El amor es un bien: un Chejov en Carmen de Patagones

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El amor es un bien ya se ha convertido en un verdadero éxito dentro del circuito teatral independiente, y hoy transita su cuarta temporada entre elogiosos comentarios de la crítica y el público. Se trata de una versión fresca y moderna de Tío Vania (de Anton Chejov), creada por Francisco Lumerman y encarnada por un elenco de destacados intérpretes. La pieza propone una lúcida relectura de este clásico y demuestra que todavía es posible encontrar caminos alternativos sin por ello abandonar el espíritu original. Puede verse los sábados a las 20.30 hs. en TIMBRe4 (México 3554).


Sonia (Rosario Varela) y su tío Iván (José Escobar) tienen un hostel y un dúo musical con el que salen a canturrear canciones de Violeta Parra por el pueblo en donde se desarrolla la totalidad de esta trama: Carmen de Patagones, ese lugar situado en el punto más austral de la provincia de Buenos Aires y teñido por la sordidez de una tragedia que siempre está allí, como telón de fondo y contexto del relato (recuérdese la matanza de jóvenes perpetrada en el aula de una escuela por un alumno que padecía bullying). Ninguno de los dos emprendimientos parece tener demasiado éxito en un sitio donde todo parece haberse extinguido hace tiempo.

Tío y sobrina tienen por el momento un único huésped: Pablo (Diego Faturos), un joven médico aventurero, muy comprometido en la lucha contra el fracking y bastante reacio al amor o a cualquier tipo de vínculo más o menos duradero. Alejandro (Jorge Fernández Román) —el padre de Sonia— y su joven pareja Elena (Manuela Amosa) están de visita, y pronto comienza a tejerse la red que unirá a todos los personajes. El amor, el desamor, la ambición desmedida, la mezquindad, el egoísmo, los sueños rotos, el desencanto del mundo, los desencuentros, la esperanza y el desasosiego son algunos de los elementos que formarán parte de ese tejido complejo plagado de conflictos.

Lumerman (dramaturgo y director) acierta en todas sus apuestas. En primer lugar, hay que destacar la elección de cada uno de los actores: José Escobar compone a un Iván memorable, con las dosis justas de comicidad y dramatismo; Rosario Varela se luce con su pícara y melancólica Sonia; Diego Faturos logra capturar el interés con Pablo, este médico taciturno al que resulta difícil «sacarle la ficha»; Jorge Fernández Román brilla con cada una de sus intervenciones en la piel de Alejandro (tanto como en Padre Pedro, obra actualmente en cartel donde encarna a un cura); y Manuela Amosa brinda todo para que Elena pueda desenvolverse en esa ajenidad, como la «foránea» del grupo.

En segundo lugar, la decisión de una puesta despojada es lo que permite que esas criaturas brillen todavía más en esta tragedia: una escenografía compuesta por unos tablones de madera y unos paneles traslúcidos que ofician de paredes o pantallas de sombras (gran diseño lumínico a cargo de Ricardo Sica) son todo lo que se necesita para que el foco recaiga en estos personajes atormentados por la posibilidad de «otra vida posible» . Por último, los monólogos a público dispersos en distintos momentos de la obra potencian ese aire chejoviano de calor, asfixia, moscardones y sueños rotos; cada parlamento condensa con gran poder de síntesis la brecha que existe entre los sueños y la realidad, entre aquello que pudo ser y lo que efectivamente es.



Se dice por ahí que William Shakespeare fue el autor que mejor supo retratar de qué estamos hechos los seres humanos; Anton Chejov fue quien logró exponer con mayor claridad cómo es que funcionan esos mecanismos de la esencia humana; y finalmente llegó Samuel Beckett para demostrar que nada de eso tenía ningún sentido. El amor es un bien sin dudas expone esos mecanismos desarmando los engranajes de estos personajes, casi al modo de una disección, para averiguar cómo es que funcionan. Lumerman y equipo han logrado capturar ese cómo y traspolarlo a una sensibilidad que es muy cercana a la nuestra y —por ello— fácilmente reconocible e identificable. Una gran opción para ver excelente teatro este fin de semana.


Funciones: Sábados a las 20.30 hs. en TIMBRe4 (México 3554)
Localidades: $300. Reservas por Alternativa Teatral

FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Dramaturgia: Francisco Lumerman
Actúan: Manuela Amosa, Jose Escobar, Diego Faturos, Jorge Fernández Román, Rosario Varela
Diseño de escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez
Diseño de luces: Ricardo Sica
Fotografía: Nora Lezano, laura va, Omar Oporto, Nacho Yuchark
Diseño gráfico: Martín Speroni
Asistencia de dirección: Ignacio Gracia
Prensa: Carolina Alfonso
Producción ejecutiva: Zoilo Garcés
Dirección: Francisco Lumerman

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