En el marco de la semana del Orgullo en Argentina, en vísperas a la XXVI Marcha del Orgullo que va a tener lugar el próximo sábado 18 de noviembre, proponemos 10 libros LGBTIQ para encontrar la diversidad dentro de la literatura argentina. En un momento donde es necesario repensar los conceptos de sexualidad y género, leer estas obras puede ser de gran ayuda para empezar a transitar el camino de la deconstrucción.
Por Gustavo Yuste y Tamara Grosso*
1 – Plástico cruel – José Sbarra
Una de las obras más populares de José Sbarra, autor que supo trascender su propia muerte a mediado de los 90’s para convetirse en un autor leído en gran cantidad. El personaje de Bombón -poeta, puta y travesti- ocupa un lugar central en este libro, que condensa un rasgo típico de la obra de Sbarra: historias que hacen zoom en los márgenes de la sociedad con un alto contenido poético.
Con una narrativa fragmentada, las voces de los distintos personajes se van alternando. Plástico cruel (Ediciones La Rata, 1992) fue reeditado por ediciones piratas y se espera que para finales de este año y principios del 2018 salga por Dagas del Sur. Además, esta obra fue adaptada al teatro en diversas ocasiones y el año que viene volverá a estrenarse. Por último, cabe destacarse el apartado llamado «Señales de tránsito» dentro de Plástico cruel: poesía en su estado más puro.
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2 – La Vírgen Cabeza – Gabriela Cabezón Cámara
En La Virgen Cabeza (Eterna Cadencia, 2009), Gabriela Cabezón Cámara se sumerge en el lenguaje coloquial de lo marginal con originalidad para darle protagonismo a lo (lxs) que en general no lo tienen. La hermana Cleopatra es una travesti que se comunica con la Virgen y organiza El Poso, una villa de Buenos Aires. Qüity es una periodista que llega al Poso buscando una historia para contar, pero enseguida se involucra con el barrio y sus personajes.
Esta historia incluye amor desenfreno y misticismo y está contada con humor, pero también es una denuncia de la violencia de la policía y el sistema sobre los barrios, de la doble marginalidad que implica ser travesti en la villa, y una declaración de que esos personajes merecen un protagonismo como aquí se les da.
(Leer nota relacionada: Entrevista a Gabriela Cabezón Cámara: Lo más vital del mundo está siempre en lo marginal)
3 – Todas las obras acabadas – Ioshua
La recopilación de toda la obra literaria y gráfica de Josué Marcos Belmonte, más conocido por su nombre artístico, Ioshua, es uno de los libros claves de los últimos años. En ese sentido, Todas las obras acabadas (Nulú Bonsai, 2015) refleja la amplitud del fallecido autor: una poesía tierna y agresiva al mismo tiempo, sin dar rodeos y con una estética barrial más que presente, demostrando que la homosexualidad no es algo que se agota en una clase social o ambiente determinado.
En una edición cuidada, Todas las obras acabadas incluye los dibujos originales de Ioshua, así como facsímiles de Ioshua. Mención aparte merecen los ensayos artísticos y políticos del autor. Leído vorazmente por los poetas más jóvenes, la figura de este autor se acerca a la de un «escritor maldito», pero él mismo se negaba a aceptar esa etiqueta, buscando que su obra trascienda más allá de las fronteras de la literatura under y alternativa.
(Leer nota relacionada: Todas las obras acabadas de Ioshua: “un amor que trasciende a quien lo ejecuta”)
4 – Fotocopia – Facu Soto
Fotocopia (Paisanita, 2017) de Facu Soto se encarga de hacer foco en la relación entre un padre homosexual y una hija que empieza a transitar la turbulenta adolescencia. Este dúo disparejo, que toma recursos de la ficción y la autobiografía, seduce al lector de entrada.
A partir de los testimonios intercalados de ambos protagonistas, la novela muestra ambos puntos de vista, pudiendo el lector ver los lugares de contacto y las zonas ásperas entre un adulto que se anima a vivir su sexualidad libremente y una hija que tiene nuevas piezas para agregar a un rompecabezas que no está completo y quizás nunca llegue a estarlo, solo que no lo sabe. El autor, con malicia y habilidad, a veces juega con los límites y no es simple distinguir quién es quién. Eso, lejos de ser una dificultad, agrega encanto a la historia.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #12 Facu Soto: “La clave de la poesía es poder verla o encontrarla”)
5 – La palabra Laura – Anshi Moran
¿Cómo nos enamoramos? ¿De qué nos enamoramos? ¿Por cuánto tiempo? Preguntas inútiles que no podemos dejar de hacernos en nuestro afán de controlar todo y reducir lo impredecible a su mínima expresión. Nunca lo logramos. La nouvelle La palabra Laura (Milena Caserola, 2016) de Anshi Moran se mete de lleno en una relación profunda y breve a través de un puente indestructible y al mismo tiempo endeble: las palabras.
Muchas veces enamorarse es un juego de significantes y significados que se van completando y entrecruzando durante el devenir de una relación. ¿Me gusta la otra persona por su real significado o por el que yo le adjudico? ¿Qué pasa cuando surge el primer mal entendido? Lo más probables es que todo el texto tiemble y hasta termine en un tacho de basura. La historia de Sara y Laura, dos jóvenes porteñas que se aman con la misma intensidad con la que intentan olvidarse, propone una experiencia lúdica y seria con las palabras a la hora de pensar un amor.
6 – Un año sin amor – Pablo Pérez
Publicado por primera vez en 1998, Un año sin amor (Blatt & Ríos, 2015) es un retrato sin rodeos de cómo era ser gay y vivir con VIH en los 90. El formato -autobiográfico- es el de un diario que abarca todo un año en la vida de Pablo, relatado con detalle y con el foco puesto en lo cotidiano, el cuerpo y el sexo. La narración no deja nada afuera: abarca sus síntomas, sus experiencias con la medicación, sus trabajos, sus búsquedas de sexo sadomasoquista en avisos clasificados, sus encuentros sexuales, sus desencuentros con parejas y ex parejas.
Bonus #1: Un año sin amor tiene una precuela, Querido Nicolás (Blatt & Ríos, 2016), que se publicó después pero narra, en formato epistolar, el tiempo anterior al primer libro. En esa entrega, Pablo se encuentra en Europa, entre París y Madrid, resbuscándosela con algunos trabajos luego de dejar la Argentina, a la que en Un año sin amor ya regresó.
Bonus #2: También hay una versión cinematográfica de Un año sin amor, con el mismo nombre, estrenada en 2005, dirigida por Anahí Berneri y protagonizada por Juan Minujín.
7 – Poesía recuperada – Naty Menstrual
Poesía Recuperada (Zindo & Gafuri, 2016), de Naty Menstrual, reúne poemas que Naty escribió, según explica en una entrevista a Página 12, cuando «ni era Naty»: «estos poemas pertenecen a un momento en que escribía historias de homosexuales, de hombres que se acostaban conmigo pero teniendo el cuidado de que no se me notara que yo era una marica», cuenta. «Es algo del inicio de travestirme», agrega.
Los otros libros de Naty Menstrual podrían estar también en esta lista, pero lo interesante particularmente en estos poemas autobiográficos de juventud, que fueron poco editados para su publicación, es que muestran una versión diferente de la escritura de la autora.
8 – Adoro – Osvaldo Bossi
¿Cómo relatar un amor? Esa pregunta se repite una y otra vez en la historia de la literatura, porque como suele pasar en todo lo relacionado con esta última, no hay una respuesta única. Además, el amor es uno de los grandes temas -sino el más grande- del que muy pocos pueden huir. La reciente reedición de Adoro (Modesto Rimba, 2017) de Osvaldo Bossi ensaya una respuesta cargada de frescura y ternura.
Dos hombres que cada vez se acercan más sexual y afectivamente son el eje central y, al mismo tiempo, el conflicto de esta novela, que no necesita de nudos o escenas impactantes para mantener su relato. La cotidianidad de lo que se cuenta en voz del propio protagonista, deja que el tiempo pase a un segundo plano, imitando la somnolencia que generan los primeros momentos del amor en la percepción.
(Leer nota relacionada: Entrevista a Osvaldo Bossi: “La realidad me permite ficcionar mejor”)
9 – Querida – Gabriela Bejerman
Un hermoso libro de poemas de amor entre dos mujeres. Publicado originalmente en Eloísa Cartonera en el 2015 y pronto a reeditarse en Caleta Olivia, Querida muestra el estilo particular de Gabriela Bejerman, donde el lirismo tiene un lugar clave pero también da rienda suelta a las imágenes directas y a las reflexiones sobre el difícil arte de encariñarse con otra persona: «Estoy dispuesta a ser lo mejor de mpi/ para vos y yo/ amor puro».
A lo largo del libro se puede observar, además, el trabajo fino que hace Bejerman con la musicalidad dentro del poesía, donde el corte de los versos y la elección de las palabras no es del todo inocente. Un ejemplo:«Fuimos un destello/ comimos el tesoro/ trepamos hasta adentro, nadamos y giramos/ por fin encandiladas». En Querida, en definitiva, puede verse el amor entre dos mujeres en un estado puro, festivo y, a la vez, reflexivo.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #10 Gabriela Bejerman: “Hay una especie de autodescubrimiento con la poesía y si no hay placer no está funcionando”)
10 – Mi juventud unida – Mariano Blatt
El libro Mi juventud unidad (Mansava, 2015) reúne la poesía completa de Mariano Blatt, uno de los autores claves para pensar la poesía contemporánea en Argentina. Con su estilo particular, que influenció a la próxima generación de poetas, el autor se desenvuelve con soltura, frescura y humor en las escenas cotidianas de la vida de un adolescente en el barrio. Con historias de amor entre «pibes de oro», la homosexualidad es vista como un autodescubrimiento constante.
Con una reciente segunda edición aumentada, los versos de Blatt circulan en videos, posteos de redes sociales y ciclos de literatura con una frecuencia cada vez mayor. Mezclando poemas largos y otros brevísimos -un verso-, la marca del autor es reconocible a simple vista, donde la presencia de Internet no solo aparece como temática, sino también como plataforma de escritura.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #8 Mariano Blatt: “La poesía para mí es un hecho textual”)
