Reseñas Caprichosas – «Nací en el cine» de Pablo Queralt: el arte como refugio

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Nací en el cine (detodoslosmares, 2018), de Pablo Queralt, despliega un monólogo poético en el que se expresan con fluidez las sensaciones que se pueden experimentar en la relación con la pantalla cinematográfica. Con una voz definida y un hábil uso de la intertextualidad para hacer referencia a películas y personajes, el autor redescubre las huellas y aprendizajes que dejaron su paso por las butacas.  



Sobre el autor

Pablo Queralt  nació en Buenos Aires en 1955. Es médico y poeta. Publicó, entre otros títulos, Cansancio de lo escrito (2001),  Un seductor mañana (2004), Poema de la nieve (2009), Escribí mi nombre (2010) y 89 golpes y un whisky (2010). Fue traducido al catalán y al italiano y figura en dos antologías de poetas de Buenos Aires. Es curador de poesía de la Biblioteca de San Isidro y colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y el diario Punto Uno de Salta.

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El arte como refugio

La poesía puede ser un instrumento poderoso a la hora de transmitir experiencias íntimas que dejan huellas en lo más profundo de la interioridad. Nací en el cine (detodoslosmares, 2018), de Pablo Queralt, va por ese camino: el de transitar las marcas que la relación con el arte cinematográfico crea a lo largo de la vida, y redescubrir en ellas una historia de aprendizajes y sensaciones que moldean lo personal desde una simple butaca.

Con una escritura fluida, Queralt construye un monólogo poético en el que traza las vivencias del espectador que protagoniza el libro, adelantando y retrocediendo etapas, sin necesariamente seguir un orden cronológico. Así, puede leerse entre las primeras líneas: “…ya a los tres años salté de los brazos de mi madre a abrazar/ el paraguas de Mary Poppins a volar entrando por la pantalla/ siempre me entregué fascinado en ese trueque a lo que narran/ los cielos de una galaxia a otra del callejón en esa lúbrica de agua”. Estos versos muestran lo que será una constante: la fusión con lo proyectado para desplegar universos totalmente nuevos que se entremezclan haciendo uso de la intertextualidad. 




Películas, personajes e intérpretes se superponen unos con otros, dando lugar a un amplio tejido en el que se evocan recuerdos y también imágenes que se despegan de lo terrenal.  Y una y otra vez al momento de acercar la cara/ que se abre a algo como esa sensación/ de que el cuerpo flotará que nos hace libres/ es una llave/ si acercás tu cara a la pantalla ellos te traspasan/ y es ese sol naciente que deja ese aire denso/ esfumándose con un sueño dorado/ que te tiene para ser volado”, dice Queralt. En un movimiento continuo, el autor se sumerge en la memoria, borrando la frontera con la ficción, creando un entorno onírico donde los límites de una sala de cine se diluyen.

“¿Todavía creés que el tiempo es real?”, dice el autor y, con esa frase, deja ver el esqueleto del poemario: escapar a toda clase de linealidad, no aferrarse a lugares estancos ni escenas fijas para expresar el sentimiento de identificación al que conduce la experiencia cinematográfica. Nací en el cine es entonces un libro en el que se cruzan lenguajes y se construye al arte como un refugio, pero también como una forma de vida. 



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