arteBA: la fuerza de la comunidad en tiempos de pandemia

por
Invitame un café en cafecito.app

Después del escándalo que despertó la designación y posterior renuncia de Juan Carlos Lynch a la presidencia de la institución, la mayor indagatoria que sobrevuela este suceso no es una que gira en torno a aquella figura que duró apenas 3 días en su cargo, sino una mucho más amplia, que aún no tiene respuesta: ¿Cómo elige arteBA a sus presidentes? El rol del feminismo en la búsqueda de nuevos horizontes. 



Hubo una falsa esperanza en el pasado 2019, cuando el cargo para ejercer la presidencia de arteBA fue otorgado a una mujer, la primera en ocupar esta posición. Amalia Amoedo parecía traer con ella nuevas metas para la fundación o, por lo menos, la visibilidad de las mujeres en el mundo del arte. Por supuesto, cualquier ilusión en torno a la figura de “Ama” Amoedo se vio destrozada luego de su renuncia, ya que, en su reemplazo, la misma junta que la había seleccionado, puso la presidencia de arteBA en manos de Juan Carlos Lynch, quien duró apenas tres días en su cargo luego del repudio que despertó una serie de publicaciones realizadas hace tiempo en las redes sociales con contenido machista, racista y gordo fóbico, por nombrar algunos.

(Te puede interesar: No llego al verano: desterrar los ideales de belleza)

«Tanto sus publicaciones como su nombramiento son un retroceso para nuestras luchas contra las violencias», se expresó tras su nombramiento la colectiva Nosotras Proponemos. Esta asamblea permanente de las Trabajadoras del Arte, que se activó en el año 2017, además agregó: «No nos representan como la comunidad que somos y queremos».

Nacen, en base a esta decisión, infinitas preguntas. Un par de ellas: ¿Quién es Juan Carlos Lynch? ¿Cómo llega a ser presidente de esta fundación un hombre desconocido por los artistas? Pero la mayor indagatoria que sobrevuela este suceso no es una que gira en torno a aquella figura que duró apenas 3 días como presidente, sino una mucho más amplia, que aún no tiene respuesta: ¿Cómo elige arteBA a sus presidentes?

Solamente con el escándalo de una figura como Juan Carlos Lynch, quien expuso abiertamente una mirada discriminadora, es que la gente empezó a repensar los métodos de una institución que está en pie desde 1991.

La problemática que protagonizó las noticias de los últimos días fue la renuncia de Lynch, al brevísimo tiempo de haber asumido. Pero esta no se dio por su dudosa y apresurada elección, ni por ser una figura no acorde para dirigir una fundación de arte, sino que fue por un factor totalmente ajeno a todo eso como fueron los comentarios vertidos en sus publicaciones. No es necesario detenerse específicamente en lo que este hombre subía a sus redes sociales, no porque tenga poca seriedad, sino porque lo que resuena (o debería resonar) es la invisibilidad del descontento de los artistas con la elección de presidentes en su fundación, o la que debería ser su fundación, o al menos una que los represente. Solamente con el escándalo de una figura como Juan Carlos Lynch, quien expuso abiertamente una mirada discriminadora, es que la gente empezó a repensar los métodos de una institución que está en pie desde 1991.




La apresurada elección de un hombre, que se vio obligado a renunciar 72 horas después de asumir su cargo, refleja los conflictos en la administración de una fundación que se autoproclama como promovedora del arte argentino y latinoamericano. Sería correcto entonces, que aquella fundación done las ganancias, o al menos un alto porcentaje de ellas, a galerías, a nuevas ferias, o a los mismos artistas que exponen su trabajo cada año en la feria de arteBA en La Rural (cabe recordar que la de este año no tuvo lugar por la pandemia de Covid-19).

También sería esperable de ella, siendo promovedora del arte, que seleccione presidentes con influencia en el mundo artístico…o por lo menos conocidos en él. Aquí, en la variante de presidentes de la Fundación arteBA que no participan de ninguna actividad que tenga algo que ver con el arte, entra Juan Carlos Lynch. Un empresario que, si se quiere, rozaba a aquél mundo comprando obras, pero que admitía él mismo no ser un especialista en el tema.

¿Cómo elige la fundación a sus presidentes? Y por qué no: ¿Quién integra la junta que lo decide? No es sorprendente que ni los artistas que exponen su trabajo en la feria anual de arteBA tengan una respuesta para dar

Volvemos entonces a la misma pregunta: ¿Cómo elige la fundación a sus presidentes? Y por qué no: ¿Quién integra la junta que lo decide? No es sorprendente que ni los artistas que exponen su trabajo en la feria anual de arteBA tengan una respuesta para dar. En verdad es ingenuo decir que no la tienen, sí lo hacen y es una similar la que atraviesa a la mayoría de ellos: es una institución privada, pueden elegir lo que quieran y cómo quieran.



Por el momento, es más útil concentrarse en quien promovió la renuncia del nuevo, y ya antiguo, presidente de arteBA: la comunidad artística. Claro que es un hecho positivo que los artistas hayan sido quienes lograron aquella renuncia. Es, sin dudas, remarcable la fuerza de la comunidad del arte que se alzó, desde la virtualidad y en medio de una pandemia, para reclamar un nuevo presidente de una fundación que les corresponde. Sobre todo, la activa participación en el asunto de Nosotras Proponemos, quienes promueven el compromiso de prácticas feministas.

Gracias a la movilización, Lynch abandonó su presidencia, pero si hay algo que demostró esta problemática es que hay que dejar de preguntarse “¿Quién va a ocupar el puesto?” y quizás haya que empezar a plantearse: ¿Cómo es elegido quien lo ocupa y por qué? Pero, al faltar las respuestas para este interrogante, solo se puede decir que, ojalá quien tome el mando logre escuchar los reclamos de quienes deberían ser los verdaderos protagonistas de una fundación de arte: la comunidad de artistas.


** Conscientes del momento económico complejo en el que gran parte de la sociedad se encuentra, dejamos abierta una vía de colaboración mínima mensual o por única vez para ayudarnos a hacer nuestro trabajo, sobre todo a la hora de solventar los gastos – muchas veces invisibles- que tienen los medios digitales: si querés y podés ayudarnos, HACÉ CLIC ACÁ

TE PUEDE INTERESAR