Libros cruzados: dos novelas sobre mujeres y la postergación del deseo

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Dos historias que se conectan por la vida de dos mujeres adultas marcadas por el deseo y el paso del tiempo: Baño de damas (Tusquets, 2020) de Natalia Rozenblum, y Otras cosas por las que llorar (Tusquets, 2021) de Luciana de Luca. ¿Cuándo muere el deseo?, ¿muere alguna vez?, ¿a dónde se depositan las frustraciones y silencios acumulados de toda una vida? Estas preguntas recorren ambos textos y nos ofrecen representaciones contrapuestas de la adultez con dos protagonistas que cuestionan y reflexionan sobre su propia existencia.

Por Julieta Blanco



Baño de damas (Tusquets, 2020), de Natalia Rozenblum, nos cuenta la historia de Ana Inés, una mujer de setenta y cinco años, que vive gran parte de sus días en el Club del barrio del que es socia de toda la vida y en el cual también trabajó. De las clases de aquagym, a las mesas de carta con sus amigas, recorre y habita ese espacio como una segunda casa. Quizás hasta con mayor comodidad ya que la suya la comparte de manera inciertamente pasajera con su hija, Marisa. Próxima a las elecciones de la presidencia del Club, Ana Inés siente estar lista para postularse y disputarle el cargo al actual y tres veces reelecto presidente, Antonio: su posible rival y viejo amor (o no tan viejo).

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Después entró y pensó que la escena era demasiado fácil para suponer algo bueno. Él la invitaba a la oficina como si no hubiera pasado nada. O peor aún:como si nunca hubiera dejado de pasar.¿Qué hacía ella con la historia que tenían? Cuando la esposa de Antonio se enteró de algunas ‘cositas’, no solo prescindieron de sus servicios, sino que además él empezó a ignorarla” Baño de damas (Tusquets, 2020), de Natalia Rozenblum

Otras cosas por las que llorar (Tusquets, 2021) es la primera novela de Luciana de Luca. En ella, Carolina empieza a sufrir algunos episodios de olvido y decide seguir los consejos médicos de escribir para recuperarse, para no perderse. Comparte su casa, y su vida, con Antonio: su marido desde la adolescencia. Toda una vida juntos. Tantos meses y días y horas compartidas y a la vez tanta distancia y hueco. Sumisa y servicial, Carolina se mueve bajo la sombra de los demás, pero hay una sombra, la de sus árboles, que pareciera devolverle parte de quien realmente quiere ser.

Anote, dijo, escribiendo él mismo en na receta, con su letra inentendible, las instrucciones para evitar el derrumbe, el desmigue. “Hágase escribiendo, ¿entiende? Ármese cada día. Vuelva a empezarse. Lo de antes va a estar a salvo siempre. El problema es ahora (…) Anote para aliviarse, para volver a ser buena, para que no se la coma el Pampero o la tormenta de arena que le envuelve la memoria”, Otras cosas por las que llorar (Tusquets, 2021) de Luciana de Luca

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Luciana de Luca

Natalia Rozenblum y Luciana de Luca


Ambas novelas tienen dos protagonistas mujeres que desean pero van por distintos caminos. En Baño de damas, Ana Inés va detrás de ese deseo, lo inspecciona, lo acorrala y lo asume. Decide ser candidata a la presidencia de su club. Valora su autonomía, la preocupa su cuerpo y la inquieta el mismo hombre que hace muchos años atrás. ¿Podrá reavivar ese amor?, ¿funcionará esta vez?, ¿soportarán sus rodillas crujientes el peso de las nuevas responsabilidades? No tiene respuestas, pero está dispuesta a intentarlo.

En el baño había olor a lavanda o frutilla, o tal vez era una mezcla. Se metió la remera adentro de la calza y después la aflojó. Ese efecto bolsa la hacía parecer más flaca. Sacó el neceser de la cartera. Tenía un solo lápiz labial, una cajita de sombras y un rímel. Se pintó apenas la boca y las pestañas. Las pestañas le quedaron llenas de grumos, separadas en grupos de pelos. Estiró un párpado y pensó en los años en que la piel se sostenía sola y las manos se usaban para otra cosa. Al menos no tenía problemas con la motricidad fina. Se rio” Baño de damas

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En Otras cosas por las que llorar, Carolina sabe lo que quiere pero no puede decirlo, no sabe cómo. Son demasiados años acumulando silencios, viviendo en los resquicios de los deseos ajenos. Carolina quiere conservar su patio tal como está, quiere su casa en silencio sin arena, ni lajas, ni árboles y arbustos en riesgo. Quiere a su hijo más cerca, a su padre con vida. Quiere que su memoria no la borre.

Cuando cumplí 40 años recibí el cuerpo de regalo. Empecé a sentir los huesos como ropa mojada que pesa encima, después de caminar en una tormenta. Antes no había diferencia entre la carne y las venas y la sangre y los músculos. Ahora es una capa encima de otra. (…) Me hacen acordar que estoy hecha de todas esas cosas que pueden fallar, romperse, pudrirse. Que cada paso que doy lo doy llevándolos a cuestas, conmigo”. Otras cosas por las que llorar

Dos textos que hablan del paso del tiempo y los cambios del cuerpo. Dos novelas que nos aportan representaciones poco visibilizadas de mujeres deseantes y activas que pelean, como lo hace Ana Inés, con los estereotipos y las expectativas de los demás. Baño de damas y Otras cosas por las que llorar visibilizan a dos mujeres mayores, en distintos contextos, que habitan el paso del tiempo tratando de no perderse.

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Por Julieta Blanco / @brujula.lectora


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