Cruel: un Shakespeare a la Savignone

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Mañana se estrena Cruel, la pieza de Marcelo Savignone basada en la tragedia de Ricardo III (escrita hace más de 500 años por William Shakespeare). La obra trae al presente aquellos pasajes amasados durante la era isabelina: los trae envueltos en fantasmagorías macabras, como fragmentos de un pasado que se espeja en nuestras miserias y maldades. Las palabras escritas por el Bardo de Stratford-upon-Avon resuenan hoy poderosamente. Cualquier semejanza con la realidad… Puede verse los sábados a las 21 hs. en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).


William Shakespeare nació en el año 1564 en Stratford-upon-Avon y murió en 1616. Se estima que escribió Ricardo III entre 1591 y 1592. Esta es la obra que cierra su tetralogía sobre la historia de Inglaterra, y es la segunda más extensa después de Hamlet. Ahora bien, ¿cómo es posible que una pieza escrita hace más de 500 años pueda decir tantas cosas (y tan significativas) sobre nuestro presente? Cualquier semejanza con la realidad…

Lo primero que cabe destacar es que Marcelo Savignone ha sabido capturar el espíritu de la obra del inglés para traerla a nuestros días, ha logrado rastrear aquellas claves de lectura capaces de acercar a los espectadores este legendario personaje: Ricardo III, un hombre vil, deforme, ambicioso, malvado y capaz de los actos más terribles con tal de acumular poder. «Ya el invierno de nuestra desventura se ha transformado en un glorioso estío bajo este sol de York». Esta línea es quizás una de las más famosas y abre la pieza: puede decirse que ya desde ese inicio Ricardo muestra sus garras confesando todo lo sarcástico, mordaz y peligrosamente malicioso que puede llegar a ser; la muerte de miles de soldados lo ha acercado un poco más al trono y parece estar agradecido por su fortuna.

Ricardo III es esencialmente una tragedia, pero Savignone se toma algunas licencias y matiza la crudeza del personaje que él mismo interpreta (y con gran solvencia) a través de algunos recursos propios de su universo. Marcelo Savignone tiene en su haber numerosas creaciones propias y también versiones adaptadas de obras célebres (recuérdese la última: Mis tres hermanas, basada en Tres hermanas de Anton Chejov); está al frente de su propio estudio de formación actoral, donde trabaja a partir del método creado por Jacques Lecoq; y además, a través de la articulación entre Belisario Club de Cultura y Producciones Belisarias genera varios de sus proyectos artísticos. Esta amplia trayectoria lo avala y permite que podamos aludir a Cruel como un «Shakespeare a la Savignone».

La puesta es pretenciosa y está en perfecta sintonía con este mundo creativo: allí el espectador se encontrará con máscaras, bufones, disfraces y música en vivo. El elenco aguarda el ingreso de los espectadores debajo de la platea, en ronda, con sus cuerpos completamente cubiertos por capas negras y sus rostros encapuchados, como si formaran parte de un oscuro ritual: esa disposición de los cuerpos en la sala es el primer elemento que sumerge al espectador en esta escenificación de la maldad. Una enorme maquinaria escenográfica espera sobre el escenario de la Sala Capilla del Recoleta y funciona convenientemente como mesa de taberna, salón de coronación, trono imponente o sede del banquete real. Tres sábanas blancas extendidas al fondo ocultan la batería y los pocos instrumentos con los que se ameniza la velada.

Cada elemento de la puesta contribuye a expandir el relato y sumergirnos en él sin reparos ni titubeos. El tono de actuación es claro, brinda confianza y logra imponerse a las múltiples versiones que sobrevuelan por la atmósfera de la dramaturgia universal. Después de todo, se trata de un clásico. ¿Acaso ya se ha hecho todo lo que podía hacerse? Savignone encuentra un registro interesante -el propio- y sale airoso. La nota más clara es el reflejo de una tragedia antiquísima sobre el espejo del presente. «¡En marcha, en marcha, puesto que estamos en armas; sino para combatir a los enemigos extranjeros, al menos para reprimir las rebeliones internas!». Hay una única respuesta a la pregunta de por qué se trata de un clásico y por qué este drama sigue vigente: el hambre de poder está en la esencia más profunda del ser humano.


FUNCIONES: Sábados a las 21 hs en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930)
LOCALIDADES: $160 a través de Alternativa Teatral

FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA
Adaptación: Patricio Orozco y Marcelo Savignone.
Actúan: Marcelo Savignone (Ricardo) Sergio Berón (Conde de Rivers y Asesino II) Luciano Cohen (Lord Hastings) Agostina Degasperi (Brakenbury y Asesino I) Andrea Guerrieri (Isabel) Marta Rial (Margarita) Mercedes Carbonella (Duquesa) Belén Santos (Lady Ana y Príncipe) Pedro Risi (Jorge, Eduardo y Catesby) Víctor Malagrino (Duque de Buckingham).
Realización de máscaras: Alfredo Iriarte
Realización de objetos: Cristian Cabrera
Asistencia de dirección: Chusa Blazquez y Antonela Scattolini Rossi
Colaboración artística: María Florencia Álvarez, Gabriela Guastavino
Vestuario: Mercedes Colombo
Iluminación: Ignacio Riveros
Escenografía: Gonzalo Córdoba Estevez
Diseño gráfico: ED Video
Community managemet: Rakia
Comunicación: Belén Robaina
Prensa: Marisol Cambre
Concepción y dirección: Marcelo Savignone

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