Gourmet Musical: una editorial que invita a pensar y escuchar la música de otra forma

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«No existía la costumbre de publicar libros sobre música, quedaban en formatos más restrictivos», afirma Leandro Donozo, editor y fundador de Gourmet Musical Ediciones. Este sello se caracteriza por publicar libros que reflexionan sobre y a partir de la música. Charly Garcia, Luis Alberto Spinetta, Sandro y El mató a un policía motorizado son algunas de las expresiones musicales que desfilan en su catálogo, pensados a través de distintos autores y enfoques.  «Desconfío cada vez más de las categorías», destaca Donozo.



Gourmet Musical es un caso particular que mezcla dos grandes costumbres argentinas: la innovación y el desafío. Este sello editorial  se especializa en analizar distintos tipos de música y artistas a partir de la mirada particular y detallada de autores que provienen de distintos campos: la literatura, el periodismo, la investigación académica. De esa forma, fenómenos tan populares como el rock o la música de Sandro, son vistos bajo una lupa diferente. En la misma dirección, el tango o la producción discográfica son acercados para un público no especializado.

Con una estética propia y un objetivo claro, Gourmet Musical nació a mediados de los 2000, época en la que varios sellos independientes empezaron a apostar en ampliar el catálogo editorial y la diversidad dentro de las librerías. En el caso particular del musical, el desafío nace de acercarse a la música por fuera de la biografía, sino a partir de otro tipo de conocimientos como los musicales -claro-, pero también la psicología, sociología o lingüística. El caso de los dos libros de Mara Favoretto  Charly en el país de las alegorías (2013) y Luis Alberto Spinetta: mito y mitología– son dos claros ejemplos.  

Con una estética propia y un objetivo claro, Gourmet Musical nació a mediados de los 2000, época en la que varios sellos independientes empezaron a apostar en ampliar el catálogo editorial y la diversidad dentro de las librerías.

«Muchos sellos como Gourmet Musical, de todas formas, tenemos un tamaño que nos permiten ir adaptándonos. Ahora hay un periodo de bajo consumo y tenemos que reinventarnos, adaptar el catálogo. La incertidumbre es parte del modus operandi nacional», afirma Leandro Donozo, editor y fundador de la editorial a La Primera Piedra.  ¿La masividad de un músico o un género musical garantiza una transferencia al éxito editorial? Bueno, las cosas no son tan sencillas.

«Pensar todo en términos de ‘rock’ es bastante pobre»

—¿Cómo nació el proyecto de Gourmet Musical? Más teniendo en cuenta la particularidad de enfocarse en un género particular como los libros sobre música.
— Tiene más que ver con mi formación y mis intereses: yo vengo de la investigación musical, por lo que también servía de excusa para publicar un trabajo mío que venía haciendo hace mucho tiempo. Además, veía que cierto tipos de libro de música no tenían su lugar en el mercado, con un registro más riguroso y cercano a la investigación. No existía la costumbre de publicar libros sobre música, quedaban en formatos más restrictivos como un paper o monografía. Desde febrero del 2005 que empezó el trabajo, por más que en el 2006 salió el primer libro y en 2007 el segundo.

(Leer nota relacionada: La trilogía de El mató a un policía motorizado: ellos revitalizaron a un rock estancado)

— La editorial nace en un momento donde se generaba el movimiento actual de editoriales independientes. ¿Se puede disputar espacio a los grandes sellos?
— Sí, autores nuevos y viejos pueden elegir publicar con las editoriales independientes. Todo ese proceso de surgimiento de nuevos sellos fue muy importante para la cultura argentina, por que no solo incluye a la literatura, sino también a la investigación, las humanidades. Se va movilizando la industria editorial también en lo que a producción e ideas se genera. Hay mucha diversidad que en otro contexto no hubieran existido. Sin embargo en Argentina siempre hay que estar pendiente de los cambios económicos y políticos, y eso dificulta muchas veces proyectos a largo plazo.

Con nosotros se dan esas mezclas: hacemos libros sobre Charly García o Sandro, que son masivos, pero a la vez los libros son para poca gente. Un libro no compite en el mismo terreno que la música, aunque sería muy bueno que se le preste más atención en términos intelectuales.

— ¿Qué tanto complejiza el contexto político?
— Todo, ya sea a corto o largo plazo, porque los cambios son constantes. Muchos sellos como Gourmet Musical, de todas formas, tenemos un tamaño que nos permiten ir adaptándonos. Ahora hay un periodo de bajo consumo y tenemos que reinventarnos, adaptar el catálogo. La incertidumbre es parte del modus operandi nacional. Si bien eso siempre fomenta a la creatividad, también se cae en una creatividad estúpida: estar pensando cómo sobrevivir económicamente es un desperdicio para un escritor, un editor o un productor. Actualmente hay mucha producción, diversa y de buena casualidad. Hay más oferta que la que la realidad del país permite tener muchas veces.

— Teniendo en caso tu experiencia personal y con Gourmet musical, ¿cómo se explica que el rock argentino haya sido tan escuchado en todo el continente?
— Eso es una paradoja, porque somos un país muy importador de todo, más si viene de Europa o Estados Unidos. Siempre fuimos muy prejuiciosos, pero el rock nacional fue muy valorado internamente. Mientras, el rock latinoamericano es desconocido. También se debe a que el rock argentino tuvo un desarrollo local más marcado que en otros países, no tan imitadores o deudores de bandas extranjeras. El rock español tampoco trascendió mucho y si se piensa internamente, se repite el fenómeno con Buenos Aires y el resto de las provincias. Ahora hay otras formas de llegar a esa información y se puede acceder a más material por suerte.


Leandro Donozo. Foto: Revista Madhouse


— Se suele decir que hay una suerte de crisis en el rock argentino, ¿vos como lo ves?
— Creo que hay varias cosas a analizar: Buenos Aires es una ciudad muy nostálgica. Hay radios que parecen que se quedaron en 1985 y son muy populares. También hay una diversidad de producción y de medios que es muchísimo más variado que hace 20 años. Eso hace que todo se divida. Antes había tres canales de televisión, hoy hay miles y también está Internet. Cualquier variedad de rock hoy la tenés de alguna manera, lo que hace que haya mucho que compita por la atención. Por otro lado, estoy de acuerdo con Alfredo Rosso, que dice que estamos en una época dorada del rock argentino: hay un montón de producciones interesantes. Es una falsa idea de éxito pensar que hay que estar en los «grandes medios» para triunfar. Además pensar todo en términos de «rock» es bastante pobre, están naciendo nuevas mezclas que tienen un gran valor.

Es una falsa idea de éxito pensar que hay que estar en los «grandes medios» para triunfar. Además pensar todos en términos de «rock» es bastante pobre, están naciendo nuevas mezclas que tienen un gran valor.

— ¿Ves una suerte de standarización de la música más masiva?
— Mientras a más gente quieras llegar, más a buscar el mínimo denominador común. Yo soy cocinero y si quiero cocinar para 100 mil personas no va a funcionar, pero una pizza con muzzarella sí. Mientras menos elementos tenga, va a funcionar. Además no toda la gente quiere escuchar música con atención.

— ¿Cómo se va pensando el catálogo en Gourmet Musical?
— Yo desconfío cada vez más de las categorías. Como te decía antes, no me interesa si algo es rock, tango o canción y eso está en los libros que trabajamos. Yo estimulo las mezclas. El caso de La música de Sandro. Cómo se hicieron sus canciones de (Gourmet Musical, 2016) de Pablo S. Alonso me parece el ejemplo perfecto: sus canciones no están en ningún género. Además estuvo muy relacionado al rock nacional. Los mejores músicos de jazz tocaban con Sandro y muchos también tocaron con Piazzola. Él conectó a distintos tipos de música y a la vez fue popular, masivo y comercial. Esos casos sirven para demostrar que no se puede entender el mundo sin pensar en la música.

— Una de las diferencias que marca a Gourmet Musical es que los libros no se detienen tanto en lo biográfico como otros libros, sino en aspectos culturales y estrictamente musicales, ¿no?
— Sí, a nosotros no nos interesa esa cosa escabrosa de quién hizo qué o con quien. Eso dice poco sobre la música. Con nosotros se dan esas mezclas: hacemos libros sobre Charly García o Sandro, que son masivos, pero a la vez los libros son para poca gente. Un libro no compite en el mismo terreno que la música, aunque sería muy bueno que se le preste más atención en términos intelectuales.

(Leer nota relacionada: La vuelta a Charly García en 80 citas)


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