Constitución: Otra mirada

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“Señorita, disculpe… ¿usted es de la municipalidad? Como la vi ahí anotando… Hace más de un mes que me rompieron el cantero de la puerta de mi casa y nadie lo viene a arreglar. No sé a quién llamar ya. En este barrio siempre es así, dejan todo por la mitad…”.

Si uno se pone a mirar bien, en el barrio de Constitución abundan las mitades incompletas. El cantero del vecino de Carlos Calvo 1320 es sólo un ejemplo. Llama la atención que muchas de las fachadas de las casas están pintadas parcialmente, sólo el frente o uno o dos pisos en el caso de los edificios. Otras están decoradas con azulejos, pero siempre dejando un espacio de pared para que transpire pintadas políticas y declaraciones de amor. Llegando a la esquina de Independencia y Santiago del Estero impacta ver una serie de locales abandonados que buscan dueño, pero que se conforman con ser lienzo para un collage de afiches que promocionan conciertos o políticos, nuevos y viejos.

El ruido ensordece en las avenidas, pero se va apagando a medida que uno entra al barrio. Hay varios locales que venden o arreglan artículos usados, desafiando al consumismo moderno que propone tirar a la basura cualquier cosa que haya dejado de funcionar. Se mezcla el olor a comida caliente de los bares de la zona con el de la basura revuelta en las veredas. Un local angosto en San José y Estados Unidos que bien podría ser una mercería o una panadería luce en la vidriera la inscripción de “Iglesia evangélica” y oculta su interior detrás de unas cortinas blancas tejidas. Recorriendo las manzanas se ven varios autos quemados y desarmados, que nadie se preocupa en sacar. Sobre la calle Estados Unidos, entre Santiago del Estero y San José, un joven simula dormir en la entrada de un local abandonado a mitad de cuadra. Tan abandonado está que ya no se llega a leer el nombre de lo que en algún momento supo ser. Tan abandonado está que cuando una señora se acerca a dejarle un billete de 5 pesos, él se queda mirándola, sin entender por qué.

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