Las marchas del 2017: las calles como escenario de lucha

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Durante el 2017, las calles fueron lugar de múltiples y diversas manifestaciones que demostraron la capacidad de lucha del pueblo ante la desigualdad, la injusticia y las medidas político económicas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri. La unión de miles de personas fue y seguirá siendo esencial para alzar la voz y defender los derechos avasallados por el Estado. (Foto: Gustavo Yuste)



Tetazo

A fines del mes de enero, un operativo de 20 policías y 6 patrulleros se acercó a dos chicas que hacían topless en las playas de Necochea, ante la denuncia de un grupo de turistas. La reacción de las personas que se encontraban alrededor y de los agentes reprodujo, una vez más, los fundamentos de una cultura patriarcal y de una construcción de la sexualidad femenina desde la mirada del hombre heterosexual, pensada exclusivamente para su placer. Como respuesta, unos días después, miles de mujeres se reunieron en el Obelisco en distintas plazas de Argentina para reclamar igualdad en relación a los privilegios que aún hoy sobreviven en la sociedad. La movilización marcó así otro hecho en el camino hacia la desnaturalización del rol de la mujer y de las prohibiciones morales construidas a costas de su opresión.

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Marzo convulso

Marchas docentes

Marzo fue un mes de efervescencia social en el que las calles estallaron de reclamos antes las medidas políticas y económicas llevadas adelante durante el primer año del gobierno de Mauricio Macri. Ese grito popular comenzó el día 6, con la primera jornada de paro nacional docente y una marcha masiva de los cinco sindicatos del país desde el Congreso hasta el Ministerio de Educación en la Ciudad de Buenos Aires. Fue el inicio de un reclamo por la apertura de una paritaria nacional docente a la que el gobierno se negó: la consideraba innecesaria ya que a partir del 2015 el salario docente se actualiza automáticamente según el salario mínimo vital y móvil.

La capacidad de lucha docente alcanzó su punto más álgido el día 22 con la histórica Marcha Federal Educativa, en la que columnas de distintas regiones del país se movilizaron a la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la paritaria.

La oferta salarial, que los gremios rechazaron por ser insuficiente respecto del contexto inflacionario y los tarifazos de los servicios públicos, fue un aumento del 18% anual a pagarse en cuotas hasta el final del año (10% en marzo y 8% en octubre). La capacidad de lucha docente alcanzó su punto más álgido el día 22 con la histórica Marcha Federal Educativa, en la que columnas de distintas regiones del país se movilizaron a la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la paritaria. El acto fue multitudinario: asistieron alrededor de 400 mil personas entre los que se destacaron docentes de varias provincias, en un contexto de deslegitimación de la lucha, impulsado desde el gobierno con el apoyo de los medios hegemónicos de comunicación.

El 9 de abril, cuando un grupo de docentes se encontraban  montando un aula itinerante frente al Congreso Nacional para continuar con el reclamo sin realizar más cortes de calle ni paros, la Policía de la Ciudad reprimió ferozmente, con palos y gases lacrimógenos para impedir la forma pacífica de protesta.

(Leer nota relacionada: El Gobierno de Macri y la represión a los docentes mientras las cámaras no miran)



Marcha Federal Educativa/ Foto: Gustavo Yuste


Marcha de la CGT

El 7 de marzo, estos reclamos se sumaron a la masiva marcha convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra las medidas de ajuste económico del gobierno de Macri. Se estima que se movilizaron entre 200 mil y 500 mil personas solo en Capital Federal, que ocuparon el centro porteño hasta el frente del Ministerio de Producción, lugar elegido por haber sido símbolo la industria nacional. Las consignas apuntaron en defensa del trabajo y la producción nacional, de paritarias libres y convenios colectivos de trabajo, del sistema previsional y de salud de seguridad social, de la educación, en contra de la flexibilización y del aumento indiscriminado de tarifas. A pesar de de lo afirmado apenas un mes antes por la CGT, de la masividad de la protesta y de los pedidos de los trabajadores, ese día no se estableció fecha alguna de paro.

El 7 de marzo, estos reclamos se sumaron a la masiva marcha convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra las medidas de ajuste económico del gobierno de Macri. Se estima que se movilizaron entre 200 mil y 500 mil personas solo en Capital Federal, que ocuparon el centro porteño hasta el frente del Ministerio de Producción

Paro Internacional de Mujeres

El 8 de marzo fue también una jornada histórica para el feminismo: se llevó a cabo el primer Paro Internacional de Mujeres. A diferencia de marchas anteriores, adquirió una articulación global, gracias a la cual miles de mujeres de todo el mundo frenaron sus actividades y salieron a las calles para evidenciar las violencias que sufren a diario. Este día no solo resignificó la jornada, sino que también puso en primer plano una variedad de reclamos que los colectivos feministas venían llevando adelante, como la visibilización de la violencia contra las trabajadoras en un contexto creciente de ajuste y precarización.

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24 de marzo

El mes terminó con la marcha del 24 de marzo, a 41 años de la dictadura cívico-militar y de su plan de desaparición, tortura y exterminio. Como todos los años, miles de personas se movilizaron hacia Plaza de Mayo y en todas las plazas del país, reivindicando el lugar fundamental de las luchas populares, pero también en repudio de las medias socio-económicas actuales. “Paremos con la miseria planificada”, fue uno de las consignas que resonaron en las calles. En un contexto en el que la memoria, la verdad y la justicia dejó de ser una política de estado y en el que negacionismo del gobierno, apañando por los grandes medios, reabrió debates ya superados por la sociedad argentina tras más de 20 años de impunidad, la movilización demostró la lucha del pueblo contra el olvido.

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No al 2×1

En el mes de mayo, meses de negacionismo y legitimación del genocidio se vieron expresados en un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: el Tribunal aprobó por mayoría la reducción de penas conocida como “2×1” en el caso de Luis Muiña, genocida condenado con sentencia firme, por un delito de lesa humanidad, parte del juicio por la desaparición de trabajadores del Hospital Posadas, el 28 de Marzo de 1976. La ley que establece este beneficio permite computar doble los días que se pasan sin sentencia firme a partir del segundo año de detención. Si bien había sido derogada en 2001, su aplicación en este caso hubiera implicado sentar un antecedente en la jurisprudencia argentina y uno de los retrocesos más grandes en términos de juicio y castigo a los responsables del genocidio.

La respuesta social fue contundente: miles de personas se movilizaron a Plaza de Mayo para demostrar la unión de un pueblo que mantiene la memoria como bandera.. El repudio y la indignación contra la impunidad evidenció permitió que las Cámaras de Diputados y Senadores anularan el 2×1 mediante un proyecto de ley

Los tribunales en todo el país comenzaron a recibir solicitudes de condenados por delitos de lesa humanidad que querían obtener el “2×1” por haber estado detenidos en prisión preventiva, buscando así reducciones drásticas de sus penas e incluso la libertad. Sin embargo, la respuesta social fue contundente: miles de personas se movilizaron a Plaza de Mayo para demostrar la unión de un pueblo que mantiene la memoria como bandera. El repudio y la indignación contra la impunidad evidenció permitió que las Cámaras de Diputados y Senadores anularan el 2×1 mediante un proyecto de ley y se revirtiera el intento de dejar en libertad a los genocidas y de poner en riesgo a testigo con testimonios fundamentales para los juicios por los crímenes cometidos durante la dictadura cívico-militar.

(Leer nota relacionada: El límite social al 2×1: la condena a los genocidas es una lucha contra la impunidad)


Foto: Es Fotografía


Ni Una Menos

Por tercer año consecutivo, miles de personas convocadas por el Colectivo Ni Una Menos salieron a las calles para visibilizar la violencia machista que atenta contra las mujeres de forma cotidiana. En un contexto de emergencia en el que una mujer es asesinada cada 26 horas, la implementación de políticas públicas de género se presenta como una necesidad fundamental a la que el Estado continúa dando la espalda. A pesar del largo camino que queda por recorrer, esta movilización marcó una huella esencial en el movimiento feminista en los últimos años, ya que instaló la consciencia del problema y desnaturalizó cuestiones del sentido común machista, lo cual tuvo repercusiones en varios ámbitos de formas que hace solo algunos años hubieran sido impensables.

(Leer nota relacionada: Ni Una Menos: no dejar de gritar contra la violencia machista)


PepsiCo

El 21 de junio, 600 trabajadores fueron despedidos de la fábrica de PepsiCo, ubicada en el barrio de Florida, provincia de Buenos Aires. La única notificación fue a través de un cartel pegado en la puerta que encontraron al llegar a sus puestos de trabajo, en donde se les informaba que quedaban “liberados de prestar servicios”, mientras la empresa daba “cumplimiento a las instancias legales correspondientes”. Los trabajadores afirman que, al momento del cierre, la empresa estaba en “pleno proceso productivo” y que la decisión se tomó sin tomar en cuenta sus derechos, únicamente para maximizar los ingresos de la empresa que posee otra planta productora en Mar del Plata.

El 26 de julio, se realizó una movilización masiva hasta el Ministerio de Trabajo, punto de encuentro para la organización popular y la solidaridad con los despedidos de todos los sectores. Además, los trabajadores instalaron una carpa frente al Congreso de la Nación, ecibieron a sindicatos, diputados, periodistas y diferentes organizaciones junto a cientos de personas y familias

La única respuesta del gobierno fue el desalojo de la planta y la represión con gas pimienta y balas de goma. El reclamo de los trabajadores por la reincorporación y la apertura de la fábrica duró más de un mes. El 26 de julio, se realizó una movilización masiva hasta el Ministerio de Trabajo, punto de encuentro para la organización popular y la solidaridad con los despedidos de todos los sectores. Además, los trabajadores instalaron una carpa frente al Congreso de la Nación, ecibieron a sindicatos, diputados, periodistas y diferentes organizaciones junto a cientos de personas y familias que se acercaron a dejar sus aportes al fondo de lucha, alimentos y solidaridad con el enfrentamiento que emprendieron contra la empresa de gaseosas y snacks, sumado al ajuste del gobierno.

(Leer nota relacionada: PepsiCo, una lucha de todos los trabajadores)


Foto: China Díaz Fotografía


 

Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil

Por tercer año consecutivo, con el objetivo de reclamar contra un Estado que no dejó dejó de reprimir tras el retorno de la democracia, se realizó, en el mes de agosto la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. Organizaciones, militantes y movimientos sociales marcharon contra la tortura, la desaparición y el asesinato en manos del Estado, en tanto prácticas que persisten en más de tres décadas de democracia, y que, desde la llegada de la gestión de Cambiemos exhiben una clara profundización.

Organizaciones, militantes y movimientos sociales marcharon contra la tortura, la desaparición y el asesinato en manos del Estado, en tanto prácticas que persisten en más de tres décadas de democracia, y que, desde la llegada de la gestión de Cambiemos exhiben una clara profundización

Desde el retorno a la democracia y en los distintos gobiernos de 1983 a la fecha, hay registrados más de 5200 casos de muerte por gatillo fácil, torturas en cárceles y comisarías seguidas de muerte o desapariciones. De acuerdo a los datos de CORREPI, en los primeros 10 meses y medio de la gestión de Cambiemos al poder, la muerte en manos del Estado pasó de un asesinato cada 28 horas a uno cada 25 y, de acuerdo al último informe, uno cada 23. En dos años de gobierno, superando a todos sus antecesores y rompiendo récords en la democracia argentina, la gestión de Mauricio Macri es responsable de un total de 725 muertes.

 

(Leer nota relacionada: Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil: reclamar contra las 5200 muertes en manos del Estado)


Santiago Maldonado

El 1 de agosto, Santiago Maldonado desapareció en el marco de un operativo represivo llevado adelante por Gendarmería Nacional, en la comunidad mapuche de Pu Lof de Cushamen, provincia de Chubut. Desde ese momento, el gobierno nacional, respaldado por las operaciones de los medios hegemónicos, intentó desviar la investigación y encubrir el accionar de la fuerza de seguridad, sembrando hipótesis sin sustento. El reclamo popular por uno de los atropellos a los Derechos Humanos más graves de los últimos tiempos se extendió por todo el país, tomando un lugar muy importante en las calles, en particular al mes de su desaparición. El 1 de septiembre, tuvo lugar una masiva movilización convocada por múltiples espacios políticos, sociales y de derechos humanos, que terminó en una feroz represión, con detenciones arbitrarias.

El reclamo popular por uno de los atropellos a los Derechos Humanos más graves de los últimos tiempos se extendió por todo el país, tomando un lugar muy importante en las calles.

A pesar de que la única respuesta del gobierno fue una brutal cacería policial y una constante deslegitimación de quienes reclamaban por su aparición, la marcha se repitió el 1 de octubre en Plaza de Mayo y en varias ciudades alrededor del país. El 20 y 21 del mismo mes, luego de que el cuerpo encontrado en el Río Chubut tres días antes fuera identificado como Santiago Maldonado, miles de personas autoconvocadas junto a organizaciones sociales, de Derechos Humanos y partidos políticos se movilizaron nuevamente al centro porteño, exigiendo justicia. El grito se multiplicó y extendió también el 1 de noviembre, a tres meses de la última vez que se lo vio con vida mientras era perseguido por Gendarmería, demostrando que el reclamo por justicia no se agota, ni tampoco el pedido de explicaciones a un gobierno que, mediante sus funcionarios, e encargó de encubrir la desaparición forzada seguida de muerte desde el primer día.

(Leer nota relacionada: ¿Por qué el caso de Santiago Maldonado afecta a la democracia argentina?)



Foto: Gustavo Yuste


Marchas contra la reforma previsional

La reforma previsional, aprobada recientemente en el Congreso, trajo, con el descontento popular, una de las respuestas más masivas y unificadas desde que asumió Mauricio Macri al gobierno. Las movilizaciones comenzaron cuando el proyecto empezó a ser tratado en la Cámara de Diputados, el jueves 14 de diciembre, con un edificio blindado y un operativo represivo orquestado por Patricia Bullrich y efectuado por Gendarmería, tan brutal que la sesión terminó por levantarse, ante las imágenes de violencia y detenciones ilegales contra los manifestantes. La votación se retomó en el recinto el lunes 18, mientras en los alrededores se repitieron las cacerías y la brutal represión de las fuerzas que habían militarizado la zona por cuarta vez en dos semanas.

Esa misma noche, por primera vez desde los años 2001 y 2002, miles de personas autoconvocadas marcharon hacia el Congreso y se concentraron en múltiples puntos alrededor de todo el país, manifestándose mediante cacerolazos y bocinazos, repudiando una nueva medida de ajuste que tomó como variable a los jubilados. Ni los más optimistas esperaban una reacción de este tamaño por parte del pueblo. Las razones de esta respuesta no son sencillas de desentrañar, pero se pueden pensar algunas respuestas: las mentiras del Gobierno en campaña, donde se negó por todos los medios cualquier reforma laboral, reforma previsional y hasta reforma tributaria.

Por primera vez desde los años 2001 y 2002, miles de personas autoconvocadas marcharon hacia el Congreso y se concentraron en múltiples puntos alrededor de todo el país, manifestándose mediante cacerolazos y bocinazos, repudiando una nueva medida de ajuste que tomó como variable a los jubilados.

Otra explicación para estos cacerolazos reside en las formas del gobierno de Mauricio Macri, ya que bajo su discurso de republicanismo se cae a pedazos luego de los distintos artilugios con los que esta ley pretende ser votada: tratamiento exprés, negociaciones a escondidas con los Gobernadores a cambio de más fondos para las provincias y un plan represivo y de militarización cerca del Congreso totalmente injustificado que no hizo más que enturbiar más las aguas.

(Leer nota relacionada: Cacerolazos contra la reforma previsional: el pueblo toma la calle)

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