«Si la alegría es vaciamiento, prefiero estar triste»

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El pasado viernes 29 de enero, un gran número de personas se movilizó hacia el Congreso de la Nación para manifestarse en contra de los despidos masivos de trabajadores estatales por parte del nuevo gobierno (suman cerca de 30 mil en menos de dos meses). La movilización contó, a su vez, con un grupo de artistas que decidió tomar una postura militante y crítica respecto a las últimas medidas sancionadas por el nuevo gobierno, y que acompañó a los despedidos a través lo que llamaron “La gran ñoqueada en el Congreso” en referencia a las palabras que usaron tanto el Presidente Mauricio Macri, como la Vicepresidenta Gabriela Michetti , entre otros funcionarios, para identificar a los trabajadores de la gestión pública.

Fueron casi 500 los despidos que tuvieron lugar entre los trabajadores del Ministerio de Cultura, sumados a otros 50 que ocurrieron en la Casa de Gobierno. Estas medidas forman parte de un plan de recorte masivo impulsado por el gobierno de Mauricio Macri en vastas áreas del Estado. Contra este achicamiento se realizaron manifestaciones frente al Congreso y frente al Centro Cultural Kirchner (CCK) en donde cesanteados y autoconvocados amasaron más de 25 kilos de ñoquis en modo de una irónica protesta.

Fabiana Almeida, hija de Taty Almeida-integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora- y trabajadora del Ministerio, habló en radio Del Plata y expresó que estaban pasando un “momento espantoso”: «Todas las sedes del Ministerio de Cultura están con candados en las puertas y la gente de la cartera tiene un listado y no dejan pasar a los que están en la lista. Son 485 que se están enterando de la medida».

Si esa es la línea que decidió seguir el macrismo, antes en la ciudad y ahora a nivel nacional, es necesario que centros culturales y artistas independientes, medios de comunicación alternativos y autogestivos, periodistas con pensamiento crítico y reflexivo, y estudiantes de universidades públicas y estatales, así como todos los ciudadanos que velen por el descentramiento de la cultura y por canales alternativos de acceso a la información, se unan en un gran abrazo solidario contra las políticas de achicamiento en el sector de Cultura (extendido a todos los otros sectores de la administración pública, incluido el de las universidades) y emprendan acciones para resistir el vaciamiento cultural contra el cual se viene luchando, con tinta y garganta de acero, durante los últimos años.

ES 3 MUY BUENA

«Si la imaginación es vaciamiento, prefiero estar triste» ES fotografía

En este marco de despidos en el área de Cultura, fueron muchos los artistas que estuvieron en la primera fila de “la marcha de los ñoquis”, nombre que tomaron para comenzar la desestigmatización comenzada por el gobierno de Cambiemos hacia los trabajadores estatales. Entre los artistas figuraron Diego Arbit y Sagrado Sebakis, integrantes del dúo “Poesía Estéreo”, la cantante argentina de folclore Liliana Herrero,  la escritora y actriz Mana Bugallo, el músico Pablo Dacal, y la música, poeta y activista trans Karen Bennett.

Así, un gran grupo de artistas vio un momento crucial para tomar posturas y decisiones que serán claves para la resistencia durante los próximos años, y alzaron sus voces en solidaridad con los trabajadores del área de Cultura, así como repudiaron los despidos en el CCK y se sumaron a los gritos de “los únicos ñoquis que existen son los que se comen”, en referencia a la ola de despidos en distintas áreas estatales. A esta movilización se agregó la del Festival en contra del vaciamiento del Grupo 23 el domingo en Parque Centenario que contó con la participación de la Bersuit Vergarabat, Las manos de Filippi y Ariel Prat, entro otros.

Juan Saraco y Micaela Vita

Juan Saraco y Micaela Vita . ES fotografía

Esta medida de ajuste que llegó al área de Cultura sigue en continuidad con las políticas llevadas a cabo por el gobierno del Pro en la Ciudad de Buenos Aires durante los últimos años. Basta con recordar que en el 2015 se clausuraron más de sesenta centros culturales. Estos espacios, que son los que llevan adelante una verdadera descentralización de la cultura y que se financian a través de la autogestión, sin acceso a créditos blandos, son enviados, así, al silencio.

Si esa es la línea que decidió seguir el macrismo, antes en la ciudad y ahora a nivel nacional, es necesario que centros culturales y artistas independientes, medios de comunicación alternativos y autogestivos, periodistas con pensamiento crítico y reflexivo, y estudiantes de universidades públicas y estatales, así como todos los ciudadanos que velen por el descentramiento de la cultura y por canales alternativos de acceso a la información, se unan en un gran abrazo solidario contra las políticas de achicamiento en el sector de Cultura (extendido a todos los otros sectores de la administración pública, incluido el de las universidades) y emprendan acciones para resistir el vaciamiento cultural contra el cual se viene luchando, con tinta y garganta de acero, durante los últimos años.

Fotografía de portada: ES fotografía

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