Un flash que nunca llega

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“Rita, la salvaje” fue el nombre artístico de una bailarina y desnudista famosa de la ciudad de Rosario en los años ‘60. Su nombre recorrió los mejores clubes de striptease y cabarets rosarinos, y pronto se convirtió en un símbolo de la ciudad y en una leyenda argentina. Desde 2005, Maripily Álvarez Toledo revive el personaje que vuelve a ser nombrado en la noche porteña. De día, un estudiante de la Universidad de Buenos Aires y maquillador profesional. De noche Rita, bailarina, stripper y capocómica, dueña de la oscuridad.

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Ph: Julio Alejandro Lago

Fiesta Whip

 ¿No me vas a decir tu edad?

Yo siempre tengo 18 años. Una vez se filtró que tenía 19, y al otro día apareció prendido fuego el Registro Nacional de La Plata.

¿Quién es Rita la Salvaje?  

Rita vive de noche y en la oscuridad, como las cucarachas. Sólo con el tiempo y la popularidad pude darle una estética más femenina. Vulgar, pero femenina al fin. De día soy un estudiante de la UBA, recientemente soltero y adicto al cine y la lectura.

¿Un atardecer tranquilo o el furor de la noche porteña?

Un atardecer tranquilo previo a una noche de furor, sobre todo desde mi reciente soltería.

¿Rita forma parte de tu identidad?

Muchas veces un personaje es una herramienta para canalizar y decir lo que uno como actor-persona no se anima. Yo mantuve el personaje durante 8 años, y llegó un momento donde empezaron a rozarse aristas entre ella y yo. Me expreso a través suyo. Si lo dice una rubia con pollera corta, piernas excepcionales y tacón y tetas peludas, la gente recibe el mensaje.

Dicen que los hombres no entienden a las mujeres, ¿cómo hiciste para dar vida a un personaje femenino?

Vengo de una casa de muchas mujeres y Rita tiene un poco de cada una de ellas. A diferencia de muchas Drags, ella no es una exageración de lo femenino, sino un homenaje a la mujer como luchadora –y en eso me siento muy identificado con el pensar de Almodóvar. Con Rita trato de sacar a la mujer de su rol establecido y mostrar que se puede ser la diosa de un boliche o una fiesta y discutir de política o economía en una reunión.

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Ph: Julio Alejandro Lago

Fiesta Whip

¿Qué es lo que más disfrutás de la puesta en escena?

Los momentos que paso con mi compañera, Rocío Rodríguez. Nos ponemos las pilas cuando nos producimos, nos ayudamos cuando un look no resulta como pensamos, o cuando ni siquiera llegamos a pensar previamente en un look y te las tenés que ingeniar en el mismo momento. Es la parte donde tenemos que hacer magia: la más divertida.

¿Y lo que menos disfrutás?

Detesto la pregunta: “¿De qué te disfrazaste hoy?”. Las Drag y transformistas no nos disfrazamos, no vamos de Barnie o los Teletubbies. Nos producimos. Es una fiesta, no es un pelotero, y lo que molesta es la falta de respeto.

¿Qué es lo que la gente todavía no entiende del personaje?

La tratan de travesti como si eso fuese algo ofensivo. Lo que ofende es su ignorancia.

¿Has sufrido algún tipo de violencia por tu profesión?

Sufrí un ataque homofóbico en la puerta de Esperanto. Mi ex pareja y yo fuimos brutalmente golpeados, y el boliche no hizo nada. Hay mucha gente que cree que porque soy linda, sexy y rubia, tienen derecho a faltarme el respeto. La justicia es divina.

Y tu familia, ¿cómo lo tomó?

Mi familia me banca incondicionalmente. Saben que soy una mujer fuerte. Irónicamente, salen sólo donde va Rita. No les gusta mucho la noche.

¿Es difícil acceder a los primeros lugares en Buenos Aires?

Rita viene del under. Aunque estoy en una fiesta que mete mucha gente, no me gustaría estar en otro lugar donde tuviera que pasarme la noche arriba de un escenario y no pudiera interactuar con los demás. Eso es lo que nutre mi relación con el público. A la gente le gusta que le digas “me gustó el estado que pusiste anoche en Facebook”, o que le preguntes cómo está. Eso es lo que hace tan querible a Rita.

¿Se puede vivir de la profesión?

No es mi caso. A veces cobrás, pagás algún impuesto, cargás la Sube y lo demás lo guardás para reforzar algún look. Todo eso cuesta mucho, hay que invertir en buenos maquillajes para cuidar la piel, y la gente está pendiente de lo que te pones o ya te pusiste. Eso importa.

¿Qué les dirías a los jóvenes que se incursionan en el transformismo?

Sean respetuosos. Todavía hay tiempo para dejarlo todo en el escenario. Vi a muchos nacer y morir en la noche. No se mueran por tener un flash o ganarse el aplauso que a veces nunca llega. Primero hay que instruirse y pensar que uno es la imagen de un boliche, esmerarse un poco por crear algo que artísticamente sea interesante y único.

Nota del autor:

Las fotos de la nota y de portada pertenecen a Julio Alejandro Lago, fotógrafo de Fiesta Whip.