Testimonios del Paro Internacional de Mujeres: «Es una lucha por la justicia y la igualdad»

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En una multitudinaria convocatoria, miles de mujeres marcharon desde el Congreso hasta Plaza de Mayo, para denunciar la vulneración cotidiana de sus derechos, atravesada por la violencia de género en todas sus formas. Las movilizaciones se replicaron en más de 50 países en todo el mundo, creando una acción colectiva con la que el feminismo logró trascender las fronteras. En la siguiente nota, la importancia de la marcha contada desde sus protagonistas. (Foto de portada: Mar Garrote Cortinez)


Por Laura Verdile y Giuliana Sordo

Por primera vez en la historia el Día Internacional de la Mujer fue resignficado como instancia de lucha colectiva. Los reclamos se multiplicaron y recorrieron más de 200 ciudades en un acto de libertad conjunta contra un sistema que pretende acallar a las mujeres, relegarlas a la pasividad. El denominador común que atravesó todas las demandas es un grito que se escucha cada vez más fuerte desde distintos sectores de la sociedad: un mundo libre de patriarcado.

Los reclamos se multiplicaron y recorrieron más de 200 ciudades en un acto de libertad conjunta contra un sistema que pretende acallar a las mujeres, relegarlas a la pasividad. El denominador común que atravesó todas las demandas es un grito que se escucha cada vez más fuerte desde distintos sectores de la sociedad: un mundo libre de patriarcado.

Se trató de una movilización para deconstruir los sentidos arraigados en lo más hondo de las estructuras y de visibilizar la urgencia de políticas públicas que protejan a las mujeres, constantemente violentadas mientras el Estado mira para otro lado. La precarización laboral, el fin de la brecha salarial, de la persecución, del abuso, de los crímenes de odio, de la justicia amparada por el poder patriarcal fueron solo algunas las demandas que resonaron en el escenario de Plaza de Mayo. Las deudas pendientes de la democracia que se exigen en las banderas de esta denominada «revolución sensible».

El paro del día de ayer buscó mostrar en las calles lo que parece invisible: el valor del trabajo de las mujeres cuando la vida no cuenta y es menospreciada por todos los mecanismos institucionales que hacen oídos sordos, mientras que cada 18 horas hay una menos para gritar. «Por un movimiento feminista que revolucione nuestro lugar en el mundo», fueron las palabras con las que cerró el documento que consensuaron las organizaciones convocantes.


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Foto: Mar Garrote Cortinez


La Primera Piedra estuvo presente en la marcha y acompañó a las mujeres que, una vez más, sacaron el cuerpo a las calles para reclamar por sus derechos.

Anónimo (28 años):

«Desde la Junta de Promoción Social somos todos laburantes del Estado que trabajamos con mujeres víctimas de explotación sexual, con chicos y chicas en situación de calle. Las políticas públicas que este gobierno está teniendo nos afectan directamente en tanto repercuten en la cotidianeidad de las familias, de los pibes y las pibas con los que laburamos y también nos repercuten como personas. La situación de promoción social en la Ciudad es mala: los hogares tienen hacinamiento y se vulneran sistemáticamente los derechos, así que también venimos a traer estos reclamos de políticas públicas para las familias con las que trabajamos y por la violencia de género.»

Vanina  (40 años):

«Estoy en la marcha en continuidad con la marcha del lunes de paro de maestros y la de ayer de trabajadores y trabajadoras. Creo que también es una lucha por la justicia y la igualdad, para que las mujeres no seamos más objetos de discriminación, de violencia, de injusticias de todo tipo, material y simbólica. Porque tengo una hija y quiero un futuro mejor para ella.»

Carolina (35 años):

«Es un día de lucha, todas las que estamos acá estamos pidiendo derechos, como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, derechos laborales. También por los femicidios, para que no nos maten y para hacer visibles las luchas de las mujeres lesbianas, trans y de todo el colectivo.»


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Foto: Mar Garrote Cortinez


Marixa (33 años):

«Soy de Colombia, hace dos años que vivo acá y para mi esto es muy nuevo porque mi país es muy conservador, el movimiento feminista apenas se está organizando y reaccionando. Estoy marchando con el Movimiento de las Mujeres Trabajadoras Prostitutas, vengo organizándome con ellas hace algún tiempo. He aprendido mucho de sus luchas, de su búsqueda de igualdad, de derechos, de respeto a la vida.»

(Leé nota relacionada: Entrevista a María Riot: sobre ser feminista, prostituta y luchar contra los prejuicios)

Susana (56 años):

«Estoy acá, primero, porque soy feminista. Trabajo por la Educación Sexual Integral, en el profesorado y también porque para que todas puedan caminar por la calle tranquilamente y no como las cuestiones que están pasando.»

(Leé nota relacionada: A diez años de la Ley de Educación Sexual Integral: ajustando la igualdad de género)

Inés y Mariana (31 años):

«Vinimos a apoyar la movida. Es una marcha bastante transversal y vinimos a bancar el hecho de hacer de esto una cuestión política que apunte a la transformación social y a ver los discursos que circulan y entender hacia dónde va el movimiento feminista. Apoyamos las reivindicaciones que se están mencionando, el aborto, la lucha contra la violencia de género; todas cuestiones que atraviesan a las mujeres.»



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