La poesía de Spinetta: versos con la precisión de besos

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Más allá del innegable legado musical que Luis Alberto Spinetta dejó en la historia del rock latinoamericano, gran parte de su obra es reconocida por su valor poético. Es más, existe un libro de poesía que «el flaco» publicó en vida y que, pese a no contar con el mismo alcance que tuvieron sus canciones, ayudan a entender más en profundidad su visión del arte y del lenguaje. Con la precisión azarosa y álgida de los besos, los versos de Spinetta en Guitarra negra (Ediciones Tres Tiempos, 1978) arman un nuevo mundo a partir de lo cotidiano.



Si nos ponemos a ver la prolífica obra musical de Luis Alberto  Spinetta, podemos encontrar que entre A 18′ del sol – su primer disco solista sin contar Artaud – y el siempre curioso Only love can sustain, editado en Estados Unidos con la ayuda del por entonces célebre tenista Guillermo Vilas, aparece el único libro editado en vida por «el flaco»: Guitarra negra (Ediciones Tres Tiempos, 1978).

Este poemario fue el único fruto de esa decenas  de «cuadernos llenos de poesías» escritas por Spinetta que él mismo decía tener en su poder y en donde desde el principio se puede ver la fuerte influencia que el movimiento surrealista poseía sobre el músico argentino. Basta con ver el diseño de la tapa para encontrar, una vez más, el espíritu del escritor y dramaturgo Antonin Artaud rondando cerca del aura del por entonces joven nacido en Núñez. En la cubierta, se puede observar un espectro de Spinetta  girado en 180° que parece adelantarse a la célebre frase de Sumo: «Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos». 

(Leer nota relacionada: «La vuelta a Spinetta en 80 citas»)

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Con un estilo provocador, el músico abre este libro de poemas con una advertencia que refleja fielmente el estilo de la época y su visión de arte: «Como nadie tiene conciencia del «control» de los manuscritos, y aun de existir dicha conciencia, ésta no intervendria en mi obra, sino como referencia simbólica a la licitud de la temática, propongo que se olvide cada palabra a medida que ella se lea». Con el cierre de la Editorial Tres Tiempos en 1984, este mensaje de Spinetta cobraría más sentido aún, ya que, hasta el día de hoy, pueden verse ediciones de tirada corta a cargo de múltiples editoriales independientes, sin que importen los derechos de autor, aunque formalmente sea La Marca Editora quien se encarga de la distribución de este libro.

Guitarra negra está organizado en siete partes que no llevan título y una octava parte con el, otra vez provocador, título «Escorias diferenciales del alma de la letra poética», donde Spinetta aprovecha a poner en escena su lenguaje poético para reflexionar sobre la poesía en general, como si fueran una suerte de cinco «metapoesías» que, en vez de explicar lo que sucedió en las hojas anteriores, agrega más sentidos que el lector debe completar.

En los primeros poemas de este libro, puede leerse: «Una mujer/ desde otra tarde,/ salpicada por un profundo espejo.// Tirada en el abismo/ con sus mentruos carmín/ depositados en el limo natural/ con la precisión de besos«. Este fragmento elegido sirve para dar cuenta de dos cosas: la primera es la presencia de un lenguaje que Spinetta ya empieza a mostrar abiertamente en Artaud y que luego será moneda corriente en Invisible, Spinetta Jade y sus discos solistas, donde versos surrealistas van a estar acompañados por los complejos acordes que tanto le gustaban al «flaco». En segundo lugar, podemos hacer uso del último verso para hablar de la poesía que aparece en Guitarra negra.

spinetta jovenUn beso es tan preciso como azaroso y su eficacia proviene de factores tan poco calculables como racionales, siendo en definitiva un momento álgido, así como exacto y casual. Esa puntería es la que se encuentra en los poemas de Spinetta, donde un lenguaje barroco y pomposo desnuda los sentimientos y actitudes del hombre. En ese sentido, versos como «voy a buscar a la muerte para nacerla» bien podrían ser parte de una canción de su autoría y hasta muchos la usarían en una remera.

Con el preciosismo lo caracterizó a lo largo de toda su carrera musical, Spinetta escribe:»Es insólita tu alma./ Tantas cosas de pie/ elegidas entre millones,/ saturadas por vivir aquí» o también: «Ignoro quien era ayer yo mismo./ Quien se atrevió a venir en mi. / Pero sé quien soy ahora. / Y soy un corazón/ una boca/ y un espíritu». 

Con esa convivencia que existe en los besos entre lo planificado y lo inesperado, los versos de Spinetta también pueden traducir el mismo escozor que el roce de los labios. Sin cerrar sentidos, apostando por la musicalidad que esconden las palabras, este libro es clave para comprender su obra en su conjunto y para encontrarse de nuevo con la belleza de la lírica de uno de los fundadores del rock en español: «Yo soy tu vida./ Malentiénderne». 

La búsqueda artística de Spinetta fue y será infinita, dando una obra popular y ecléctica a la vez, una supuesta contradicción que el nunca consideró tal. En la última página de Guitarra negra, el flaco escribe: «Este verdadero poema/ no ha sido resuelto aún,/ pero quiero vivir bajo su forma./ Aquí,/ como sea». Quizás no haya fragmento de su obra que pueda definirlo mejor en su relación con el lenguaje, ese jugueteo con las palabras que empezó con Almendra a fines de los 60’s y que, hasta el día de hoy, marca un horizonte en la música latinoamericana. En definitiva, tal como señala el propio Spinetta en este libro: «se torna difícil escribir con la misma brutalidad con que se piensa», pero no por eso se dejará de seguir intentando. 


 

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