

(Te puede interesar: Apuntes sobre la dulzura | “Libros petaca” con Claudio Bertoni y Cristina Peri Rossi)



deriva artaud

Deriva Artaud (Alquimia Ediciones, 2022)


Estas acumulaciones de libros me invitan a pensar en una introducción básica a la arquitectura, ciencia que desconozco por completo. En una de las torres que se edificaron en mi mesa de luz, la piedra fundante es un libro pequeño, prácticamente de bolsillo. Arriba se sostienen libros más grandes, más gordos. Sin embargo, ese libro de menor proporciones es de uno de mis autoras de cabecera: Joan Didion. ¿Es esto un principio irrefutable para toda construcción o un simple guiño poético? ¿O toda base siempre guarda algo de la esencia de las demás partes?

(Te puede interesar: Apuntes sobre la dulzura | Joan Didion y dejar ir a los muertos)

Revisando y analizando estos libros un viernes feriado, experimento un estado de extrañeza. Antonin Artaud escribió: «Encontrarse en un estado de extrema conmoción, un claro de irrealidad, en una esquina de sí mismo, con pedazos del mundo real». Una sensación similar produce apreciar el propio desorden, el resultado de los movimientos diarios que terminan produciendo restos arquitectónicos. Este fragmento de Artaud proviene de un bello libro llamado Deriva Artaud, publicado por Alquimia Ediciones y que se compone como un «paseo aleatorio» en torno a la figura del escritor maldito francés compilado por Guido Arroyo y Galo Ghigliotto.

La misma idea de la arquitectura caótica, aleatoria, desordenada, pero en la constitución de uno mismo y lo que escribe, la confirmación de que el plan maestro siempre es la ausencia de todo plan. O al menos saber soltar la correa que nos une a él cuando sea necesario.

En la lectura, me detengo en otro fragmento: «Yo soy aquel primitivo disgustado por el horror inexplicable de las cosas. Yo no quiero reproducirme en las cosas, quiero que las cosas se produzcan para mí. Yo no quiero una idea de mí en mi poema y yo no quiero reverme, a mí». La misma idea de la arquitectura caótica, aleatoria, desordenada, pero en la constitución de uno mismo y lo que escribe, la confirmación de que el plan maestro siempre es la ausencia de todo plan. O al menos saber soltar la correa que nos une a él cuando sea necesario.

Deriva Artaud es un libro compuesto de partes de otros libros, una especie de torre de mesa de luz pero de fragmentos del mismo autor. De ahí quizás el gusto que desarrollé por su lectura: el caos que no busca explicarse ni causas, simplemente existe y se expande. Como los libros en esta casa que habito, como el dolor, como el amor, como la vida misma. O como escribió el propio Artaud: «Todas estas páginas naufragan como hielos en el espíritu. Excusamos mi libertad absoluta. Me niego a hacer diferencia entre cualquiera de los minutos de mí. No reconozco el espíritu del plan».

(Te puede interesar: Apuntes sobre la dulzura | Mantenga el corazón esperanzado, pero espere lo peor)


** Conscientes del momento económico complejo en el que gran parte de la sociedad se encuentra, dejamos abierta una vía de colaboración mínima mensual o por única vez para ayudarnos a hacer nuestro trabajo, sobre todo a la hora de solventar los gastos – muchas veces invisibles- que tienen los medios digitales. Sumate a LPP y HACÉ CLIC ACÁ 🙂.

☕ ☕También podés donarnos un cafecito o la cantidad que quieras ❤️.


TE PUEDE INTERESAR