Lo cotidiano como un motor sensible, el encanto y el desencanto con el amor, las fiestas que no se saben cuando terminan ni cuando empieza, las relaciones que se esfuman como el perfume a lo largo de una noche. Los poemas de Maia Tarcic cuentan con la seriedad de quien busca un sentimiento duradero y el desparpajo de quien no cree que eso exista realmente. En el medio, solo queda lugar para el ensayo, el error, el volver a empezar todo de nuevo.
Sobre la autora
Maia Tarcic es actriz, música, directora y guionista. Es egresada del programa de cine documental de la Universidad Torcuato Di Tella. Escribió y dirigió la obra de teatro Bitácora. Realizó los cortometrajes Rita, Todos los días, Siempre que nos vimos fue en invierno, Aeropuertos y La pulserita, entra otros. Publicó el libro de poemas Besar una puerta (Pánico el pánico, 2019).
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1 –
Nunca fingí un orgasmo
Pero sí fingí tener frío para que me abracen
perder el celular para que me llamen
y querer menos de lo que quería.
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2 –
Siempre estoy en el noveno piso
Mi corazón está siempre legible y al paso
Perdí todo el miedo
-aún así aclaro- soy romántica pero no boluda
No voy a morir hoy
pero no porque no quiera;
quité tu velo
y además nunca me traicioné:
siempre me estoy tirando del noveno piso.
(Inspirado en notas a Charly García)
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3 – Un día más o menos bien
Hoy
paseé al perro
limpié la casa
regué las plantas
mandé mails
escribí un par de páginas que no me disgustaron
salí a correr
tomé cerveza
escuché una banda que me gusta un montón
Fui a una fiesta
saludé a gente con abrazos largos
bailé
tomé fernet
tuve conducta
supe irme a tiempo
Y nadie me preguntó por vos.
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Las cosas que parecen un error (Ediciones B, 2021), de Maia Tarcic
4 –
Fantaseo con verte bailar
quitarte una lagaña del ojo
hacerte probar mi polenta
echarte de mi casa.
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5 – Todos mienten
Antes de que se acabe la noche
y a mí no me importe comportarme
que llegue el tren de las ideas
que se acabe tu-mi-whisky preferido
La verdad es muy buena para pasar el tiempo
pero también lo es la mentira
La mayoría de los periodistas se han convertido en un cartel
Me quedé ciega y con la ropa sucia
Antes de que la noche acabe
y ya no podamos hacer nada
no reinicies el módem
no prendas la calefacción
que alguien me devuelva la inocencia.
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