La movida Pet Friendly: símbolo de respeto animal

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Para muchos de nosotros, los animales son parte de nuestra familia. Tenerlos de casa es una costumbre que viene desde hace muchos años, pero siempre puertas adentro. Tal vez con el auge de las redes sociales se haya incentivado a esta movida conocida como Pet Friendly, que lleva tanta gente adherida. El término se refiere, en gran parte, a una nueva socialización de las mascotas en lugares públicos. Actores, cantantes, bailarines, conductores de televisión se autodefinen como amantes de los animales. Pero también hay sitios que incorporan a nuestros mejores compañeros a sus actividades.

En muchísimas ciudades del mundo esta humanización de los animales se ha convertido en una especie de política de convivencia. Son ejemplos Madrid, Berlín, Frankfurt o Miami. Allí, los establecimientos pet friendly están a la orden del día. Existen hoteles, spa, medios de transporte, tiendas de moda, bares y restaurantes, hasta eventos dedicados exclusivamente para que los perros entren en contacto con otros perros, que deviene en que los dueños se hagan amigos. En Argentina, existe una variedad inmensa de servicios que proponen un nuevo universo de ventas, los cuales incluyen o tienen como principal destinatario a los amigos de cuatro patas. Los datos indican que el 80 por ciento de los argentinos tiene mascota y, si hablamos particularmente de la Ciudad de Buenos Aires, hay entre 800 mil y un millón de gatos y perros domésticos. Su amor incondicional genera que queramos mimarlos y humanizarlos casi al límite.

Estos lujos no son más que el extremo del amor que provocan las mascotas y que quizás hacen más felices a los amos que a ellos. La realidad dice que ni gatos ni perros necesitan más que un poco de atención, amor y lo que propuse como central en esta nota, el respeto. Ni siquiera creo que se necesite tener mucho dinero para alimentarlos ya que un perro, por ejemplo, se conforma con cualquier comida. Un ejemplo de esto se puede observar en los lugares más humildes, en las villas, que las familiares reparten lo poco que tienen con cualquier cantidad de animalitos que merodean sus hogares.

El otro lado de la moneda: ciudades como Rosario han cerrado plazas al ingreso animales. La Ciudad de Buenos Aires, la cual se autocalifica como pet friendly cuenta con muchas personas reacias a esta inclusión. Respetable, claro está, ya que no todos los dueños saben ubicarse en los lugares en los que están y dejan que sus mascotas, que no entienden sobre comportamientos diferenciales acorde al lugar en donde se encuentran, causen destrozos.

La televisión se ha hecho eco de este tema. Hace unos años, el programa de Raúl Portal, El portal de las mascotas. Hoy podemos hablar de una nueva apuesta, mucho más susanesca, en  Telefé, “Diversión animal” con la conducción de Denise Dumas y la producción de Gerardo Rozin en coproducción con “Zoofilms” (www.zoofilms.com.ar) una empresa que hace muchísimos años trabaja de manera admirable, filmando novelas, publicidades y series de TV con distintas especies, demostrando que los animales responden a los que les dan amor y no a los que los maltratan. Zulma, la encargada de llevar adelante todo el proyecto de “Zoofilms” es una abanderada pet friendly y ama su trabajo. Ella resalta permanentemente la importancia de adoptar animales callejeros o ayudarlos a salir de esa situación y en caso de no poder conservarlos, darle “tránsito” en el hogar hasta que otra familia pueda hacerlo.

El tema de la suciedad de los perros en las calles, es un tema que preocupa y puede ofuscar a los vecinos de aquellos que no se responsabilizan de limpiar lo que hacen sus mascotas. Hace un tiempo el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires propuso que los animales cuyos dueños responden ante los actos de los perros, lleven un collar verde como símbolo de pertenencia a al grupo de los que limpian la calle. Pero no dio resultado, claro está, nadie salió a comprar un nuevo collar. Creo que sería más fácil apelar a la conciencia para que este símbolo que intentaron darle al collar, sea llevado en la mente de cada uno cuando saca a pasear a su amigo canino.

Es importante aclarar que entiendo que hay mucha gente a la que puede no gustarles “convivir” con los animales. Así como hay familias que sufren de alergias y no pueden albergar animales en su hogar, también están las que por una mala experiencia no quisieron volver a tener mascotas. Con todo este relato no quiero poner en tela de juicio la elección de tener o no a un gato o a un perro viviendo en casa.

Para terminar, les comparto una reflexión. Recuerdo hace unos seis años, la perra caniche toy de mi abuela estaba pasando unos días en mi casa. Era muy cachorra y como es conocido, son perros muy sensibles a las quebraduras en esa etapa de sus vidas. Dolce, jugando, se chocó contra la puerta de un armario y se quebró una patita. Con urgencia llamamos a una remisería de confianza y pedimos un auto para que nos lleven hasta la veterinaria más cercana. El chofer se vio muy molesto con la situación. La perra lloraba, temblaba, y el hombre, resoplando, no tuvo más que repetir mientras transitábamos las quince cuadras que nos separaban del destino “tienen que avisar si vienen con un animal”. Hay algo claro: el hombre en parte tiene razón, podemos elegir quererlos como a nuestra familia o no. La pregunta que me hago hasta el día de hoy radica en saber qué le pasa a una persona si no se conmueve ante un ser vivo que llora, ya sea por dolor o hambre. Y esto puede ser llevado al plano de las personas que están en la calle, y que en vez de pensar cómo ayudar, las obviamos. Seguramente me podrán objetar: el hombre estaba trabajando, quizás tenía un mal día y encima, estábamos nosotros con la caniche toy que lloraba. Pero este punto ya dista de querer ser pet friendly o no. Son famosas muchas historias de animales que ayudan a llevar una mejor vida a niños con capacidades diferentes, y a ellos no les importa cómo somos o si molestamos, por el contrario, ayudan sin más. ¿Hay límite en el amor por los animales, sabiendo que el que ellos nos dan no tiene? Entiendo que es una respuesta muy personal, pero hay una barrera moral: el respeto.

Para saber más

  •         54% es considerado un miembro más de la familia.
  •         25 % es equiparado a un hijo.
  •         12 % es asimilado a un amigo o compañero.
  •         9 % es evaluado como mascota.