Reseñas Caprichosas – “Amora” de Natalia Borges Polesso: abuelita, ¿usted es lesbiana?

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Los 33 textos que conforman Amora (Odelia Editora, 2017), el primer libro de la brasileña Natalia Borges Polesso editado en Argentina, componen un panorama de las relaciones de amor entre mujeres y las formas en las que pueden vivirse y comunicarse (o no) en diferentes contextos o ámbitos: familiares, barriales, laborales, íntimos. Los personajes, todos femeninos, representan un conjunto diverso y verosímil de mujeres que desean, aman, deciden, y se narran.

Por Tamara Grosso*


Sobre la autora

natalia-polessoNatalia Borges Polesso nació en Brasil en 1981. Es escritora y doctora en Teoría de la literatura en la PUCRS, y autora de Recortes para un álbum de fotografías sin gente, obra ganadora del premio Açorianos 2013 en la categoría cuento, del libro de poemas Corazón a Cuerda, de 2015, y de la tira La escritora incomprendida, que publica en Internet. En 2016 recibió el premio Jabuti por los cuentos de Amora y en 2017 fue elegida en la lista “Bogotá 39”, que selecciona cada año los mejores 39 escritores latinoamericanos menores de 40 años.


Abuelita, ¿usted es lesbiana?

A lo largo de Amora (Odelia Editora, 2017), Natalia Borges Polesso crea una especie de mosaico o collage de personajes lésbicos que parecen componer un retrato social. Todas mujeres en un mundo que a primera vista parece sin hombres -aunque se los puede encontrar en un segundo plano, tal vez en el plano en el que tantas veces quedaron las mujeres en la literatura-, las protagonistas de las 33 historias son diversas en diferentes sentidos: edades, pertenencia social, personalidades, formas de vivir sus relaciones. Lo que tienen en común, como señala Vera Giaconi en la contratapa, es que son “mujeres que hablan claro”.

Por ejemplo, en el cuento “Flores, flores, hierro retorcido”, una niña pregunta qué significa “marimacho”, cuando escucha esa palabra en referencia a una vecina. Su madre le responde que es una enfermedad. Entonces, la niña recurre a una amiga, que intenta explicarle: “A vos te gustan más las muñecas o los autitos?” “Depende de qué muñeca y qué autito”, y así continúa la evasiva conversación, hasta que la niña llega a la conclusión de que debe tener la enfermedad ella también. De esa forma inocente y al mismo tiempo cruda, la autora retrata situaciones en las que aparece esa violencia sutil, disimulada tras el lenguaje o invisibilizada detrás de un tabú, y que, queda evidenciado, es necesario poner en primer plano.

En el cuento “Abuelita, ¿usted es lesbiana?, es la pregunta de un niño la que funciona como disparador para que una mujer ya adulta se de cuenta de que su abuela y la que ella creía su amiga, siempre habían sido pareja. Las relaciones entre mujeres como secretos familiares a voces aparecen en varios de los relatos y la autora las trata con una habilidad que pone en evidencia la necesidad de revisar con urgencia esas relaciones, esas formas tradicionales familiares y lo que aún perdura, naturalizado, de viejas estructuras.

Amora-2Los 33 textos -los 22 primeros son cuentos, bajo el subtítulo “grandes y jugosas”, y los 11 siguientes son prosas poéticas o relatos cortos, bajo la premisa “pequeñas y ácidas”- tienen la fuerza narrativa suficiente para leerse en forma independiente pero también la consistencia como conjunto para leerse de un tirón.

Entre las líneas, las escenas se intercalan con verdades que aparecen reveladas como epifanías, y que dicen mucho más de lo que parecen decir: “Lo que sucede es que Bruna y yo somos una familia, pero tardé en entenderlo. Fue un día que me enfermé y pensé en la posibilidad de pasar la noche en casa de mis padres, y Bruna se enojó conmigo, y con razón. Era nuestra casa y yo podía sentirme bien y protegida ahí, fue así que empecé a entender”.  Así, mientras la protagonista reflexiona y descubre que esa es su casa y su familia, la autora invita a quien lee a hacerse las mismas preguntas: ¿por qué no entender que dos mujeres pueden ser una familia? ¿Cuándo se dejará de pensar que dos mujeres que están juntas están solas? Y tantas otras preguntas que, por suerte, empiezan a ser cada vez más reflexionadas y cuestionadas, pero que todavía son necesarias.


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