Thatcher, de Carolina Cobelo: una sátira del neoliberalismo

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En su segundo libro, Thatcher (Metalúcida 2021), Carolina Cobelo despliega una novela llena de humor, sátira y espionaje. Deambulan por los recovecos de la historia una Margaret Thatcher que se autopercibe varón, es alcohólica y escapa a las formas protocolares junto a un Ronald Reagan senil y con un odio anticomunista a flor de piel.

Por Ernesto Martínez Ponce



Sobre la autora

Carolina Cobelo nació en Buenos Aires, Argentina en 1982. Estudió letras, chino, antropología, y control mental. En 2018 publicó su primera novela. La insurgencia cochina por Editorial Brandon. Thatcher es su segunda novela.

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God save the Iron Lady

En su libro Thatcher (Metalúcida 2021) la autora desmonta al personaje principal de la historia, Margaret Thatcher, para correrla de los convencionalismos y convertirla en alguien distinta: una persona borracha, volátil y enamorada de un Ronald Reagan senil; otro de los personajes de esta historia hilarante, quien sufre de alzheimer y está obsesionado con el comunismo. Para completar el triángulo amoroso está Nancy Reagan, esposa de Ronald y agente encubierta de la KGB.

En plena caída del comunismo en la Unión Soviética, se desata así una historia poco convencional de espionaje, affaire, política y acción. Guerra psicotrópica, lectura de la mente a través del semen y flores mutantes son algunas de las cosas que deparan estas páginas, a través de escenarios como el número 10 de Downing Street, una Crackhouse o la Casa Blanca.

En su libro Thatcher (Metalucida 2021) la autora desmonta al personaje principal de la historia, Margaret Thatcher, para correrla de los convencionalismos y convertirla en alguien distinta: una persona borracha, volátil y enamorada de un Ronald Reagan senil.

Hay un claro trabajo de investigación con el que la autora se mueve entre la ficción y la realidad, pero despojada de ese imperialismo cultural consumido durante años de este lado del continente. De esta forma, logra otra perspectiva, una mirada tal vez tercermundista pero sin cambiar acontecimientos históricos. Se pueden encontrar incluso decenas de referencias a hechos concretos, como el día en que John Hinckley Jr. le disparó a Reagan o los campos de concentración que creó Roosvelt para los japoneses en 1942. El dato histórico se entreteje con la ficción y es una de las cosas que tracciona la narración, haciéndola funcionar perfectamente.

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Carolina Cobelo

Thatcher (Metalucida 2021), de Carolina Cobelo


Cobelo crea un personaje único e irreverente y le quita solemnidad: Margaret Thatcher no tiene ningún atisbo de las caras habituales que se le conocen. De esta forma, destruye una figura ya conocida para volver a construirla, a través de una «Maggie» bebedora empedernida, que maldice, insulta, se autopercibe varón y está profundamente enamorada de Reagan. Puede leerse por ejemplo:

“Querido Ron:

La resaca me tiene de culo caído. No puedo separarme del inodoro aún, y eso que son las cuatro de la tarde y tuve reunión de gabinete. Me cagaba encima, Ron, y estos que me hacían todo tipo de preguntas, y yo no sabía cómo hacer para que se vayan, para que me dejen ir a cagar”.

También se encuentra un abanico de personajes secundarios, como Veleta Parkinson, Alabama Bean, la agente Jodie Foster, Deng Xiaoping o Mijaíl Gorbachov que, lejos de quedar invisibilizados en la narración, funcionan como mecanismos de relojería para que la historia se abra camino. No es posible olvidar el guiño literario del personaje Lai, un acupunturista chino al mando de un ejército lumpenproletariado, alter ego de Alberto Laiseca.

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De la misma forma que la clásica película inglesa Full Monty arremete con la realidad bajo la manga entre risas y pasos de comedia, una dosis de historia se cuela por las páginas de este libro. El matrimonio político neoliberal de Thatcher y Reagan, impulsores de una extrema precarización laboral y ajustes salvajes en los años ’80, se ve claramente reflejado en el libro: «Felicitaciones por reducir el poder de la casta sindical. Se me pone dura de solo pensarlo», le escribirá La Dama de Hierro al actor devenido en presidente.

Cobelo hace un trabajo arduo e interesante con el lenguaje: por ejemplo, utiliza el español neutro de las películas en los personajes secundarios y lo mezcla con la jerga porteña y rioplatense que le otorga a la Dama de Hierro, generando así un mayor énfasis en una sátira novedosa y efectiva. De forma lúdica, la autora de La insurgencia cochina va creando un tono distinto del que lectoras y lectores pueden estar habituados. Así se ve en este fragmento:

“Margaret querida”. Reagan venía del baño. Se dieron un fuerte apretón de manos.

“¡Por fin!”, dijo Thatcher. “El teléfono rojo no para de sonar”.

“No estoy de ánimos hoy”. Hizo una pausa. “Dime algo, Margaret, ¿qué palabra empieza con CH y contiene nueve letras?”

“Choripán”.

Reagan contó con los dedos.

“Esa tiene ocho letras”

“Y esta tiene treinta”, contestó la Dama de Hierro agarrándose la entrepierna.

Sobre esta novela, opina el escritor Roque Larraquy: “Vertiginosa, aguda. Thatcher dibuja con humor implacable un mundo que rezuma traición, órganos genitales y pesadillas anticomunistas. Que delicia, que imán”. No se puede más que coincidir con esta descripción del libro en el que Carolina Cobelo crea un collage al mejor estilo Jamie Reid: satírico, crítico y divertido. Esta Margaret podría tranquilamente quitarle el lugar a Johnny Rotten, en aquel entonces líder de los Sex Pistols y, con un vaso de whisky en la mano, entonar Anarchy in the UK.


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