Operativo Aprender: la lógica del mercado para la educación pública

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La semana pasada se llevó a cabo el Operativo Aprender 2016, una evaluación estandarizada que se aplicó a cerca de un millón y medio de alumnos de nivel primario y secundario de más de 39 mil escuelas públicas y privadas de todo el país. El procedimiento, impulsado por el Ministerio de Educación y Deporte y diseñado por una empresa privada, fue fuertemente rechazado por alumnos, padres y gremios docentes.  Con un modelo importado de las recetas del Banco Mundial y aplicado en otros países latinoamericanos, «Aprender» lleva a cuestionarse por lo que implica el concepto de “calidad educativa” y su distorsión al interior de una lógica mercantil.


El 18 y el 19 de octubre, el Gobierno Nacional llevó adelante el Operativo Aprender, proyecto aprobado el pasado mes de mayo por el Consejo Federal de Cultura y Educación, organismo que reúne a los responsables de las carteras educativas de todo el país. Las evaluaciones fueron aplicadas a los alumnos de sexto grado de nivel primario, quinto y sexto año de educación secundaria y a una muestra de los terceros años de ambos nivelesA diferencia del Operativo Nacional de Educación, implementado desde la década del ’90, “Aprender” es de carácter censal, lo que implica que recaerá sobre toda la población y se aplicarán anualmente.

Alumnos, padres, docentes y los gremios UTE, CTERA y SADOP rechazaron la medida y convocaron a diversas manifestaciones que se replicaron en múltiples escuelas alrededor de todo el país. De acuerdo a lo publicado en la página oficial de «Aprender», el objetivo del operativo es “relevar información oportuna y de calidad sobre los logros alcanzados y los desafíos pendientes del sistema educativo”. Sin embargo, es pertinente preguntarse por la fiabilidad de datos que son extraídos a partir de un sistema estandarizado basado en una metodología cuantitativa y homogeneizante.

Los exámenes de «Aprender» fueron elaborados con la colaboración de la empresa británica Pearson PLC, una multinacional ajena a los contextos y a las condiciones socio económicas, esenciales para comprender las características del desarrollo escolar.

La evaluación consiste en un cuestionario de respuestas múltiples, cerradas, que excluye toda capacidad analítica y desconoce trayectorias, ritmos y procesos de aprendizaje diferenciales. Abarca las áreas de Lengua, Matemática, Ciencias Naturales y Sociales, saberes consagrados desde antaño como indicadores exclusivos del rendimiento académico que subestiman otros contenidosPero además, los exámenes de «Aprender» fueron elaborados con la colaboración de la empresa británica Pearson PLC, una multinacional ajena a los contextos y a las condiciones socio económicas, esenciales para comprender las características del desarrollo escolar.


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En 2015, Pearson PLC  (líder en el mercado de libros curriculares) firmó un contrato millonario para tomar a su cargo la elaboración de los exámenes del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, comúnmente conocido como informe PISA. De esta forma, la empresa logra fortalecer su posición al evaluar los mismos contenidos que comercializa y que son esenciales para los Estados que buscan escalar el ranking mundial a toda costa. Según afirmaron representantes de los gremios docentes, Pearson efectivamente “enfrentó juicios por conflictos de intereses al producir materiales educativos para estudiantes y diseñar a la vez sus exámenes”.

En 2015, Pearson PLC  (líder en el mercado de libros curriculares) firmó un contrato millonario para tomar a su cargo las pruebas del informe PISA. De esta forma, la empresa logra fortalecer su posición al evaluar los mismos contenidos que comercializa y que son esenciales para los Estados que buscan escalar el ranking mundial.

El informe PISA es aplicado cada tres años por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Esta asociación de 34 países, «comprometida con la economía de mercado», analiza índices de productividad y coordina políticas en función de sus propios objetivos de maximización de crecimiento. Dejando de lado tradiciones históricas y experiencias nacionales, los informes PISA clasifican a las distintas regiones dentro parámetros cuantitativos, fijando estándares que no reflejan las realidades particulares.

(Ver nota relacionada: Me la llevé a marzo: Informe PISA y otros rankings educativos)

El Operativo Aprender requirió de una cuantiosa inversión que descuida aspectos esenciales para mejorar el ámbito educativo. Los sindicatos denuncian la subejecución presupuestaria y el vaciamiento del Instituto Nacional de Formación Docente, que ha sufrido cientos de despidos y cierre de áreas. Esto pone de manifiesto la falta de financiamiento por parte del Estado y la prioridad que se le otorga a una evaluación sesgada de contenidos que responsabiliza al docente y a los establecimientos, en lugar de garantizar mejores condiciones escolares.


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Foto: ambito.com


La preocupación de los gremios gira en torno al ajuste de la calidad educativa al interior de los marcos establecidos por las leyes de mercado. En otros países latinoamericanos como Brasil, Chile, Ecuador y México, en donde se han implementado pruebas censales del mismo estilo que “Aprender”, se definieron políticas públicas que actuaron en detrimento del sistema educativo. Para obtener mejores resultados y posicionarse en los rankings, las evaluaciones apuntaron, en muchos casos, a una reducción de los contenidos curriculares que empobrecieron el aprendizaje. Incluso se han establecido sistemas de premios y castigos con bonificaciones para escuelas y maestros con puntajes más altos.

La preocupación de los gremios gira en torno al ajuste de la calidad educativa al interior de los marcos establecidos por las leyes de mercado. En otros países latinoamericanos como Brasil, Chile, Ecuador y México, en donde se han implementado pruebas censales del mismo estilo que “Aprender”, se definieron políticas públicas que actuaron en detrimento del sistema educativo.

Si bien el Gobierno niega el carácter punitivo de las evaluaciones, esta línea no está alejada de algunas decisiones tomadas por Esteban Bullrich durante su gestión en el Ministerio de Educación porteño. En el año 2013, cuando se decidió aplicar un boletín de desempeño para las escuelas de la ciudad, Bullrich señaló que la medida venía aparejada a una regulación del presupuesto: «Si la escuela mejora un 10% con respecto al año anterior podemos darle una nueva biblioteca. Si mejora un 20%, los chicos del séptimo grado podrían viajar a Bariloche. Lo que queremos es que se comprometa toda la comunidad en la mejora de la calidad».

En este sentido, el Operativo Aprender se propone establecer un diagnóstico que no puede otorgar más que resultados sesgados sobre la base de contenidos homogeneizantes y limitados. Como todo recorte, son índice también de posturas ideológicas, como se evidenció en la difundida pregunta sobre la dictadura cívico-militar y los centros clandestinos de detención. Las pruebas estandarizadas son así parte de una tendencia mundial que inserta la calidad educativa en los parámetros mercantiles y que en otros países han marcado el escenario para el deterioro de una relación pedagógica de calidad.


Foto de portada: unter.org.ar

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