Esta es la Copa que queremos levantar

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Con el Mundial de Rusia 2018 disputándose, las publicidades enarbolan un nacionalismo especial y repiten slogans sobre el evento que logra «unir a los argentinos». Sin embargo, la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito que dio su primer paso tras aprobarse en Diputados es una señal de que el país vive tiempos de lucha y fraternidad. La sociedad no se divide entre mundial y aborto legal, sino entre los que buscan conquistar derechos y los que quieren restringirlos. (Foto: Nadia Diaz)



Desde que se supo que Argentina finalmente participaría de la Copa del Mundo, las marcas de todos los rubros empezaron con las publicidades alusivas al evento que se va a llevar a cabo en Rusia. Con la reiterativa idea de ser un momento donde los argentinos se hermanan y todas las diferencias se dejan de lado, parece obviarse lo que está pasando en las calles, sobre todo en los últimos meses, donde la protesta social avanza. Con el claro objetivo de lograr conquistar los derechos perdidos o los que nunca se tuvieron, la verdadera unión se está dando en las inmediaciones del Congreso Nacional ante cada nuevo reclamo, como fue el caso de la aprobación del proyecto de ley relativo a la legalización del aborto. 

(Leer nota: El aborto será ley: Diputados aprobó el proyecto)

Sin dejar de lado la importancia que tiene un Mundial de fútbol para la sociedad argentina, es necesario empezar a echar luz sobre otros terrenos y no dejarse convencer ante la idea de que la Selección es lo único que logra que el pueblo se junte a festejar. Los años de lucha demuestran que la conquista de los derechos representa una unión sin dogmas y un nacionalismo que se exacerba, en verdad, por avanzar en ser referentes en el mundo.

Así como el avance en materia de legislación argentina en los derechos humanos respectivos a los procesos de memoria, verdad y justicia son modelo a seguir en el mundo entero y las condenas a los delitos de lesa humanidad son ejemplo de instituciones democráticas sólidas, la ampliación de los derechos de las mujeres y la conquista de reclamos históricos de la comunidad LGBTIQ en Argentina empiezan a volverse un faro para muchos de los países de la región, que buscan romper las barreras de la opresión ante tantos años de restricciones.

Los derechos se conquistan. No están dados, así como ningún equipo se asegura la medalla a priori, por más de que sus jugadores valgan varios millones. La batalla se define tanto en las canchas como en la calle. En este camino de luchas y logros, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito es la Copa a levantar, porque la conquista de derechos que amplíen las libertades que nos faltan es el verdadero Mundial.

Esta Copa, que no se trata de otra cosa más que de vivir en plenitud, depende de un real trabajo de equipo, de un esfuerzo colectivo y una lucha que trasciende toda frontera.  La emotiva vigilia vivida la madrugada del 14 de junio será, sin dudas, una fecha histórica que será recordada como el momento en que se dejó en claro que la maternidad no es una obligación; un paso fundamental en defensa de los derechos sexuales y reproductivos de  toda persona gestante.

Con el claro objetivo de lograr conquistar derechos perdidos o que nunca se tuvieron, la verdadera unión se está dando en las inmediaciones del Congreso ante cada nuevo reclamo, como fue el caso de la aprobación del proyecto de ley relativo a la legalización del aborto.

Es imposible que este mes no se llene de largas coberturas desde Rusia, de debates sobre quién tiene que jugar o las notas de color en las inmediaciones de las canchas con los hinchas que viajaron a Rusia. Pero algo cambió: una parte importante de la sociedad se encarga de repetir que hay cosas más importantes a la hora de debatir y el color verde inundará las pantallas de igual forma que el fútbol.

Sin música épica, cotillón celeste y blanco ni sponsors, las calles se inundan de gente que reclama derechos y piden ser escuchadas. Lo que más nos une, entonces, no son los goles, sino los derechos que podamos adquirir todxs juntxs. Ese nacionalismo espontáneo, que surge alrededor de una pelota cargada de sentido para los y las argentinas y que solo se menciona en momentos presumiblemente «apolíticos», se llenará de política, porque se cargará de lucha y de batallas ganadas: logros que hablan de un pueblo que amplía sus derechos.



mundial y aborto


El hit viral que repite «Traeme la Copa, Messi», del comediante Chapu Martínez, parece ir en contramano de lo que está pasando a nivel político: no queremos que nos den nada que no nos pertenezca y lo que obtenemos lo arrebatamos luchando por nuestros propios medios, de forma acompañada, organizada y unida para lograr que la conquista de derechos sea realmente efectiva para todxs.

La lucha organizada y descentralizada del feminismo, que atraviesa todas las capas pensables, está dejando al descubierto sectores políticos y gremiales que, al caer en personalismos, no avanzan a la velocidad que la sociedad está demandando. No es casualidad, entonces, que se le pida en reiteradas ocasiones a la Confederación General del Trabajo (CGT) que ponga la fecha de un paro, el cual decidió hacer, paradójicamente, en medio de la Copa del Mundo y con la atención dispersa de los grandes medios.

La lucha organizada y descentralizada del feminismo está dejando al descubierto sectores políticos y gremiales que, al caer en personalismos, no avanzan a la velocidad que la sociedad está demandando.

Si hay algo que demostraron los movimientos feministas en el último tiempo es que lograron consolidarse como una fuerza organizada, dispuesta a tomar las calles para cambiar de raíz las opresiones que antes se encontraban completamente ocultas. Un mismo grito que rompe estructuras y atraviesa generaciones que ahora se encuentran compartiendo banderas para dar batalla al sentido común: un trabajo arduo pero constante que de a poco va generando victorias al alcanzar espacios necesarios para potenciar la transformación, como el recinto parlamentario.

El camino para poner en el Congreso de la Nación el proyecto de ley no fue fácil: fueron años de lucha que se afianzaron a nivel federal gracias al nacimiento de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito desde el año 2005.  El avance en Diputados tampoco fue sencillo y lo que falta para llegar a la discusión en el Senado promete ser incluso aún más complicado. Pero esta lucha es irreversible porque cuando se trata de derechos a conquistar el pueblo se prepara para pelear por la Copa que hay que levantar.



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