Crítica de «El otro verano» + Entrevista a Guillermo Pfening y Malena Villa

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El otro verano es el segundo largometraje ficcional de Julián Giulianelli y está protagonizado por Guillermo Pfening, Malena Villa, Juan Ciancio y Mara Santucho. La película aborda el vínculo entre un hombre de 42 años y un joven de 17 que se reúnen por azar pero tienen más cosas en común de lo que imaginan. Íntegramente rodado en San Marcos Sierras (Córdoba) el film se estructura a partir de lo sugerido, ubicando al espectador en un rol activo. La Primera Piedra charló con sus protagonistas.


El otro verano: la belleza de lo sugerido

Rodrigo (Guilermo Pfening) y Juan (Juan Ciancio) se encuentran casi por azar en el corazón agreste de San Marcos Sierras, al norte de la provincia de Córdoba. Rodrigo tiene 42 años y está refaccionando las cabañas que administra antes del inicio de la temporada turística. Juan tiene tan sólo 17 años y es el recién llegado en este pueblo. Apenas pone un pie en San Marcos, Rodrigo lo lleva por delante con su camioneta: a partir de allí comenzará un vínculo plagado de misterios y silencios.

Rodrigo le ofrece a Juan alojamiento y comida a cambio de ayuda en la refacción de las cabañas; juntos van tejiendo un lazo que podría asemejarse al de hermanos o al de padre e hijo. Poco a poco irán revelándose datos mínimos, pequeños detalles, fragmentos inconexos de aquello que los une más allá de sus diferencias (y que no conviene revelar aquí). A esa relación —compleja, por cierto— se suma una «chica bien» (Malena Villa) que se aloja con su familia en una de las cabañas y despertará el interés de Juan.

Giulianelli elige estructurar su relato a partir de los silencios, las vacancias y lo sugerido, aquello que está implícito, ese río que corre por debajo de lo dicho. Esta maniobra evidentemente ubica al espectador en un rol activo, dinámico, pero tendrá que estar dispuesto a aceptar el desafío. El otro verano es una película pequeña, con una profunda mirada de autor y elecciones narrativas muy personales que ponen en el centro de la escena las dificultades para comunicarse que padecen los dos protagonistas.


Entrevista a Guillermo Pfening: «Trabajamos mucho sobre el no decir, sobre lo sugerido»

— ¿Por qué le dijiste que sí a este proyecto?

— Me gustaba mucho el camino que venía haciendo Julián con sus películas; a él lo conocí a través de Federico Esquerro [director de sonido]. Y también está Juan Villegas [productor], que es un director que admiro mucho. Recibí el guión y era muy simple, con pocos diálogos. Además, todo el equipo era de Córdoba y yo ya había trabajado con ellos en Atlántida, película de Inés Barrionuevo, así que ya los conocía y pasar un mes con ellos en San Marcos Sierras me parecía una muy buena idea.

— ¿Qué podés decirnos de Rodrigo, tu personaje?

— La verdad es que está bastante lejos de mí pero está muy emparentado con otros personajes que hice. Me hace acordar mucho a Nacido y criado [Pablo Trapero], este tipo de personajes ermitaños a los que les cuesta expresar sus sentimientos, que tiene dificultades para vincularse y un gran problemas con los celos.

— ¿Cómo te preparaste para componer este personaje?

— Primero me fui allá unos días antes para entrar en contacto con el paisaje, con el río. Recuerdo que andaba mucho tiempo descalzo como para conectar con la tierra, con el lugar, con la gente de ahí. Y después trabajamos mucho sobre el no decir, sobre lo sugerido. Es una película que sugiere antes que explicar, y eso me gusta.



Pfening asegura que este es el cine que más le gusta porque «te mantiene como espectador activo y no pasivo. Me parece que la gente que aprecia el cine contemplativo la va a pasar muy bien». El actor proviene de Córdoba pero marca algunas diferencias: «Marcos Juárez es pura soja, campo y glifosato. Acá en San Marcos Sierras es todo lo contrario: estuvimos rodando en el río menos contaminado de Córdoba que es el Quilpo, así que era como estar en un paraíso», asegura. Cuando le preguntamos por el panorama del cine nacional, Guillermo celebra que el mainstream esté siendo tan bien acompañado por la gente en las salas. «Hay películas taquilleras y muy buenas, no son Los Bañeros Locos (risas). De todos modos, no creo que sea un éxito de esta gestión porque es algo que ya se venía haciendo. Y con respecto a los apoyos del Instituto, no está nada fácil», remata.

Guillermo Pfening está interpretando a uno de los ocho personajes de La ratonera, obra de teatro escrita por Agatha Christie que está siendo un éxito de taquilla y seguirá hasta el año que viene en el Multitabaris (Av. Corrientes 831). Además, en el horizonte hay un docu-ficción que lo tendrá como director; el proyecto tomará algunos elementos de la vida de su propia madre y será interpretado por la actriz Cecilia Roth.


Entrevista a Malena Villa: «Muchos roles femeninos suelen tener un costado machista»

— ¿Por qué aceptaste este proyecto?

— Bueno, yo ya había trabajado con Julián en mi primera película a los 12 años [Puentes] y él fue el primero que dijo «quiero que seas vos», así que le tengo mucho cariño y hemos construido una relación casi familiar en esos rodajes, incluso con mis padres que eran los que me llevaban, porque era muy chica. En algún sentido me vio crecer.

— ¿Cómo fue filmar en Córdoba?

— ¡Hermoso! Me encanta cuando se produce esto de ir a filmar a otro lado que no es tu ciudad, porque se genera algo medio laboral-vacacional que está buenísimo. En los tiempos libres estás en otro espacio así que todo cambia, a pesar de que estemos trabajando.

— Contanos un poco sobre tu personaje.

— Me gustaba que partiera de la premisa de una «niña bien» que se va de vacaciones. Aún así, tratamos de no marcarlo tanto para no caricaturizarla y que no fuese tan obvio o trillado. Pero este personaje claramente no tiene nada que ver con el universo de Rodrigo ni con el de Juan.


 


— ¿Cómo ves el universo cinematográfico con respecto a las mujeres?

— Creo que está mucho más abierto, sobre todo para las directoras. Es un medio muy difícil, las mujeres cobran menos. Y para las actrices también porque muchos roles femeninos suelen tener un costado machista y, aunque no nos demos cuenta, siempre está: somos «la que acompaña» o «la que genera problemas». Siento que eso está cambiando un poco, y por mi parte trato de decir que no cuando que veo que el guión no propone algo interesante desde el punto de vista femenino.

Malena participó recientemente de dos exitazos de Underground y el clan Ortega: en cine fue quien interpretó a las gemelas en El Ángel, el boom de taquillas de Luis Ortega; y en televisión ingresó a 100 días para enamorarse, donde interpreta a uno de los amores de Juani, el personaje encarnado por Maite Lanata que experimenta su transición de género. «La verdad es que yo le tenía mucho miedo a la tele diaria, pero cuando Sebastián [Ortega] me trajo la propuesta me pareció muy interesante ser parte de eso», cuenta Malena. Además, muy pronto se la podrá ver en la pantalla de la TV Pública con un ciclo dedicado a un período de la mujer tan complejo como polémico: el puerperio.


FICHA TÉCNICA
Elenco: Guillermo Pfening, Malena Villa, Juan Ciancio, Mara Santucho
Dirección y Guión: Julián Giulianelli
Productores: Juan Villegas / Paola Suarez
Fotografia: Gustavo Biazzi
Montaje: Santiago Esteves
Sonido: Federico Esquero
Música: Sebastian Felisiak / Luciano Gagliesi
País: Argentina
Año de producción: 2018
Duración: 72 minutos

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