Estela, Ignacio y Guido: lo que pasó y lo que vendrá.

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Ya pasaron las horas, los días, las semanas, y la noticia de la aparición del nieto de la presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sigue emocionando y pateando el avispero de una problemática a la que se bastardeó y se quiso enterrar bajo el lema: “pasó hace más de treinta años”.

Lo cierto es que esta noticia despertó el clima fraternal que sólo había logrado causar el pasado mundial. Nadie pensaba lo sucedido en los gastados parámetros de K o Anti-K, derechas o izquierdas, y otros tipos de falsas políticas de sobremesa. Lo primero que se le decía a alguien durante los días que le siguieron a la noticia eran: “¿Viste lo de Estela?” y nacían las sonrisas. Muchos personajes de la cultura, la política, espectáculos mostraron su felicidad. Florecían las cartas abiertas a Estela de Carlotto. Hasta Mirtha Legrand, personaje polémico en lo que refiere a la relación civil con la última dictadura militar, se mostró emocionada e invitó a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo a su programa.

El caso más emblemático, siguiendo esta línea, fue la carta que el Indio Solari (Carlos Solari) le escribió a Estela:

«Querida Estela:

Más allá de tu dolor íntimo, que es intransferible, haremos lo posible para rodearte de amor todos aquellos que veremos a Laura bella y valiente para siempre. Conoció la muerte y sin embargo no ha muerto porque vos te transformaste en un pilar de todas nuestras esperanzas. Tu amor permanente, como una llovizna fina y persistente, ha inundado nuestros corazones de tenacidad y esperanza.
No quiero olvidarme de su enamorado, de su camarada del alma y envío a sus familiares un abrazo de respeto genuino.
Gracias Estela
Indio»

En las últimas horas se conoció la respuesta de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo:

«Querido Indio Solari, tus palabras me han llegado al alma y sabés que ese alimento lo necesito todos los días (…)Haz puesto más fuerza en toda mi lucha. Te agradezco y lo que tengo ganas es de decírtelo personalmente. Ojalá nos podamos ver pronto pero desde ya mi amor y mi agradecimiento para vos».

Por supuesto, no todo es color de rosas y  siempre están las excepciones a las reglas. Pablo Sirven y Martín Caparrós, cuando no, encarnaron ese papel.

Dos posturas polémicas: lo que pasó

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En el caso del periodista que trabaja para el diario La Nación, tuvo la feliz idea de escribir una editorial con un claro tono confrontador y aleccionador, con el tupé de plantear qué es lo que debería hacer o dejar de hacer Estela de Carlotto. Bajo el título “Un viento sur que despeinó a Estela”, en referencia a los Kirchner y su cercana relación con los organismos de Derechos Humanos, Sirven no hace más que plantear una discordia donde no la hay, meter al gobierno nacional en el medio de una noticia que es de todos con el simple hecho de, dicho con palabras célebres, agrandar la grieta.

“De pronto, un día se abrió una ventana y entró un viento del Sur que la despeinó. Su pelo ya no pareció tan acicalado, pero algo más se trastocó. Un rictus borroneó su sonrisa. Dejó de atender a Magdalena Ruiz Guiñazú (que había hecho el primer documental sobre ella) y a otros periodistas con los que hablaba cuando ningún poder la arropaba. Y se sumó a las diatribas oficiales contra los medios”, sostiene Sirven, partiendo de una falsa y mal intencionada premisa que afirma que comer con Mirtha Legrand o salir en Clarín es ser abierto y democrático y adherir al gobierno nacional es ser sectario y poco democrático.

Pero lo peor no queda ahí, Sirven se da el lujo de sentenciar “Carlotto no miraba para atrás. Y su principal bandera siguió siendo esa sonrisa tranquilizadora que nos indicaba que lo peor ya había pasado. Y que lo mejor estaba por venir”, algo que es totalmente falso. Si hay algo que hicieron las Abuelas de Plaza de Mayo (junto a las Madres) es mirar para atrás en búsqueda de justicia y no de revanchismo, con el fin de un futuro con más justicia y memoria.

Otro caso es el de Martín Caparrós, aunque con un tono menos político pero sí más académico. En una entrevista televisiva en el programa Palabras Más, Palabras Menos, Caparrós al ser preguntado por la aparición de Guido Montoya Carlotto contestó:

«Estoy confundido con eso. Porque es el nieto 114 y sin embargo tuvo un peso que no había tenido prácticamente ningún otro». Como si se hubiera caído de una palmera y no pudiera leer un poco más allá del asunto, el escritor y periodista continuó: “En algún momento me preguntaba si no sigue siendo la Argentina del famoseo. Cuando aparece el nieto de una persona muy conocida es distinto a cuando aparece el nieto de una persona menos conocida. Eso me incomoda un poco».

No se pueden criticar las facultades de Caparrós y su condición de intelectual, pero sorprende una postura que a priori sólo parece responder a un egocentrismo que siempre obliga a tomar distancia de las alegrías populares. Hablar de Estela de Carlotto como alguien “famoso” a secas es totalmente absurdo. Justamente si se puede definir de “famosa” a Estela es por su lucha incansable, por ser el símbolo de tantas abuelos, hijos y nietos. Más aún, sostener que la gente ve a Estela como una famosa más y deja de lado todo lo otro, es faltarle el respeto a una población entera, de la cual una gran mayoría viene acompañando la batalla cultural y política que encarnan las Abuelas de Plaza de Mayo.

Ignacio Guido: lo que vendrá

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Dejando atrás las controversias, se supo que el nieto recuperado 114, Guido Montoya Carlotto, decidió llamarse “Ignacio Guido”, compartiendo así el nombre que le pusieron sus padres adoptivos y el nombre que le pusieron sus padres biológicos, en honor al difunto esposo de Estela, Guido Carlotto.

«Él dice que le encanta el nombre Ignacio. Pero anoche me dijo que se va a poner Ignacio Guido. Yo le dije: yo te voy a llamar Guido, porque tu mamá desde el cautiverio trajo el mensaje diciendo que estaba esperándote y que si eras varón que le pusiéramos Guido «, relató la presidenta de Abuelas.

Otra noticia altamente alentadora es la repercusión que el caso de la recuperación de Guido despertó en la sociedad. Tanto Estela de Carlotto, como otros referentes de Abuelas de Plaza de Mayo o la CoNaDi (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), que responde al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, afirmaron que después de la noticia de su restitución, ha habido infinitos llamados para plantear dudas sobre su identidad. Se llegó a hablar de casi 300 llamados por hora. Así entonces, se abre un horizonte esperanzador para el resto de las familias que aún buscan a sus nietos apropiados.

También, en los últimos días se dio a conocer la primera entrevista realizada a Ignacio Guido por un medio de la ciudad donde se crió: Olavarría. Ante la causa judicial que se abre para esclarecer cómo fue su apropiación y cuál fue el camino que siguió para que termine con la familia Hurban, con la que creció, sostiene:

“yo quisiera que ellos (en referencia a sus padres adoptivos) no sufran ni pasen por demasiados traumas a pesar de que sé que van a tener que declarar y participar de todo este proceso de esclarecimiento». El principal sospechado es el estanciero Carlos Aguilar, fallecido hace unos años y dueño del campo donde trabajaban los padres adoptivos de Ignacio Guido.

Por último, ya con su identidad totalmente restituida, Ignacio Guido expresó:

“la restitución de identidad fue total porque pude saber también el origen paterno. Encontrar toda una línea familiar que me lleva hasta Estela y la Tenchi (abuela paterna), que me han estado buscando tanto tiempo. Es un momento de muchísima alegría, de descubrir la familia”. Luego, ya con sus raíces claras, agregó: «Fui y de hecho soy el músico que era mi papá y que era mi abuelo paterno, y soy hasta el orador que era mi mamá»

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Para más información:

Sitio web de Abuelas de Plaza de Mayo: www.abuelas.org.ar

Sitio web CoNaDi: http://www.conadi.jus.gov.ar/

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