A 7 años de la Ley de Matrimonio Igualitario: testimonios de un sueño hecho realidad

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«Con Sebastián habíamos hablado muchas veces del casamiento. ¿Qué pareja no habla en algún momento de eso?», cuenta Fernando Cholakian a La Primera Piedra. En febrero de 2014, él y su esposo pudieron casarse gracias a la Ley de Matrimonio Igualitario sancionada en 2010 en Argentina, posicionándose entonces como el décimo país en aprobar esta ley a escala mundial. A siete años de esa fecha histórica, conocé la historia de varias parejas LGBTTIQ que hicieron realidad su sueño de casarse. (Foto de portada: China Díaz)


«Antes decíamos que, llegado el momento, si fuera necesario, nos iríamos a casar a España o Canadá. Nunca me convenció la idea, no podríamos compartirlo con nadie, casi que parecía que estábamos haciendo algo malo. Suena muy cliché, pero en cierta medida, la ley fue un sueño cumplido», afirma Fernando Cholakian a La Primera Piedra.

El 15 de julio de 2010 se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina (Ley 26.618). Una semana más tarde, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner promulgó la ley en un acto realizado en Casa Rosada. La ley constó de una modificación en varias secciones del Código Civil, siendo el artículo 172 quizás el más importante ya que se reemplazó la definición de matrimonio entre “hombre y mujer” por “contrayentes” y se agregó: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”. 

La ley constó de una modificación en varias secciones del Código Civil, siendo el artículo 172 quizás el más importante ya que se reemplazó la definición de matrimonio entre “hombre y mujer” por “contrayentes” y se agregó: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”. 

Esta modificación también fue importante porque reabrió la posibilidad de adopción a las parejas del mismo sexo, ya que en el artículo 312 se establecía un gran límite al especificar que “nadie puede ser adoptado por más de una persona simultáneamente, salvo que los adoptantes sean cónyuges».

A siete años de la fecha histórica, nos acercamos a varias personas que nos contaron qué significó para ellxs la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario y cómo afectó en sus vidas.


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«Tuve la suerte de presenciar la sesión de Diputados adentro del recinto, rodeado de un montón de chicos y chicas desconocidxs, pero no me sentí solo en ningún momento. Éramos muchos en la misma: no conocíamos a nadie pero el sueño de la ley era más fuerte que la timidez o la vergüenza. Era un momento histórico. En Senadores no nos dejaron entrar al recinto. Fue una de las noches más frías de todo el invierno, pero había que resistir, había que ponerle el cuerpo, una vez más, a la lucha. Después de todo, triunfó el amor, y se aprobó la ley. Los abrazos y festejos de esa madrugada no los voy a olvidar jamás. Una semana después, aún sin creerlo del todo, veía con Sebastián en la TV Publica a Cristina promulgar la ley. No había vuelta atrás, ya nos podíamos casar. Lloramos, nos abrazamos».

Fernando Cholakian


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«Una sensación de euforia y libertad en el estado más puro nos dio en el momento que confirmamos el turno en el registro civil para el 12/08/2016.  No llegábamos a dos meses de noviazgo cuando Vicky ofreció casarme con ella. Hoy, un año después, recordamos ese día como el momento más emocionante y único de nuestras vidas. Nos acompañaron nuestras familias y amigos, algo muy íntimo, hicimos una fiesta muy chiquita… La realidad es que lo único que queríamos era (ahora que podíamos) sellar nuestro amor como lo soñábamos. Logramos todo lo que queríamos y más…comprometernos a acompañarnos por el resto de nuestros días».

Lucía Bravo

«Estuve todos los días en el Congreso antes de que saliera la Ley de Matrimonio Igualitario y viví a flor de piel todas esas horas. Creo que para muchos, ésto significa un respaldo, un resguardo, aunque la gente todavía no entienda las cosas y aún así en el 2017 se pregunten si es normal que dos personas del mismo sexo se casen, por lo menos tenemos esa seguridad. Ojalá que un día no tengamos que llegar a firmar un papel para que nos respeten o realmente nos entiendan, pero por lo menos ahora, nosotras tenemos la felicidad y la seguridad para el resto de nuestras vidas. Haberme casado con Lucía me hizo feliz, soy feliz todos los días de mi vida y siento que tengo un compromiso muy importante y que realmente vale la pena casarse».

Victoria Miranda


En un contexto internacional atrasado a nivel de políticas de inclusión LGBTTIQ, en un escenario en donde 72 países penan las relaciones homosexuales, la Ley de Matrimonio Igualitario es una fuerte apuesta política que posiciona al país como uno de los países más avanzados en materia de inclusión de la diversidad, como resultado de las personas y diversas organizaciones que salieron a reclamar por sus derechos y pusieron su cuerpo en la lucha para que se hiciera realidad.

Ahora es tiempo de que el Estado retome sus deudas pendientes con la comunidad LGBTTIQ, que revea sus vacíos constitucionales y que realice las correspondientes políticas de educación y concientización por la diversidad sexual y por la deconstrucción binaria de los géneros.

 


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