Inéditos: tres poemas de Leandro Gabilondo

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«Sentir lástima, pedir ayuda,/ sostener la voz, romper el foco», se lee en uno de versos del autor nacido en Arrecifes. En sus poemas, confluyen el lenguaje oral, las imágenes de pueblo y la búsqueda de la palabra precisa sin ningún tipo de prejuicio. En una mezcla constante entre lo poético y lo popular, sus versos «La primera independencia es leer» llegaron a murales, tatuajes y remeras. 



Sobre el autor

Leandro Gabilondo

Leandro Gabilondo. Foto: Maxiliano Conforti

Leandro Gabilondo es nacido y criado en Arrecifes en 1985. Vivió también en Rosario y en Buenos Aires. Con Espiral Calipso editó sus tres primeros libros: El Ocaso del Caos (2009), Delivery con lluvia (2012) y Retiro (2013). En 2017 publicó Kerosene de lo posible (Caleta Olivia), en 2018 su primera novela Falta una vida para el verano (Indómita Luz). Su último libro es Creo que nunca me voy a poder comprar una casa (Abre, 2019). En la actualidad brinda talleres literarios.

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1. PERDER EN LATÍN

Fracasar fervientemente
en el intento de cabecear la luna,
avanzar acococho del silencio
cuando se rían de tus puentes,
flotar en la cuneta de tu pueblo
aunque solo ladre un galgo viejo,
sentir lástima, pedir ayuda,
sostener la voz, romper el foco,
soportar un montón de dioses griegos
con la camiseta de Olimpo de Bahía Blanca,
alejarse de las ratas cultas
que se muerden la cola y se mueren,
comprender que el exceso de ironía
siempre es miedo y resentimiento,
valorar la academia, cuidar la amistad,
perder en latín, crecer en paz,
ser peronista sin hacerle caso a nadie
que te explique cómo serlo,
olvidarte de cualquier tipo de gloria
que te arranque el gesto de la infancia,
destruir la parafernalia que exige
la miseria de ser un intelectual,
jugar con agua, respetar el fuego,
tener vergüenza, perder la calma,
pero nunca,
jamás
de los jamases,
escribir
para escritores.

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2. DO MAYOR

Escucho tus ojos y siento
la dulzura poderosa de un do mayor
en una guitarra criolla recién afinada.

No hay que saber nada de música
para intuir el sonido
de nuestra idiosincrasia.

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3. BITCOIN

Todas las noches,
con los grillos de fondo,
miro la TV Pública por YouTube
para estar menos solo.

Extraño una sonrisa
que amortigua la ansiedad,
extraño un barrio bajo
que nunca caminé.

De repente una periodista avisa:
“atención con esto”,
levanto las cejas y escucho:
“el bitcoin es plata digital”.

Siento que la periodista me mira a los ojos,
mi corazón es la economía del mundo,
porque ella muy seria afirma:
“es una reserva en valor en tiempos de crisis”.

Cierro Youtube de un clickazo
y la casa queda se queda en silencio,
el ruido del termotanque
es una melodía de nadie.

Me gusta pensar que la noche
es un clip de la distancia,
que en un rato termina
y el sol se asoma como un preso.

El miedo me desintegra
y la intuición me construye,
el capitalismo explota despacio
pero todavía me puedo enamorar .

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