«Los machos se duermen primero»: el fin de las fronteras

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La novela de Rodolfo Omar Serio publicada por Omnívora Editora en 2019 fue una de las finalistas de la Bienal Arte Joven 2017 y este año tuvo su primera reimpresión. A partir de capítulos breves, se traza una historia que se bifurca y vuelve a concentrarse en un mismo núcleo duro de manera constante: el fin de los estereotipos de género, de todo tipo, para dar lugar a un realismo fantástico en donde el humor es una piedra fundante de la sociedad.



¿Cómo vivir sin soñar? ¿Cómo atravesar el mundo sin ese caño de escape que muchas veces esconde los significados más reales de una vida chata y monótona? Uno de los temas centrales de la teoría psicoanalítica es retomado con una mirada audaz, fresca y desfachatada en Los machos se duermen primero (Omnívora editora, 2019) del escritor y periodista Rodolfo Omar Serio. Ramiro, protagonista y narrador del libro, logra recuperar su capacidad de soñar y da rienda suelta a una historia en donde las fronteras de los géneros pierden toda eficacia.

«Esta novela (…) tiene algo de eso, de lectura nueva, de tomar las cartas de siempre y dar de nuevo como si quisiera contar la historia argentina en clave de marica cinéfila y delirante: civilización y barbarie, ciudadanos y cabezas«, escribe en el prólogo Gabriela Cabezón Cámara para definir a un libro a priori indefinible, y he ahí su eficacia. Retomando la mitología peronista, este libro llena de colores, diversidad y humor al muchas veces apolillado y acartonado universo en torno al movimiento político de masas de Argentina. En ese sentido, Serio plantea una metáfora muy sutil en el comienzo del libro: «Doblamos por una avenida que grita ‘me construyó Perón y nunca nadie más me puso un peso encima».

Retomando la mitología peronista, este libro llena de colores, diversidad y humor al muchas veces apolillado y acartonado universo en torno al movimiento político de masas de Argentina.

Gracias al retorno de su capacidad de soñar, Ramiro logra dar vida onírica a personajes que desnudan esa doble cara constante de un país que se construye sobre grietas y pliegos: la Yokodama (mezcla de María Kodama con Yoko Ono) y la Coca Sarlo (mezcla de Coca Sarli con Beatriz Sarlo). Así, historias realistas se entremezclan con lo fantástico como los rectángulos de plastilina en la mano de un chico de cinco años. En Los machos se duermen primero ya no hay vuelta atrás para seguir pensando a los géneros como compartimentos estancos. 

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Rodolfo Omar Serio

«Los machos se duermen primer» (Omnívora, 2019), de Rodolfo Omar Serio


Además de un uso interesante de la ironía, la acidez y la mirada crítica, el libro de Serio también plantea una perspectiva de la realidad argentina desde el colectivo LGBTIQ+, en donde la diversidad sexual también busca dejar de ser pensada como una categoría aparte y se entremezcla en cada uno de los avatares que definen una identidad nacional y una postura política.  A su vez, la resaca de los años menemistas, ese gran dolor de cabeza que fueron los años 2001 y 2002,  también tienen lugar en este libro, bajo la misma lupa atenta: «A veces creo que la verdadera moneda ’90 no fueron los pesos ni los dólares, fueron las tapitas. Las tapitas de bebidas le permitían a uno tenerlo todo», reflexiona el protagonista.

El libro de Serio también plantea una perspectiva de la realidad argentina desde el colectivo LGBTIQ+, en donde la diversidad sexual también busca dejar de ser pensada como una categoría aparte y se entremezcla en cada uno de los avatares que definen una identidad nacional y una postura política.

Hace años que la originalidad dejó de ser una condición para que una obra interpele al lector. Eso, al contrario de lo que se cree, da rienda suelta a que podamos movernos con mayor flexibilidad e intentar lo que queramos. Dice Jarvis Cocker, líder de esa gran banda que fue PULP en la era del britpop, en el prólogo de su libro de canciones Madre hermano amante: «Pero una vez que te das cuenta de que la letra no es tan importante, empieza la diversión de verdad. Si nadie te escucha, puedes decir lo que se te ocurra». Por suerte, Serio en Los muchachos se duermen primero retoma ese impulso desfachatado para dar lugar a historias nuevas que atrapan no por lo novedoso, sino por lo vivo del lenguaje.

En ese sentido, no es casualidad que el autor nacido en 1985 haya asistido a las clases de Hebe Uhart. La percepción de los detalles visuales, así como por el habla de cada uno de los personajes -reales y fantásticos- de esta novela, hacen de este libro una delicia para los sentidos de un lector que se deje perder por la deriva de un texto genuino. 



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