Carrió y la Ciudad de Buenos Aires: una sociedad a la que no le importa nada

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Elisa Carrió, junto al frente Vamos Juntos -la versión porteña de Cambiemos-, volvió a arrasar en la Ciudad de Buenos Aires en la elección para Diputados Nacionales. Con cerca del 80% por ciento de las mesas escrutadas, el 49,94% por ciento del electorado la votó a pesar de sus polémicos dichos sobre el caso Santiago Maldonado, hecho que opacó a las elecciones legislativas. ¿A la sociedad porteña no le importa nada? (Foto: La Nación)



Las expectativas en la Ciudad de Buenos Aires estaban centradas, tras el arrollador desempeño de Elisa Carrió durante las PASO, en el impacto que iban a tener las tristes e irresponsables declaraciones de la candidata a Diputada Nacional por parte de Vamos Juntos -alianza porteña que se presenta en nombre de Cambiemos- sobre el caso Santiago Maldonado. Ahora, con el conocimiento de la obtención de un 49,94% de los votos con un total del 80.31% de mesas escrutadas, todo lo que ocurrió careció de cualquier valor para el votante del distrito con mayor ingreso per cápita de Argentina.

“Hay un 20% de posibilidades de que Santiago Maldonado esté en Chile con la RAM”, dijo Elisa Carrió tras ser consultada por Marcelo Ramal, candidato por el Frente de Izquierda, durante el debate televisivo ocurrido semanas antes de las elecciones. Días después, también en TN y ante la aparición del cuerpo del joven artesano, dijo sin ninguna vergüenza que el estado del cadáver por el frío de la zona era «como Walt Disney”.

(Leer nota relacionada: Carrió y sus dichos sobre el caso Maldonado: del “20% de posibilidades” a “Walt Disney”)

Con el conocimiento de la obtención de un 49,94% de los votos con un total del 80,31% de mesas escrutadas, todo lo que ocurrió careció de cualquier valor para el votante del distrito con mayor ingreso per cápita de Argentina.

Sin embargo, al electorado porteño eso parece no importarle nada. Tampoco le importó los dichos históricos de Carrió sobre el actual presidente y cofundador junto a ella de Cambiemos, Mauricio Macri. «Está claro que Mauricio Macri tiene una incompetencia feroz. Alguien le tiene que decir: ‘You are stupid’«, supo afirmar en el 2009 durante un reportaje.  Cuatro años años después, expresó: «Yo no votaría a Macri, pero el pueblo tiene derecho a elegirlo en un arco de partidos». Hoy, en cambio, lo considera «el mejor presidente de la historia.»

Al electorado de la Ciudad de Buenos Aires tampoco parece importarle la postura soberbia de Carrió luego de ser criticada por sus dichos. «Ya van a tener que pedirme perdón» supo decir, a la vez que en un tweet expresó que «perdonaba» a todos los que la habían criticado, pese a que muchos exigían lo contrario. El blindaje mediático del que goza Carrió en ese sentido, sobre todo por parte de Clarín y La Nación, parecen reducir cualquier barbaridad que la candidata exprese.



La confirmación de la identidad de Santiago Maldonado en relación al cuerpo hallado en el Río Chubut cubrío de un clima de reclamo y desolación estas elecciones legislativas. La indudable responsabilidad de Gendarmería Nacional en la muerte del joven y la escasa respuesta por parte del Gobierno, con la mirada centrada en la figura de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, podrían haber hecho temblar el poderío de Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. O al menos disminuirlo un poco. Pero eso no pasó.

Se podría decir, entonces, que la estrategia de denuncia constante tuvo resultados positivos para su figura, así como para su candidatura y para el partido que la ampara. Carrió, después de todo, es una figura que se pasea de forma constante por los canales de los medios más concentrados, obteniendo así que tiene el lugar que otros dirigentes políticos y sociales no tienen en el prime time de los programas políticos de la televisión argentina y utiliza su tiempo para decir todo lo que quiere sin recibir cuestionamientos, repreguntas o la exigencia de análisis detallados sobre sus dichos.

Carrió tiene el lugar que otros dirigentes políticos y sociales no tienen en el prime time de los programas políticos de la televisión argentina y utiliza su tiempo para decir todo lo que quiere sin recibir cuestionamientos, repreguntas o la exigencia de análisis detallados sobre sus dichos.

¿Qué es lo que hace que a la sociedad porteña este tipo de personajes le parezca tan seductor? ¿Cuánta puede ser la indiferencia ante uno de los hechos más graves en materia de Derechos Humanos en estos últimos tiempos? El rol de los medios, si bien es fundamental, no es la única explicación para este fenómeno y desnuda un fuerte componente de poca empatía en una parte importante del electorado porteño, centrado en un individualismo que lejos de defender sus propios intereses, termina perjudicándolos ante fantasmas del populismo o el progresismo.

Cabe preguntarse, entonces, ¿hay algo que logre impactar al electorado porteño? ¿Se puede vivir ignorando la gravedad de los dichos de un candidato solo por el temor o el odio hacia otro espacio político? Los resultados de esta elección llaman a abrir el debate sobre la construcción de lo político por sobre cualquier estrategia del marketing o el manoseo de los grandes medios de comunicación. Sin discutir eso, la Ciudad de Buenos Aires puede seguir siendo el terreno de una sociedad a la que no le importa nada.


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