Dune, de Denis Villeneuve: la reinvención de un clásico

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Tras posponer su estreno por la pandemia, Dune llega a los cines. Se trata de una adaptación de la novela de ciencia ficción del año 1965 escrita por Frank Herbert y que tuvo una versión cinematográfica en los 80 al mando de David Lynch.  Ahora, bajo la dirección de Denis Villeneuve, encuentra otro destino.



Unos ojos claros color agua, casi transparentes, miran con miedo y soberbia a la bruja que le infringe dolor para comprobar su fortaleza. Una escena que viene de nuestro Harry Potter, nuestro boy who lived, se recrea ahora con un nuevo Elegido: otra cabellera negra que contrasta con una piel blanquísima, otra ternura infantil interrumpida por su propio poder. Timothée Chalamet, ahora Paul Atreides, se para en los hombros del héroe mágico de los 2000, con la misma mirada desafiante.

Dune está situada en un universo en donde los viajes interestelares son posibles. Pero la disputa ya no es más aquella de Palpatine en Star Wars, la de dominar el mundo, sino una mucho más cercana a nuestro tiempo pasado. Un tiempo en el cual los barcos de los reyes surcaban los mares para encontrar alimentos exóticos. En Dune sucede lo mismo solo que, en vez de surcar mares, se navegan los cielos en busca de especias.

Dune está situada en un universo en donde los viajes interestelares son posibles. Pero la disputa ya no es más aquella de Palpatine en Star Wars, la de dominar el mundo, sino una mucho más cercana a nuestro tiempo pasado.

Arrakis es el planeta caliente, la duna, que los otros planetas se disputan. En esta tierra de arena el aire está colmado de especias. Sus habitantes, los Fremen, hombres y mujeres del desierto, están sometidos a los más poderosos que se instalan en su territorio para robar las riquezas.

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La Casa Atreides, dominada por el Duque Leto (Oscar Isaac) y su esposa (Rebercca Fergusson), es la nueva Casa que el Emperador manda a dominar Arrakis. Estos Duques son también los padres de Paul, nuestro príncipe rebelde. Los Atreides irán al desierto con la intención de mimetizarse con las arenas y los Fremen y, por fin, instalar la paz en Arrakis.

Pero, como ya demostró Star Wars, todo emperador tiene un peón. Antes, Palpatine tenía a Darth Vader. Ahora, el Emperador tiene a Vladimir Harkonnen: un villano entre hombre y gusano que desatará la guerra para destruir a la Casa Atreides y tomar el control de Arrakis.

La intrincada trama tendrá lugar en el desierto dorado, con el viento colmado de especias brillantes y las profundidades de la arena invadidas por gusanos carnívoros gigantes que perseguirán a quienes caminen por su suelo.

La intrincada trama tendrá lugar en el desierto dorado, con el viento colmado de especias brillantes y las profundidades de la arena invadidas por gusanos carnívoros gigantes que perseguirán a quienes caminen por su suelo. Pero la lucha de poderes pasa a un segundo plano. Porque la historia que termina anteponiéndose, y aquella que tendrá su desenlace en Dune 2 (programada para el 2023) es la del nuevo Elegido, el hijo de la Casa Atreides.

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Un joven entrenado para dominar las mentes ajenas y con un posible poder superior que podría convertirlo en el rey del universo, en el nuevo Emperador. Pero esto es si puede, efectivamente, comprobar sus poderes. Al igual que nuestro hechicero de Hogwarts, soberbio y encantador, Paul Atreides no parece concebir la posibilidad de no ser el chosen one de la nueva generación. Con valentía, y un poco de sed de poder, él se adjudicará el rol de príncipe. El nuevo protagonista de esta historia que acaba de comenzar.

Parecen demasiadas cosas sin resolver para una película de casi tres horas de duración. Pero nada de esto importa, porque el verdadero triunfo de Denis Villeneuve es la capacidad de hacer viajar a otro mundo.

Este prodigio cargará consigo los valores de su familia, la Casa Atreides, para salvar a los Fremen y al planeta Arrakis. Dentro de este pueblo del desierto se encuentra Chani (Zendaya) con quien Paul tiene sueños constantes que le marcan su destino. También como Harry Potter, el nuevo elegido seguirá el camino que estas visiones le marcan y que parecen determinar su futuro y el del Universo.

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La lucha entre el Barón Harkonnen y Paul Atreides, la salvación de Arrakis de las manos del Emperador, el futuro de los Fremen y la historia entre Chani y Paul son todas incógnitas que quedan por desenvolverse en la secuela. Parecen demasiadas cosas sin resolver para una película de casi tres horas de duración. Pero nada de esto importa, porque el verdadero triunfo de Denis Villeneuve es la capacidad de hacer viajar a otro mundo.

Durante la extensa duración, la sala de cines se convierte en el desierto y el universo de Arrakis envuelve al público para sentar las bases de lo que será un desenlace épico. Es una excelentísima primera parte, que toma lo mejor de sus antecesores de ciencia ficción y fantasía, con escenarios vastos, imágenes memorables y personajes que dan ganas de volver a encontrar.

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