Deuda externa y fuga de capitales, preocupantes ingredientes de la economía macrista

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Durante la gestión de Mauricio Macri, Argentina se ha convertido en el mayor emisor de deuda en moneda extranjera del mundo, según datos del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET). Desde su asunción como presidente, la deuda externa emitida superó  los 45 mil millones de dólares y la fuga de capitales creció un 90% con respecto al 2015, situación que pone en duda la viabilidad del actual modelo de financiamiento del país.


Con el correr de los años y las políticas económicas que se sucedieron en Argentina en las últimas décadas, la deuda externa se convirtió en un tema central de debate en la opinión pública: para el gobierno de Cristina Kirchner, el refinanciamiento de la deuda histórica fue un hito en su mandato y ahora en el gobierno de Mauricio Macri se convierte en un problema creciente. El día de ayer se presentó el cuarto informe del Observatorio de la Deuda Externa llevado a cabo por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el escenario que presenta está lejos de ser alentador para el futuro del modelo económico nacional.

(Leer nota relacionada: Macri y la deuda externa que supimos conseguir)

Según este informe, Argentina se ha convertido en el país que más emite deuda en moneda extranjera del mundo, dejando en segundo lugar a Arabia Saudita con una diferencia del 263%. La deuda externa argentina sumó 45.951 millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación y se calcula que alcanzará los 290.000 millones de dólares este mes. El aumento equivale a un 11% del PBI nacional total.

Según este informe, Argentina se ha convertido en el país que más emite deuda en moneda extranjera del mundo, dejando en segundo lugar a Arabia Saudita con una diferencia del 263%. La deuda externa argentina sumó 45.951 millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación y se calcula que alcanzará los 290.000 millones de dólares este mes.

El informe afirma que actualmente el endeudamiento externo es «la única fuente de dólares significativa que han podido elaborar para nuestra economía» y que esta política de financiamiento es «escasamente sustentable en el tiempo»Al problema de la deuda externa se suma el de la fuga de capitales, que implica una enorme pérdida de dólares para el país y, si no es tratada con la seriedad que merece, dificultará el pago de la deuda actual a futuro.

Sólo en los primeros 4 meses del año, las cifras de fuga de capitales alcanzan los 9.408 millones de dólares y se centran en dividendos de empresas enviados al exterior y compra de moneda extranjera para turismo. Según la Universidad de Avellaneda, la fuga de capitales de los primeros dos meses del año fue la mayor registrada desde 2003 y es un 90% mayor a la registrada en el mismo período de 2015.

Sólo en los primeros 4 meses del año, las cifras de fuga de capitales alcanzan los 9.408 millones de dólares y se centran en dividendos de empresas enviados al exterior y compra de moneda extranjera para turismo.


Fuente: Página 12

Fuente: Página 12


La semana pasada, en el marco de las movilizaciones de Ni Una Menos, un grupo de mujeres se reunió frente al Banco Central en el Microcentro porteño para reclamar el endeudamiento del Estado nacional y el impacto que tiene sobre la economía de los ciudadanos, especialmente de las mujeres que son más vulnerables al actual contexto de flexibilización y precarización laboral. Durante su mandato en la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri cuadruplicó la deuda externa, que alcanzó los 1794 millones de dólares en 2015, tras 7 años de gestión. El impacto del endeudamiento externo es vital para el futuro del país, ya que limita la independencia en las decisiones a largo plazo.

Durante el gobierno de Macri como presidente, tomó la decisión de pagar la deuda con los fondos buitre, pero seguir endeudándose en el exterior. La fuga de capitales se relaciona directamente con los controles que el Estado debe realizar a las empresas que buscan beneficiarse a través de enviar sus ganancias al exterior y evitar las tasas tributarias nacionales.


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