Cuarentena y violencia de género: cuando todo empieza en el hogar

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Las circunstancias que atravesamos ante el aislamiento, social, preventivo  y obligatorio evidencian la extensión de la violencia de género y las desigualdades como problemáticas de raíces profundas que, si bien son denunciadas hace tiempo, hoy pueden verse bajo la lupa ante el protagonismo de un factor clave: el hogar. ¿Qué elementos a menudo invisibilizados saltan a la luz durante la cuarentena? (Foto: Jose Nico para Página 12)


En el mes de abril, se cometieron 20 femicidios. El número asciende a 26 si se empieza a contabilizar desde que comenzó la cuarentena, el 20 de marzo. Aunque quizás sea muy pronto para hablar de las consecuencias sociales de la pandemia, el aislamiento preventivo y obligatorio ante el Covid-19 vuelve a evidenciar que la violencia de género es un problema de raíces estructurales. Esto es algo que los movimientos feministas han logrado posicionar en la agenda hace ya varios años y que hoy se pone de manifiesto junto con otro hecho clave para pensar la problemática – aunque no siempre considerado –:la necesidad de ver al hogar como un lugar donde se anclan las violencias y las desigualdades.

Un dato saliente no solo de las estadísticas de las últimas semanas, sino también de las elaboradas periódicamente por organismos de la sociedad civil, como La Casa del Encuentro: la mayoría de los femicidios ocurren dentro del hogar, siendo los victimarios personas que registran un vínculo previo con las víctimas. De acuerdo a lo informado por la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, las consultas a la línea 144, para asesoramiento, aumentaron un 40% durante el primer mes de la cuarentena obligatoria. En el 48% de los casos el agresor era la ex pareja y en el 44%, la actual pareja. 



Pero además de ser la base de la inseguridad para quienes conviven con el agresor, el hogar es también el foco de desigualdades. Allí, es donde se reproducen las tareas de cuidado no remuneradas, las labores domésticas que sostienen la rutina y que históricamente han recaído siempre, en gran mayoría, en las mujeres. Hoy, en las circunstancias que atravesamos, esa realidad queda aún más expuesta. A la tarea cotidiana se suma también el cuidado de los niños, niñas y adolescentes ante el cierre de las escuelas, situación que se agrava en el caso de los hogares monoparentales sostenidos por mujeres que, en el país, ascienden a un 18%.

“La crisis sanitaria en curso pone en evidencia la injusta organización social de los cuidados en América Latina y el Caribe”, afirma un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). De allí se desprenden algunos datos que muestran la extensión del problema en toda el territorio: con anterioridad al Coronavirus, en los países de la región sobre los que se dispone de datos, se registra que las mujeres destinaban a las actividades de trabajo doméstico y de cuidados entre 22 y 42 horas semanales. De acuerdo a datos oficiales del INDEC, en Argentina las mujeres dedican un promedio de 6 horas diarias a dichas tareas.



Durante la cuarentena, esta situación también se combina con el alto grado de informalidad y la necesidad de contar con equipos necesarios para trabajar a distancia que, claro está, solo es factible en determinadas ramas del mercado laboral. El servicio doméstico es, por ejemplo, es un rubro ampliamente afectado, que además se encuentra feminizado. De acuerdo a un informe realizado por Natsumi Shokida para Economía Femini(s)ta, las mujeres ocupan un 97,9% del sector, «que presenta la tasa de no registro más alta y los ingresos promedios más bajos, tanto de bolsillo como por hora trabajada».

Las desigualdades estructurales son parte de una denuncia permanente de los movimientos feministas, pero en estas circunstancias, los factores sobre los que se construye se hacen evidentes. Así, el factor socio cultural, que atraviesa múltiples situaciones de la cotidianeidad visibiliza la contracara del hogar como ese ámbito donde se originan las violencias, donde las políticas públicas se hacen necesarias.