La estrella primera: cinco poemas de Palo Pandolfo

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«Relajados/ nos deslizamos/ hacia/ la eternidad», se lee en el primer poema de La estrella primera (Conejos), en el cual se recopila gran parte de la obra poética de Palo Pandolfo. «Cuando uno se encuentra con un poema que parecía ser sólo una hermosa proclama audaz y libertaria (…) se encuentra de pronto con una frase que mezcla irreverente dos categorías imposibles, un toque surrealista, que le devuelve todo el sentido que sólo la poesía permite», escribió Tom Lupo en el prólogo. A continuación, cinco poemas de un artista que además de incursionar en la canción, se metió de lleno en la palabra poética, formando parte del grupo Verbonautas en la década de los 90′ junto a Vicente Luy, Hernán, Osvaldo Vigna, entre otros. 



1.

Blanda cama
cuerpos
relajados
maravillados.
Antes
húmedos.

Después
del canto del gallo.
Cerca el sol,
el rumor de la autopista.

Grillos y sapos,
y el jadeo
de los amantes dormidos.

Ya la tormenta de primavera
se escapa.

Todo es mansedumbre
-perdón
satisfacción.

La sangre se desparrama
por todo el cuerpo.
La mente se despide
con algarabía.
Luego el espíritu
lentamente
asciende
pasea.

El deseo
llevará
al cuerpo.
El deseo satisfecho.

El cuerpo blando
en
la blanda
cama.

Relajados
nos deslizamos
hacia
la eternidad.

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2.

Liberar
Amigos, parientes
Liberar
Vecinos, conocidos
Liberar
Hijos, esposa
Liberar
Animales, escultores
Liberar
Ídem, deseo
Liberar
Escritos, árboles
Liberar
Ropas, alimentos
Liberar
Canciones, sueños
Liberar
Vivos
Muertos
Liberar.

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3.

Los hombres tiran de la soga
y la rama no cae.
La última rama
de la poda
se resiste a caer
pasará la noche
sujetada
hachada
aserrada
tironeada
en su árbol.

Resiste
antes de empezar
a ser leña.

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4.

Cordón de plata
ajustado al cuello.
Brazalete fetiche,
ancla en la cima.
Risas apagadas
de la fiesta de anteayer.
Comunión de rocas.
Nieve violeta
cae sordamente
sobre el parque
a oscuras,
se derrite
apenas toca la gramilla.
Todo está mojado
yo estoy seco.

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5.

Mi muerte me sigue
de otoño
en otoño.

Tal vez me muera
o tal vez
sobreviva
en la arena
del camino.

El arroz salva,
la música salva.
Que la buena suerte
nos acompañe.

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