Mauricio Macri y su peor semana de gobierno

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El presidente Mauricio Macri enfrenta la peor semana para su gobierno. Comenzó el miércoles pasado, cuando la cumbre de la Organización Mundial de Comercio no logró cerrar los acuerdos que pretendía, y continuó con fuertes manifestaciones populares en contra de la aprobación de la reforma previsional. En la madrugada de ayer hubo cacerolazos por segunda noche consecutiva y el gobierno parece estar dilapidando el capital electoral que alcanzó tras su triunfo en las elecciones legislativas.



La cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) fue el primer síntoma de lo que sería una semana negra para la imagen del gobierno de Mauricio Macri. La reunión con líderes internacionales que fue promocionada como parte del plan para «volver al mundo» terminó siendo un fracaso ya que no se alcanzaron los acuerdos buscados por el gobierno (entre ellos, lograr un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea), además del escándalo internacional que se generó tras las deportaciones de periodistas y activistas a quienes se les prohibió la entrada al país por sus publicaciones en redes sociales, según confirmó Cancillería.

El gobierno de Mauricio Macri había superado sus propias expectativas tras las elecciones legislativas de Octubre, cuando el partido oficialista logró amplios triunfos en los principales distritos del país. Aquel apoyo popular que la oposición le negaba fue confirmado en las urnas, y no demoraron en aprovecharlo como impulso para profundizar las reformas que tenían pensadas para la segunda mitad del mandato. En una reunión con los gobernadores de las provincias fue definido un paquete de modificaciones al sistema previsional, laboral y tributario que se fueron llevadas en tiempo récord al Congreso para su tratamiento.

Tras la aprobación de la reforma previsional en el Senado, el mismo día que cerraba la cumbre de la OMC se dio la primera de las demostraciones populares de oposición a la medida cuando sindicalistas y representantes de organizaciones sociales interrumpieron el debate en comisión para plantear su descontento con la reforma. A pesar de sus planteos, los diputados oficialistas lograron dictamen para el proyecto que se trataría en la cámara al día siguiente. Esa noche comenzaron los operativos de Gendarmería fuera del Congreso para blindar el recinto y evitar las movilizaciones.

Tras la aprobación de la reforma previsional en el Senado, el mismo día que cerraba la cumbre de la OMC se dio la primera de las demostraciones populares de oposición a la medida cuando sindicalistas y representantes de organizaciones sociales interrumpieron el debate en comisión para plantear su descontento con la reforma.

El descontento social continuó en crecimiento. Al día siguiente una multitud se reunió frente al Congreso para exigir que no se apruebe la ley, luego de que el presidente Mauricio Macri afirmara que la reforma era necesaria para que la economía no explote. Las miles de personas reunidas frente al Congreso defendían su convicción de que los fondos necesarios no debían ser descontados de los ingresos de los sectores de menores recursos, como los jubilados, pensionados, familias que reciben la Asignación Universal por Hijo y veteranos de Malvinas. La manifestación fuera del Congreso fue ferozmente reprimida por Gendarmería, cuyas imágenes de detenciones ilegales y violencia contra los diputados que querían ingresar al recinto marcaron el fin de un año complicado para la política argentina.

La sesión en Diputados se levantó, pero al día siguiente se retomó por la tarde con una enorme manifestación popular fuera del Congreso. Las tapas de los diarios se concentraron en mostrar únicamente la violencia de grupos que se enfrentaron a la policía, pero miles de personas se organizaron para demostrarle a sus representantes dentro de la Cámara que hay intereses más importantes que los del Fondo Monetario Internacional. Tras la aprobación de la reforma, los cacerolazos se multiplicaron por la ciudad de Buenos Aires con una consigna clara: «si nos tocan a los viejos, qué quilombo se va a armar».

La insensibilidad política del gobierno ha llevado a que esta semana, en la que también se cumple un mes de la desaparición del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes, la imagen del equipo de Mauricio Macri se vea afectada negativamente. En el día de ayer, mientras se desarrollaba un nuevo cacerolazo, la reforma tributaria fue aprobada con mínimos cambios por la cámara de Diputados. 



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