Liv & Ingmar: la otra cara del genio

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Referirse a Ingmar Bergman implica –en la mayoría de los casos– hablar estrictamente acerca de cine. Por lo general, no se alude a él por su nombre de pila. Todos (o muchos) conocemos al gran Bergman, uno de los mejores cineastas de todos los tiempos, pero pocos han tenido la posibilidad de acceder verdaderamente al pequeño Ingmar. El documental de Dheeraj Akolkar nos propone sumergirnos en las profundidades del complejo “mundo Bergman”, pero no desde el lugar común vinculado al séptimo arte (recorridos incansablemente transitados) sino desde una perspectiva más personal, que apuesta a una indagación cercana e íntima.

En el marco del ciclo Primer Plano emitido por I.Sat, aún podemos disfrutar de las repeticiones de Trespassing Bergman, el excelente documental dirigido por Jane Magnusson y Hynek Pallas, fragmentado en seis capítulos titulados con los tópicos que han obsesionado a este cineasta en su quehacer (comedia, muerte, aventura, silencio, miedo, alienación); aquí se aborda la filmografía del autor y sus últimos años en la soledad de la isla de Färo, aunque de un modo lateral. El énfasis está puesto, sobre todo, en la influencia que el pensamiento audiovisual de este director ha ejercido sobre la labor de las personalidades más destacadas dentro del mundo de la cinematografía (entre ellos: Woody Allen, Wes Anderson, Martin Scorsese, Alexander Payne, Ridley Scott, Francis Ford Coppola, Olivier Assayas, Michael Haneke, Alejandro González Iñárritu, Thomas Vinterberg o Lars von Trier). Entonces, prima una vez más el punto de vista del cinéfilo que rinde homenaje a su ídolo.

En el caso de Liv & Ingmar, el acercamiento se da desde los ojos de Liv Ullmann, la reconocida actriz noruega que no sólo protagonizó 12 de los films del autor junto a otro de sus actores-fetiche (Max Von Sydow), sino que además compartió 42 años de su vida junto a Bergman, en calidad de pareja y –tras su divorcio– como amiga; el fruto de esa relación fue una hija. Pero lo que suele comentarse en el mundillo del arte es que los vínculos entre artistas suelen ser dificultosos, tortuosos y, en más de una ocasión, tienden al fracaso. Personalidades fuertes, egos exagerados, omnipotencia, grandilocuencia, vulnerabilidades, elevación intelectual y espiritual, necesidad de soledad, talento creativo. Este cóctel puede ser fatal. La genialidad creativa que les otorga el prestigio en el mundo del arte, es la misma cualidad que los condena a ubicarse en el lugar de seres incomprendidos, complejos, difíciles de entender y… de soportar.

La mayoría de sus obras son excelsas, y lo son justamente porque en ellas moran todas las contradicciones que lo han acosado a él mismo a lo largo de su vida. Sus películas son grandiosas porque no nos hablan acerca de la condición humana sino que la exponen en todos sus matices, la desnudan en cada toma y la desgarran en cada plano.

Ingmar Bergman, por supuesto, no escapa a esa descripción. La mayoría de sus obras son excelsas, y lo son justamente porque en ellas moran todas las contradicciones que lo han acosado a él mismo a lo largo de su vida. Sus películas son grandiosas porque no nos hablan acerca de la condición humana sino que la exponen en todos sus matices, la desnudan en cada toma y la desgarran en cada plano. Esto es lo que muchos de nosotros, más o menos, conocemos sobre Bergman. Pero el genio tiene su contracara, y Liv nos muestra otras aristas de esta oscura personalidad. Ingmar es, al mismo tiempo, el hombre enfermo de celos, estricto, machista (hasta misógino), vengativo, altanero, egoísta, solitario, inseguro, vulnerable, ermitaño. Ingmar es el director que -tras una pelea virulenta en la pareja- la obliga a acercarse demasiado al fuego durante la filmación de una escena de incendio para su película; es aquel director que -a modo de venganza- la condena a congelarse en un bote junto a Max Von Sydow en medio de un lago helado. Sin embargo, el documental no intenta derribar la imagen de Bergman sino, por el contrario, reivindicarlo desde la mirada de Liv (aún aquellos actos que no merecen reivindicación alguna). No vale la pena contar detalles porque la actriz lo hace muchísimo mejor, y el director sabe captar su testimonio en primeros planos que nos impiden distraernos de la profundidad de sus ojos tristes, melancólicos.

El hilo conductor del documental es la entrevista en profundidad a Liv Ullmann, mixturada con fragmentos memorables de los mejores films del director, material de archivo como cartas y objetos personales que ayudan a reconstruir una historia romántica y tormentosa, lecturas en off de algunos pasajes del libro Changing de Ullmann, fotografías y reliquias de los rodajes.

El hilo conductor del documental es la entrevista en profundidad a Liv Ullmann, mixturada con fragmentos memorables de los mejores films del director, material de archivo como cartas y objetos personales que ayudan a reconstruir una historia romántica y tormentosa, lecturas en off de algunos pasajes del libro Changing de Ullmann, fotografías y reliquias de los rodajes.

Se trata de un documental entrañable, elaborado con gran cuidado y pensado desde los ojos de Liv, atravesado enteramente por su percepción acerca de los acontecimientos que impactaron sobre la pareja. Una buena opción para que los fanáticos conozcan al director desde otro lugar, y una gran oportunidad para acercarse a su magnífica obra que, sin dudas, excede ampliamente a una persona susceptible de numerosos cuestionamientos (tal como cualquier otra). Pese a todo, en los pequeños detalles se revela una sensibilidad inusitada, una peculiar personalidad que, quizás por esa misma excepcionalidad, tendía a abstraerse del mundo o a conectarse dolorosamente con él.

Para quienes deseen conocer algo más de su obra, durante el mes de octubre se pasarán algunos de sus films en el MALBA.

FICHA ARTÍSTICA

Título original: Liv & Ingmar

País: Noruega-Suecia-Reino Unido

Año: 2013

Director/Guión: Dheeraj Akolkar

Reparto: Liv Ullmann, Ingmar Bergman

Duración: 89 minutos

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