Especial terror y suspenso: tres películas nórdicas para ver sí o sí

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Distinto a la violencia visual del terror asiático, el cine nórdico trae un nuevo tipo de suspenso, construído principalmente a través de la trama. Tal es así que en uno de los proyectos analizados, son las voces en off detrás del teléfono las que cuentan la historia. Las tres películas nórdicas Goodnight Mommy, Phoenix y The Guilty construyen un mundo siniestro. Tal vez menos impresionante en lo visual que el universo oriental, pero mucho más profundo en su crueldad y en la construcción de sus personajes, complejos y retorcidos.



1 – Goodnight mommy, de Severin Fiala y Veronika Franz: miedo, suspenso y un final inesperado

Un paisaje verde, una casa blanca y moderna como un cubo de civilización en medio de la naturaleza y dos hermanos gemelos, rubios y perfectos, jugando entre los árboles, en el lago, escondidos entre las plantas. Este es el comienzo de Goodnight Mommy,  título en inglés para la película de origen austríaco Ich seh, ich seh (veo, veo).

Ya en estas imágenes, que aparentan mostrar un mundo perfecto, se puede percibir la tensión que seguirá vigente todo el film. No hay un segundo de descanso en el thriller de Severin Fiala y Veronika Franz. Porque estos niños, Elías y Lukas, gemelos idénticos, esperan a que su madre vuelva del hospital. Se preguntan cómo será cuando ella llegue, si estará muy distinta, qué pasará. Las conspiraciones juguetonas de los dos hermanos son inocentes, pero también siguen construyendo un suspenso que se agranda hasta la llegada del personaje femenino.

Un cuerpo alto y flaco, cubierto casi entero por vendas blancas, excepto en sus extremidades y sus ojos. Así se presenta el personaje materno que da origen al título en inglés. Una mamá regresa totalmente reconstruida del hospital por una cirugía estética que le cambió el cuerpo y el rostro

Un cuerpo alto y flaco, cubierto casi entero por vendas blancas, excepto en sus extremidades y sus ojos. Así se presenta el personaje materno que da origen al título en inglés. Una mamá regresa totalmente reconstruida del hospital por una cirugía estética que le cambió el cuerpo y el rostro, aún cubiertos por el vendaje. Durante una primera parte, el miedo se centra en ella, casi inhumana. Enojada y dolida, exige oscuridad y silencio en la casa. Su odio es creciente y se concentra casi únicamente en su hijo Lukas, a quien no mira ni dirige la palabra.

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Los gemelos entonces empiezan a sospechar: ¿Y si eso, eso que volvió vendado y maligno del hospital y que ahora duerme con ellos, no es su mamá? Lukas, seguro de que este ser que lo ignora y lo destrata no puede ser su madre, convence a Elías de los planes más macabros para descubrir la identidad de aquella momia terrorífica.

Más cerca del final, el miedo cambia de eje. Los dos rubios iguales son mucho más oscuros de lo que parecían en unas primeras escenas, con cabellos dorados y cuerpos al sol, jugando entre el pasto. Ahora, siniestros, buscarán desenmascarar a la mujer que se pasea por los pasillos de su enorme casa.

Más cerca del final, el miedo cambia de eje. Los dos rubios iguales son mucho más oscuros de lo que parecían en unas primeras escenas, con cabellos dorados y cuerpos al sol, jugando entre el pasto. Ahora, siniestros, buscarán desenmascarar a la mujer que se pasea por los pasillos de su enorme casa. El final de la película es un gigante plot twist, que responde a todas las preguntas surgidas con el correr del film: La mamá, ¿Por qué tuvo que ir desfigurada al hospital y reconstruirse? ¿Es la que volvió, verdaderamente, la madre? ¿Por qué ignora la presencia de uno de los chicos?

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2- Phoenix, de Christian Petzold: una reconstrucción incierta

Este proyecto de Christian Petzold también toma la temática de reconstrucción: una mujer debe hacerse una cirugía estética para rehacer su cara tras sufrir incontables agresiones en un campo de concentración, durante la Segunda Guerra Mundial. Nelly decide operar su rostro para que sea igual que antes, no quiere ser otra, pero sabe que tampoco podrá volver a ser ella misma. Esta incapacidad de ser exacto la que era físicamente es, quizás, una metáfora para todos aquellos que lograron escapar de Auschwitz: un antes y un después que la obligan a tomar un nuevo papel en su vida.

Al igual que en Goodnight mommy, la reconstrucción facial y la cirugía estética no son por una decisión propia sino por un pasado oscuro que desfigura su aspecto. Y, también como en la película de terror austríaca, la nueva identidad jugará un rol principal. Porque ellas, Nelly y la madre, no son las que eran: aquello que las obligó a entrar en un quirófano las acompañará por toda la vida y moldeará sus nuevas personas, tanto física como espiritualmente.

Una mujer debe hacerse una cirugía estética para rehacer su cara tras sufrir incontables agresiones en un campo de concentración, durante la Segunda Guerra Mundial.

Al volver a la civilización, Nelly busca reencontrarse con su pareja. Lo busca desesperada pero de lejos, sin animarse a decirle que volvió, que logró escapar de las manos de los nazis. Ahí, el suspenso de Phoenix empieza a crecer: ¿Que ocurrió, verdaderamente, si su escape no sería una celebración para su esposo? ¿Por qué le cuesta tanto mostrarse ante él? La figura del marido aparece, en principio, desde la mirada de Nelly, que lo espía desde lejos, hasta que una noche se encuentran.

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Él, Johnny, no logra reconocerla, hecho que también hace a la intriga de esta historia: ella no está igual que antes, pero no debería ser irreconocible para su pareja. Entonces las intenciones de Nelly empiezan a descubrirse y la trama, abierta en mil ramas, empieza a cerrarse: ella quiere descubrir si fue él quien la delató antes los nazis y el motivo por el cual la llevaron a Auschwitz.

Es por esta intención de descubrirlo que seguirá el plan que Johnny le propone. Cegado por la negación y, probablemente, por la enorme culpa, él no se permite ver que aquella que se presentó viva es su Nelly, entonces idea un plan macabro: hará que esta mujer, tan similar a su esposa, se haga pasar por ella. Entonces la protagonista, la verdadera Nelly, acepta interpretarse a sí misma, como si fuera otra interpretándose.

Phoenix es una historia de reconstrucción, pero también de trauma y violencia, cargada por la enorme tragedia que dejó la Segunda Guerra Mundial.

La negación de Johnny, cargado por la culpa, hacen que frente a tantas obviedades no se permita ver la realidad: ni la voz, ni el cuerpo son suficientes para hacerlo ver que aquella que se le apareció no es otra que su esposa, aún viva, sobreviviente de Auschwitz.

El suspenso está en el vínculo que se genera entre ambos, cargado de constante tensión e incertidumbre: ¿Cómo puede ser que él no se dé cuenta? Pero también se abren varios interrogantes en torno al personaje de Johnny, que se complejiza con la trama, ¿Es él verdaderamente un delator? ¿Por qué necesita que alguien se presente como su esposa? Phoenix es una historia de reconstrucción, pero también de trauma y violencia, cargada por la enorme tragedia que dejó la Segunda Guerra Mundial.

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3 – The Guilty, de Gustav Möller: tensión a través de las voces

Un oficial de policía atado a un escritorio recibiendo los llamados de emergencias. Sentado y con un auricular colocado en su oreja, el sueco Asger Holm, se ve envuelto en una rutina agotadora. Con esa atmósfera rutinaria se desenvuelve enteramente The Guilty: un policía, en su escritorio y voces en off del otro lado del teléfono. Pero lejos de ser algo negativo, la capacidad de generar tal suspenso en la monotonía es el gran logro del proyecto de Gustav Möller.

Asger comienza la película con una actitud soberbia y destratadora con aquellos que lo llaman para pedir ayuda. Hasta que la voz de una mujer, Iben, aparece en escena. Ella se comunica de forma extraña y rápidamente él entiende que se trata de una mujer secuestrada, la cual no puede explicitar que está hablando con la policía. Y ahí, con tan solo la voz femenina del otro lado y los gestos de Asger (Jakob Cedergren) el protagonista da un giro drástico hacía la empatía y el compromiso: no va a descansar hasta no liberar a Iben de las manos de su secuestrador.

Con un plot twist casi tan impactante como el de Goodnight Mommy, llevan al oficial protagonista a una incertidumbre voraz que le hará replantearse su vocación entera.

Todo lo que sucede después es, también, conocido a través de voces en off y la cara del protagonista, que logra transmitir todo. Asger Holm identifica la identidad de Iben y llama a su casa. Allí lo atiende la voz de una niña que, mientras llora, le cuenta que su papá se fue con su mamá, armado y la dejaron a ella con su hermanito. Rápidamente el espectador descifra, al igual que Holm, un crimen doméstico: el esposo maltratador capturó a Iben, su mujer.

Pero The Guilty es mucho más complicada que eso. Con la llegada de los oficiales a la casa en donde residen los niños se descubre un secreto siniestro, que es dado a conocer a la audiencia mediante un llamado de un compañero oficial a Holm, quien ahora deberá cambiar de rumbo toda su investigación.

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Y como ese primer giro desgarrador, hay varios más en la cinta, que no deja de cambiar de rumbo y reconstruir su trama, sin jamás perder el hilo y el suspenso. Y, acompañando aquellos giros imprevisibles está Holm, incansable pero cada vez más perturbado por la historia de esta familia, que no deja de oscurecerse. El final, con un plot twist casi tan impactante como el de Goodnight Mommy, llevan al oficial protagonista a una incertidumbre voraz que le hará replantearse su vocación entera.




En síntesis: todo está en la trama

En las tres películas nórdicas analizadas el suspenso y, en el caso de Goodnight mommy también terror, se lleva a cabo a través del guion. Salvo en el proyecto de Fiala y Franz que cuenta con alguna escena un tanto explícita, estos films logran construirse y reconstruirse gracias a su implacable trama, que en los tres casos se permite la flexibilidad de cambiar de rumbo.

Es esta firmeza en el guion la cual permite los desvíos impensados y los plot twists que llevan, en los tres proyectos, a finales inolvidables.

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