Inéditos: cuatro poemas de Natalia Leiderman

por
Invitame un café en cafecito.app

«Y ahora que finalmente estoy/ lúcida y abrillantada/ no tengo ni la menor idea/ para qué», concluye uno de los poemas inéditos de la poeta, traductora y fotógrafa nacida en 1990. Dueña de una voz inquietante, en sus versos siempre hay un filo inesperado que puede atravesar al lector incluso con un efecto retardado: el peligro constante que espera en cada gesto, la distancia que crece entre dos personas y la manera en la que un cuerpo habita un mundo hostil.



Sobre la autora

Natalia Leiderman

Natalia Leiderman

Natalia Leiderman nació en 1990 en Buenos Aires. Es fotógrafa y estudia Letras en la UBA. Publicó Animales dorándose al sol (El Ojo del mármol, 2016) y Starenka (Caleta Olivia, 2019). Forma parte de las antologías Liberoamericanas: 80 poetas contemporáneas (Liberoamérica: plataforma literaria, 2017), Martes Verde (Varias editoriales, 2018) y Otros colores para nosotras: poetas argentinas contemporáneas (Ediciones Continente, 2018). Tradujo, junto a Patricio Foglia, el libro El pájaro rojo de Mary Oliver (Caleta Olivia, 2017).

(Te puede interesar: La poesía de Mary Oliver: instrucciones para vivir una vida)


1.

después de años de siesta
calurosa y oscura
el frío seco me devuelve de golpe
la forma humana

y ahora que finalmente estoy
lúcida y abrillantada
no tengo ni la menor idea
para qué.

(Te puede interesar: Inéditos: tres poemas de Luciana Reif)



2.

el día que me dijiste que no me amabas
y el corazón se me volvió pesado como el plomo
deforme como una fruta extravagante
vos decías cosas muy tontas
(la verdad que el desamor se ve: es un gesto
y ya estaba dado
pero vos insistías en explicarme)
y entonces me explicabas
y me dabas náuseas al mismo tiempo
hasta que yo dejé de escucharte y escuché
que estaba lloviendo (qué derroche, qué pena
yo acá confinada en esta burocracia
¿no podemos hacer trampa y saltear
los desenlaces?) cuando terminaste tu discurso
-poco esmerado por cierto porque nunca fuiste
demasiado interesante- yo con un risa ácida, lúcida
al mismo tiempo te dije: está todo bien, querido
solo lamento que esté lloviendo porque este amor
sabés, es olvidable, pero ahora que llueve, este día
voy a recordarlo, no hay escapatoria
y así fue

aquí la prueba.

(Te puede interesar: Inéditos: cinco poemas de Osvaldo Bossi)


3.

es la primera vez que siento la tierra temblar
quizá no es cierto que sea la primera, pero sí la más intensa
hoy dijimos tembladeral, dijimos
montaña rusa. Recordamos que a veces el miedo
se mezcla con la diversión. No esta vez.
Solo es miedo. El miedo tronándolo todo
mientras la flores caen como plumones
vertiginosos por la sacudida
mientras la ropa adquiere un vuelo insospechado
y la boca y los ojos no saben
a qué mueca acomodarse: todo
está en peligro.

(Te puede interesar: Inéditos: tres poemas de Tomás Litta)


4.

la lluvia que me sanaba
ahora es la fritura
de mi desvelo

suena como telón de fondo
ya no como canción de cuna
ya no como hechizo

¿así va a ser?

¿todas las cosas
irán perdiendo
su efecto?

(Te puede interesar: Inéditos: Autoayuda, de Gabriela Luzzi)


** Conscientes del momento económico complejo en el que gran parte de la sociedad se encuentra, dejamos abierta una vía de colaboración mínima mensual o por única vez para ayudarnos a hacer nuestro trabajo, sobre todo a la hora de solventar los gastos – muchas veces invisibles- que tienen los medios digitales: https://www.laprimerapiedra.com.ar/colabora/

TE PUEDE INTERESAR