Angá Rodolfo: el drama de las navidades

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Angá Rodolfo es una adaptación de la pieza escrita por el dramaturgo británico Steven Berkoff en 1985, La navidad de Harry. La interpretación magistral de Ricardo Torre, la música de Diego Salvatierra como un elemento indispensable en esa construcción dramática y la dirección de Matías Gómez hacen de este unipersonal un hecho artístico de gran intensidad, digno de ser visto antes de que nos sorprenda la próxima navidad. El espectáculo se presenta los lunes a las 21.30 hs. en La Lunares (Humahuaca 4027).


Rodolfo Frutos (Ricardo Torre) es un hombre que ronda las cuarenta y padece un único mal: la soledad. Él pulula entre las cuatro paredes de su casa e intenta revertir esa situación por todos los medios; secretamente se ha planteado el objetivo de no volver a pasar la próxima navidad solo o en la casa de su madre.

En la primera escena él entra a la casa, busca a su gato Cambá y cuenta la cantidad de postales cuidadosamente dispuestas sobre el árbol de navidad: «¿Qué van a decir? La gente va a pensar que no soy popular», suelta en medio de una de sus conversaciones solitarias. Pero lo cierto es que nadie podría decir nada al respecto porque Rodolfo ya no recibe visitas. En una hermosa metáfora él se lamenta por no haber sabido cuidar el jardín que se le dio, y asegura que cada año los frutos de esas plantas son un poco más pequeños.

En su relato hay numerosos personajes: la madre, Clara, Anita, la pareja de conocidos a quien nunca llama, esos dos amigos con quien nunca sale, su gato Cambá que por alguna razón también ha huido de esa casa como si se tratara de un partícipe más en esa conspiración maquiavélica que Rodolfo intuye contra sí.  Pero todos esos personajes desfilan en su cabeza como imágenes fantasmales en medio de un estado que parece inalterable.

El excelente desempeño escénico de Torre nos permite acceder a cada episodio que Rodolfo narra para sí mismo: a partir de su construcción es posible ver cada uno de los personajes y las situaciones

La concepción de esta puesta es más bien minimalista: la escenografía está compuesta por un sillón, una pequeña televisión que Rodolfo mira compulsivamente en sus ratos de aburrimiento, un modesto altar donde descansa (y vigila) el Gauchito Gil,  una botella de whisky, un teléfono, una caja con las postales de años anteriores y el bendito árbol de navidad. Los resultados de esta apuesta por lo mínimo, sin embargo, son de una gran contundencia.

El excelente desempeño escénico de Torre nos permite acceder a cada episodio que Rodolfo narra para sí mismo: a partir de su construcción es posible ver cada uno de los personajes y las situaciones. Él se pregunta y se responde, y por momentos emerge la idea de un doble bestial que acecha en los rincones más oscuros de esa soledad y ahoga todas sus esperanzas de encontrarse con alguien. Hay una pulsión por salir de ese estado y, al mismo tiempo, un afán autodestructivo.

Es admirable la transición del personaje desde la primera escena hasta la última. La maestría interpretativa de Torre está acompañada por la excelencia musical en la voz de Diego Salvatierra y sus intrumentos (elementos indispensables que fueron amasados de manera orgánica a la actuación). El diseño lumínico y el vestuario también contribuyen a narrar ese periplo del hombre correntino. Una gran opción de la cartelera del teatro independiente para hacer la previa a las próximas navidades, una fecha que puede traer tantas alegrías como desdichas.


Funciones: lunes a las 21.30 hs. en La Lunares (Humahuaca 4027)
Localidades: DeTeatro.com

FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA
Actúan: Ricardo Torre
Música original: Diego Salvatierra
Fotografía: Felipe Castro
Diseño gráfico: Felipe Castro
Asistencia de dirección: Nadin Jezabel Gulman
Prensa: Kazeta Prensa
Dirección: Matías Gómez

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