Las denuncias de Calu Rivero: cuando los medios frivolizan el acoso

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Luego de que Calu Rivero denunciara públicamente a Juan Darthés por acoso, los principales medios de comunicación se encargaron de estigmatizar a la actriz, con notas frívolas que relativizaron la gravedad del hecho. En un contexto de emergencia por violencia de género, el periodismo sigue sin reconocer su responsabilidad a la hora de difundir las denuncias. 


«Después de cinco años, tomé coraje y hablé. Estoy aliviada y orgullosa de haberlo hecho, de sacarme este malestar insoportable del cuerpo», comienza el descargo de la actriz Carla Soledad Rivero, mejor conocida como Calu, en su cuenta de Twitter. Hacía un mes había denunciado en una entrevista a la periodista Catalina Dlugli haber sido víctima de acoso por parte de su compañero Juan Darthés, mientras trabajaba en Dulce Amor, la novela transmitida por Telefé durante el 2013. Fue la primera vez que realizó una declaración oficial al respecto después de haber abandonado la tira ante la situación que atravesó.

«Duro» – y esta palabra se queda corta – es que, quienes tienen la responsabilidad de comunicar sobre algo tan grave como es el acoso en un contexto de emergencia por violencia de género, ilustren una denuncia con fotos de las «cinco escenas más fuertes» de la historia que interpretaban en un programa de televisión.

Aunque Rivero no había querido judicializar la denuncia, Darthés le envió una carta documento por «daños y prejuicios», exigiéndole que se retracte públicamente. Por eso la actriz decidió publicar un comunicado en Twitter, en donde contó todo el tiempo durante el que había mantenido silencio por miedo a los agravios, a la estigmatización que las mujeres continúan sufriendo por salir adelante y dejar en claro que no van a quedarse calladas ante las injusticias y la opresión propias del sistema machista. Si bien la incansable lucha del feminismo logró conquistar espacios y visibilizar lo que antes se encontraba totalmente naturalizado, la revictimización sigue estando a la orden del día, especialmente gracias a un aparato mediático que se encarga, como sucedió con este caso, de frivolizar el acoso y convertirlo en un espectáculo.

Como parte de una costumbre arraigada y nociva, los principales medios de comunicación hicieron foco en la víctima y relativizaron la denuncia, hablando de una carta «dura», «tremenda», de «catarsis» ante un «supuesto» acoso. En muchos casos, las notas incluso están ilustradas por los personajes de ficción que Rivero y Darthés encarnaban en Dulce Amor. «Duro» – y esta palabra se queda corta – es que, quienes tienen la responsabilidad de comunicar sobre algo tan grave como es el acoso en un contexto de emergencia por violencia de género, ilustren una denuncia con fotos de las «cinco escenas más fuertes» de la historia que interpretaban en un programa de televisión. «Tremendo» es que, en lugar de acompañar a la mujer que sufre violencia se la revictimice y se envíe así un mensaje disciplinador a todas quienes siquiera estén pensando en denunciar. 

«Hoy vuelven a desfilar por algunos programas diciendo cosas ofensivas hacia mi persona. Se hacen encuestas para averiguar a quién le creen los televidentes. En los mismos canales hoy se habla de las mismas cosas: ‘Es una pendeja’, ‘Se confundió’, ‘Quiere fama’, ‘Es complicada’, ‘Se quiere colgar de lo que pasa en Hollywood’. Portales de entretenimiento sacan notas diciendo ‘Perdió campañas, hace ferias y escucha ofertas’. Me pregunto: ¿Cuántas cosas más me quedan por leer y escuchar aún?», expresa Rivero en su cuenta de Twitter.


 

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