Una vida en la plenitud musical

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Gonzalo Tahhán nació en Santiago del Estero en 1991. A los 18 años se mudó a Buenos Aires para estudiar Psicología, pero sería su verdadero amor por la música lo que lo llevaría a recorrer numerosos bares y centros culturales porteños, acompañado tan sólo por su guitarra. En 2013 debutó en el programa “El Artista del Año” emitido por Canal 13, y realizó performances con reconocidos artistas, entre ellos Peteco Carabajal. Además, Gonzalo es 1° Dan en Tae-kwon-do y le gustan la cocina y la botánica. Hoy, este joven cantautor nos comparte la experiencia musical que desde niño lo embarca en numerosos viajes y aventuras por el mundo.



Desde chico y habiendo crecido en un Santiago con toda su tradición folklórica, ¿ya sabías que querías experimentar el terreno musical?

En Santiago del Estero la música funciona como un motivo de encuentro entre amigos y familiares. Es algo natural y muchas veces hasta lúdico. Mucho de la tradición histórica y cultural de Santiago tiene un fuerte arraigo en lo musical. En mi se dio así, de manera natural, y fue cobrando más fuerza cada día, en cada situación, porque la música es también un cristal por el que se mira y vive, un vehículo con el que se viaja, un lenguaje que se comparte. La música es la forma de vida en su máxima expresión.

Tu elección musical conserva muchos elementos autóctonos, ¿es una manera de recordar el lugar que formó tu identidad?

Mi elección musical está en constante movimiento. Reconozco que hay una parte sobre la que decido y otra que es de algún modo como un torrente que dejo correr, que dejo que sea  y le presto atención, como quien mira un río. En la música  me considero apenas un changuito al que le gusta explorar diferentes lugares. A veces aparecen muchas cosas, entre ellas algunas más autóctonas y otras no tanto. Es el movimiento, la búsqueda, lo que hace al crecimiento, más allá de las identificaciones.

¿Tenés alguna rutina a la hora de producir nuevas canciones?

Cuando la musa llega, me gusta recibirla bien, en climas amenos. Pero como ella es de alguna manera “un tanto inoportuna”, sólo me dedico a tratar de estar presente y abierto en ese momento.

¿Qué es lo que más deseas expresar en esas canciones?

Algunas se resuelven en canciones y otras quedan en otros formatos. Generalmente mis canciones brotan, en principio, desde un lugar muy primario y genuino. Surgen casi como un impulso, a veces inesperadamente, y después la canción va haciéndose a sí misma. Creo que las canciones están vivas y en algún punto son como una mirada transparente: uno no siempre decide qué transmitir con la mirada, es una expresión viva y pura.

 

¿Qué fue lo que te trajo para la Capital?

En un principio vine para estudiar, pero siempre sostengo que la vida me trajo aquí a vivir. Cuando me preguntan si estoy estudiando en Buenos Aires, yo respondo: “Si, claro, también estoy estudiando”. Pero, en realidad, estoy viviendo en Buenos Aires.

Acá tocaste en varios cafés y espacios culturales, ¿sentís alguna diferencia con respecto al público santiagueño?

Me gusta generar mis fechas en lugares adaptados a mi propuesta, que viene siendo más bien acústica e intimista. Elijo siempre lugares que me gusten estéticamente y busco crear un espacio muy propio. Cada público, en cada lugar, es diferente. No suelo evaluarlos como malos o buenos porque también entiendo que el show se construye desde las dos partes. He tenido la suerte de poder cantarles a diferentes públicos, incluso en diferentes partes del mundo. Hace un tiempo pude tocar en Japón junto a una pianista australiana para un público que yo consideraba desconocido y me encontré con un auditorio muy respetuoso y con mucho conocimiento del tango. Me sorprendió. Tal vez esperaban que un argentino les cante tango. Con esto quiero decir que la reacción del publico también tiene que ver con las expectativas que tienen acerca de lo que van a escuchar y ver. Con el público santiagueño me siento cómodo por su calidez, pero reconozco que hay que saber conectar con la gente y entregarles un poco de lo que ellos esperan también.

También tocaste con otros artistas, ¿alguna experiencia de esas que te resultó especialmente gratificante?

Tuve la posibilidad de tocar por varios lugares de oriente con una pianista australiana. Todo surgió de un encuentro en un crucero donde compartimos casualmente una experiencia musical con los músicos contratados por el crucero. Ella me escuchó cantar tango, y desde ese momento y en adelante, me invitó a todos los shows que hizo en el crucero y en las paradas que hacía el barco. De ella aprendí mucho del profesionalismo, la organización, la autogestión de un proyecto profesional y lo complejo que es. Tuve mucha suerte de estar en el lugar y el momento indicado para compartir con muchos músicos que admiro como Néstor Garnica, Bruno Arias, Raly Barrionuevo. Recuerdo que una vez terminé de jugar al fútbol con Peteco y Demi Carabajal, y nos pusimos a tocar temas de Spinetta, Charly, Aznar, cosa que nunca imaginé… Estar tocando Rock Nacional con Peteco Carabajal.

¿Cómo fue tu paso por “El Artista del Año”?

Fue muy movilizante. Yo lo disfruté mucho, conocí gente hermosa. Aprendí bastante de la velocidad del minuto a minuto en TV, del vértigo de las cosas masivas en vivo. El hecho de estar filmado y microfoneado todo el tiempo, encerrado en una casa con 15 personas que no conocés, es muy movilizante y revelador. Pasé casi 30 días ahí adentro y disfruté cada minuto.

¿Qué enseñanzas te dejó esa gran experiencia?

Conocer el ambiente televisivo te permite entender un poco cómo es el asunto de los medios masivos y lo que genera en la gente. Personalmente, esta experiencia me permitió ver y sentir lo efímero de los medios masivos, artísticamente hablando. Creo hay que ser muy cuidadoso al momento de creer en lo que se genera a partir de esos medios tan veloces y masivos.

Contás con un gran número de fans, en su mayoría mujeres, ¿cómo es tu relación con ellas?

La imagen es un elemento que sin duda tiene su lugar y su peso. Hay quienes tienen más pregnancia desde lo visual y se da que hay muchas mujeres, eso es cierto. La verdad es que no lo vivo como algo especial. Hoy se da así y lo acepto. Mi relación se basa en el respeto, la humildad y el agradecimiento.

¿Cuál es “ese sueño” que todavía tenés por cumplir?

Todos los días cumplo con concretar un sueño… el de la siesta, jajaja. Pero esta ciudad muchas veces lo impide. Cuando me pongo a pensar en mis sueños me ocurre algo extraño, y es que mis sueños de algún modo van mutando conforme a las experiencias de vida. Pienso que para lograr lo que uno proyecta (sueña) hay que trabajar (sobre todo en uno mismo) y tomar consciencia de eso. Tal vez mi proyecto tiene que ver con mi “plenitud”, y creo que la vida se va encargando de mostrarnos cómo quisiéramos vivir “plenamente”. Ahora, hablando en serio, un sueño sería tocar a teatro lleno con invitados nacionales, internacionales y amigos. Guitarras, piano, contrabajo, cuerdas, vientos, todo completito.

Para conocer más sobre Gonzalo Tahhán:

(Youtube) http://www.youtube.com/channel/UCVrhPwvmE0QnCZe7EojYK9A
(Soundcloud)   https://soundcloud.com/gonzalo-tahhan
(Facebook) https://www.facebook.com/pages/Gonzalo-Tahhan/189570534518232?ref=hl

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