Una vida peligrosa: cinco poemas de Gabriela Clara Pignataro

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Con un ejercicio retrospectivo, en donde el poema que da título al libro Una vida peligrosa (Patronues Ediciones, 2023) abre la puerta al desarrollo y bifurcación de los demás poemas, los versos de Gabriela Clara Pignataro proponen imágenes punzantes, desafiantes, amablemente peligrosas. Con la fe puesta en juego, el pasado proyecta una luz cegadora sobre todo, mientras que el futuro no termina de revelarse. En una mezcla particular de crudeza y ternura, cada desprendimiento de este libro teje sus hilos en la incertidumbre de lo que vendrá.



Sobre la autora

Gabriela Clara Pignataro nació en 1985 en Buenos Aires. Es pedagoga y educadora social, escritora, fotógrafa y actriz. Publicó La última oleada se llevó todo menos esto (Editorial Subpoesía 2013), Eso que no se parte es una respuesta (Difusión A/terna, 2014), Muta (Nulu Bonsai, 2014), Floresta (LFS, 2015), Esto pasa: Poesía en Buenos Aires. Antología (Llanto de Mudo, 2015), Formas de lo invisible. El espectro como cuestión estético-política (Karmacorp Ediciones, 2017), Tundra (Añosluz Editora, 2018), Tranço cabelo cai um raio (Benfazeja Editorial, 2018), Dos poemas (Ediciones Arroyo 2019),Tus profes te leen- Antología (2020), Puma (Editorial Promesa, 2022). Es maestranda en Políticas Públicas en Educación (UNIPE).

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1 – Una vida peligrosa:

cada vez que abro los ojos

levanto una ciudad plateada delante

la faena del ruido 

los aviones y las pestañas

volteadas al cielo sin inscripciones

el agua en la zona de tormentas

corroe lo que nos sostiene

querías una vida peligrosa

una, no esta o tal vez, lo sea

“Una vida peligrosa” dijiste

una y otra vez arrodillada

golpeando con la mano abierta

la estantería de cristal

que llevaba tu nombre,

así pelaste la superficie

hasta no reconocer las marcas

manejaste por la ruta hacia el

sembrado hasta tocar el maíz

con la piel más suave:

las mejillas enrojecidas 

la aspereza dorada de la espiga

rojo así 

querías el riesgo

lisura prefacio llanura precipicio

tu sed

vas a amar un cuerpo imposible

todo cuerpo es imposible

amar al chico de ojo de piedra

con el pájaro de luz en su cara

odiar cada mañana que su cabeza esté

lejos de vos

porqué porqué porqué la mano abierta

una esponja rosada

vas a amar del hueco de su cuerpo

su voz

un eco al interior de la frente 

mojada

repetir ese sonido y su olor

sin ver

el olfato y el oído tallan la señal

alerta

podrías haberte quedado en casa

podrías haber dejado el polvo en su lugar

dejaste que la imagen hablara por vos

sos un animal hambriento

los hombres del pasado disparan sin mirar

no hay tesoro nadie vuelve satisfecho

el alivio es de los que escapan,

una vida peligrosa

tal vez esta, tal vez así.

 

Un peñasco a punto de quebrarse.

Eso es lo que querías.

 

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2- El agua en la zona de tormentas

refleja lo que nos aterra

el latido entrecortado

el deslumbre 

de las palabras apretadas 

en las manos, apenas un gesto

puede destruirlo todo,

trazar un corte perpendicular

a la sensatez:

las habitaciones doradas

por la costumbre

caen de tu hombro izquierdo

con voluntad inútil,

como un músculo que desentiende

la extensión de su fuerza.

 

Vos viste el rayo en el ojo

la luz bailando enloquecida,

simulada por el sol

quedaste ciega

el disco volado de la boca

de tormentas

girando

girando

en la calle desierta

orbitando,

inundada de fe.

 

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3- hasta tocar el maíz

con la lengua del arco,

galopa campotraviesa:

ahí va 

el caballo rojo de mi fe,

la crin hachada 

por lo imposible

todo tuyo el paisaje

en la dentadura

ahí va,

contra toda tristeza

no deberías ir tan rápido 

¡más rápido! todo se aleja

el pasto crece

los girasoles 

tuercen su raíz

para verte llegar

ahí vas

caballo rojo 

máquina de fe reluciente

en la lluvia

por la noche

en el rocío

nada te detiene

tan rápido, tan rápido

ahí vas

sos una figura 

a contraluz

que ya no recuerda

este, su nombre.

 

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4 – con la piel más suave:

envuelvo este gesto de ala 

de cisne en despedida

esta órbita de sol

a contraluz,este tacto

de fruta mordida,

un corte oblicuo a este

sentimiento podría ser

un eslabón perdido

de pequeña fiereza

sangre dulce en el labio

una palabra de perdón

o tu corazón latiendo

por la espalda

como el telón de la fiesta

del tiempo contra 

el vidrio de la noche,

por la piel más suave

el corte a mi mansedumbre

abre un ojo al bosque

donde aún canta

un pájaro desde el futuro.

 

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5 – lejos de vos

el caballo de mi sombra relincha

en el músculo agotado 

reclama su pastura 

a quién se la diste, por qué

el cansancio también es una fuerza

      lenta velocidad reversa

choca con el caballo rojo de mi fe.

Los dos caballos se conocen

van juntos

siameses por la espalda

se devoran en espiral

por su hambre,tres noches

a quién alimentaste, por qué

de camino, van juntos

sin verse a los ojos.

 

Caballo blanco de mi sombra

yo te llamo

en el centro de las cosas,

tu galope trae el polvo

que levanta superficies

de proyección,

un castillo para la sangre

dispersa. Rojo sobre 

blanco, mi última noción

de peligro.

Mis caballos llevan el carro

una vida peligrosa

quería dijeron pedí

una vida amplificada

un carro llevado por la sombra

y la fe.

 

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