Los juicios son ahora

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Bajo el lema “los juicios son ahora” se están sucediendo en varios puntos del país los diferentes juzgamientos a los delitos de lesa humanidad en el marco de un proceso histórico que tiene como objetivo la memoria, la verdad y la justicia. Momento particular de la historia de la que todos podemos ser parte.

La historia no es algo que solamente compone el pasado, sino que cada momento deja una huella imborrable en cada etapa que la precede. Más aún si se trata de la última dictadura militar que vivió la Argentina. No es por capricho que no se permite olvidar, sino que ese momento definió al país. Además de producir un fuerte quiebre en todos los ámbitos posibles, quitaron, jugaron y manipularon con la identidad de muchas personas. Robaron la identidad de todo un pueblo. Por eso el olvido no es posible, porque trae el silencio, y éste en una sociedad es algo trágico.

Los juicios que se están dando actualmente y juzgan los crímenes de lesa humanidad son algo histórico, no sólo en la Argentina, sino que en la región latinoamericana, por no decir que es un caso bastante excepcional a nivel mundial.

Si bien en la década del ’80 con la restauración de la democracia y mediante el gobierno de Raúl Alfonsín, se comenzó un proceso de defensa a los derechos humanos con el Juicio a las Juntas Militares, éste se vio opacado por las leyes de Punto Final (que estableció la caducidad de la acción penal contra los imputados que no hubieran sido llamados a declarar hasta un corto plazo tiempo) y Obediencia Debida (que convirtió en no punibles los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas cuyo grado estuviera por debajo de Coronel). A su vez, este retroceso se profundizó con Carlos Menem que en 1989 indultó a civiles y militares que cometieron delitos durante la dictadura, con la excusa de que ya era “tiempo de reconciliación”. Todas estas leyes de impunidad y perdón fueron anuladas el 21 de agosto de 2003 en el Congreso Nacional, con el impulso de Néstor Kirchner y, sobre todo, por la lucha incansable de los organismos de derechos humanos.

Los juicios que se están dando actualmente y juzgan los crímenes de lesa humanidad son algo histórico, no sólo en la Argentina, sino que en la región latinoamericana, por no decir que es un caso bastante excepcional a nivel mundial. Este proceso se está dando en muchos lugares del país, investigando y juzgando causas como las referidas a los planes de secuestro y desaparición de personas, a las apropiaciones de vidas y bienes, y a los espacios que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (como lo son la Ex ESMA, La Perla, La Cacha, entre otros), a través de los testimonios, alegatos, pruebas de familiares de víctimas y desaparecidos, de testigos y de sobrevivientes.

los juicios son ahora

En este sentido, el lema los juicios son ahora es fundamental para comprender la importancia de estos hechos. Es éste el tiempo histórico para juzgar y condenar a los responsables del plan económico, político, social y cultural que se intentó imponer a través del terrorismo de estado, plan que aún hoy tiene sus secuelas, además del genocidio del cual fueron propulsores. Todos los testimonios que se escuchan en cada sala donde se dan estos juicios reflejan que, a pesar del paso de los años, el tiempo no borró la imagen que dejaron aquellos genocidas.

Es éste el tiempo histórico para juzgar y condenar a los responsables del plan económico, político, social y cultural que se intentó imponer a través del terrorismo de estado, plan que aún hoy tiene sus secuelas, además del genocidio del cual fueron propulsores.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, se puede participar en cada sesión del juicio que tiene lugar en los tribunales de Av. Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro. Entre otras causas que se tratan en dicho lugar se encuentra la megacausa ESMA, en la que están nucleados los casos de las víctimas del centro clandestino que funcionó en ese lugar, y que desde el 2004 funciona como un sitio de memoria. Allí, a través del debate oral y público en curso, son juzgados 65 genocidas (de los cuales 16 tienen condenas previas) por los casos de 789 víctimas de los delitos de lesa humanidad incluidos en la causa. Además, en estos juicios declararán alrededor de 830 testigos y se juzgarán por primera vez a los responsables directos de los vuelos de la muerte y los partícipes civiles.

Luego de años de lucha por parte de los organismos de derechos humanos del país, que se tradujeron en políticas por parte del Estado, el relato sobre lo que sucedió en la ESMA y lo que se investiga en el resto de los juicios, es un inmenso aporte para la reconstrucción de nuestra historia, para conocer lo que sucedió y para que no se repita un terrorismo de Estado que dejó 30.000 detenidos-desaparecidos, miles de presos políticos, asesinados y exiliados.

La memoria, la verdad y la justicia se logran con una sociedad interesada en su propio pasado, con políticas estatales que fomenten su trabajo constante, con la lucha inquebrantable de los movimientos de derechos humanos que siempre fueron el motor que permitió resistir al olvido.

A través del incentivo a participar, muchas escuelas, estudiantes y personas de otros países están presenciando este proceso. Asisten a las audiencias que son abiertas y públicas, para vivenciar de otra manera su relación con el genocidio ocurrido en el país, conocer los movimientos de un juicio, entender por qué hay gente que actúa de defensa, estar frente a los militares responsables de lo sucedido, entre otras cosas. A pesar de todo esto, las salas no se llenan constantemente como deberían hacerlo.

La memoria, la verdad y la justicia se logran con una sociedad interesada en su propio pasado, con políticas estatales que fomenten su trabajo constante, con la lucha inquebrantable de los movimientos de derechos humanos que a pesar de muchos años de impunidad, en los que te podías cruzar con los genocidas por la calle, siempre fueron el motor que permitió resistir al olvido. Es ahora, con el proceso histórico de juzgamiento a los delitos de lesa humanidad cuando se puede ser partícipe de la historia. Es ahora, cuando podemos utilizar al pasado para seguir luchando por un país más justo.


Para participar en CABA:
Sala AMIA de los Tribunales de Retiro: Av. Comodoro Py 2002.
Pueden presenciar las audiencias los mayores de 16 años presentándose con DNI, cédula o pasaporte.
Cobertura del juicio: www.espaciomemoria.ar
Agenda de los juicios de todo el país

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