Mahoko Yoshimoto (Tokio, 1964) –a quien se reconoce como Banana Yoshimoto- es una escritora japonesa. Muchos la colocan al nivel de Haruki Murakami, tal vez por su estilo sencillo y fácil de leer para los ojos occidentales, y es quizás la mejor puerta de acceso a una sensibilidad oriental. ¿Por qué es tan importante dedicarle, hoy, algún momento a la lectura de estos autores, y en particular, a Yoshimoto?
Desde el siglo XIX, desde la proclama de “la muerte de Dios” hecha por Nietzsche y, sobre todo, desde la segunda Guerra Mundial y la caída de los valores “Humanistas” que guiaban los “ideales” de una vida occidental –ideales a los que todos los países, tarde o temprano, “deberían alcanzar”-, toda la filosofía esencialista perdió gran parte de su peso y se inició un proceso de secularización del mundo. Ya no hay un centro que garantice un estado de certidumbre: ya no hay Dios, ni hay Ser, ni hay Alma. No hay, ni siquiera, Amor con “A” mayúscula que no nos retumbe como un eco abstracto y sin valor. Y aunque se trate de un proceso de ruptura sumamente liberador, de un proceso que promete dejar atrás al sometimiento de la “deshumanización”, este proceso de transición hacia una nueva etapa de pensamiento es, también, un proceso de angustia y de nuevas preguntas existenciales producidas por un nuevo vacío secular.
Es en este contexto que se abren las puertas a diferentes respuestas, algunas más reaccionarias que otras, algunas que desean devolver el estatuto de lo “originario” a las conexiones humanas, algunas más moralistas y todavía muy esencialistas, y otras, quizás, demasiado relativistas.
Entre todas esas respuestas, la literatura es quizás el medio de expresión al que han matado y revivido en más de una ocasión en este nuevo cyber-siglo y que, no obstante, se mantiene “a la orden del día” para traer, desde otros confines del mundo –esos lugares a los que Occidente da la espalda- nuevas miradas que se alejan de las perspectivas occidentales a la hora de comprender, describir e indagar a este nuevo tiempo que nos toca vivir. Y he aquí la importancia de leer a Banana Yoshimoto.
He aquí la importancia de leer a Banana Yoshimoto como una alternativa agradable para acercarse a otro tipo de pensamiento sobre la conexión del hombre con el mundo; a la posibilidad de pensar desde una perspectiva lejana, no posesiva, no destructiva de la naturaleza; a repensar en una “humanidad” que ya no es el centro porque deja paso a algo más profundo –un sin nombre, un sinretorno a una nueva esencia que es a la vez imposible pero necesaria, una ilusión de la que necesitamos para poder vivir sin sucumbir ante la angustia del vacío –rellenado por una hipertrofia- de significación.
Los cuentos que integran “Sueño profundo” tocan los aspectos más oscuros de este lado de la muerte: la vida. El libro narra, a través de tres relatos femeninos que colocan a la mujer como protagonista, un mundo de experiencias sobre la soledad, los suicidios, la tristeza y la fragilidad del ser-humano.
Pero no son historias trágicas o pesimistas, sino que en el trasfondo escénico de esta obra, entre sus líneas oscuras, emerge hasta la superficie una aceptación profunda, una conmoción de ternura y humanidad, una apuesta a algún tipo de fraternidad humana que, aunque siempre ausente, reaparece en cada instante como una presencia fantasmagórica que ayuda a los personajes a seguir adelante. No se trata de volver a caer en un espiritualismo sino de abrir los ojos, mientras nos amodorramos en los espacios de este “sueño profundo” que nos abraza como un abismo secular, y dejarnos atravesar por nuevas visiones del mundo que pueden ayudarnos a ampliar la nuestra.
Ficha técnica de «Sueño Profundo» de Banana Yoshimoto:
- Nº de páginas: 176 págs.
- Encuadernación: Tapa blanda
- Editorial: TUSQUETS EDITORES
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788483835265
Fuente foto de portada: http://oubliettemagazine.com/
