En El trabajo de los ojos (Entropía, 2017), de Mercedes Halfon, se encuentra una de las tendencias narrativas de la actualidad: la potencia y la belleza en espacios redes. A través de una enfermedad en la vista y la muerte de su oftalmólogo , es posible reconstruir la vida personal y sentimental de una mujer que es madre por primera vez. Para ver cómo se siente habitar un mundo con un filtro especial, esta nouvelle se nutre de recursos poéticos para motorizar su relato.
Sobre la autora
Mercedes Halfon nació en Buenos Aires en 1980. Se dedica a la práctica e investigación de artes escénicas y literatura. Ha publicado textos breves de narrativa, una novela en colaboración y poesía.
Ver cómo se siente
Además de gestos, rasgos y costumbres, las enfermedades también son hereditarias. Algunas pueden marcarnos para siempre, como es el caso de las relacionadas con la vista. En esa dirección, no es lo mismo habitar un mundo al que no se puede ver con normalidad sin la ayuda de la técnica que haber transitado una infancia sin turbulencias ópticas. El trabajo de los ojos (Entropía, 2018) de Mercedes Halfon describe cómo se siente ver el mundo con la preocupación en la salud ocular como tema central.
Una mujer que sufre de estrabismo hereditario (la misma enfermedad que Jean Paul Sartre o Néstor Kichner) pierde a su oftalmólogo de toda su vida y empieza a reflexionar sobre su vida personal a través de esa particular mirada que necesita de un esfuerzo mayor para enfocarse. Esa correlación entre la vista y la vida personal, será una constante en el libro: «Siempre fuerzo el ojo más débil, en mi caso el izquierdo, para ver las cosas que están lejos. Es una máxima que puedo aplicar a otros aspectos de mi vida. En vez de apoyarme en lo que funciona bien, pongo sistemáticamente la energía en lo que falla».
A partir de capítulos breves, o muy breves, la historia que se narra en El trabajo de los ojos se motoriza a través de momentos de gran fuerza poética, donde la calidez de la narración le gana a la prepotencia de las acciones. Como gran parte de la producción literaria de esta época, esta nouvelle hace de los espacios reducidos un hábitat ideal para condensar frescura y profundidad. Puede leerse, por ejemplo: «Como en todo proceso de construcción – en este caso del mundo-, cuando empezamos a notar los procedimientos es porque algo se está malogrando».
Fluida e interesante, la historia que se cuenta en este libro se nutre de recursos como el ensayo breve, la prosa poética, la historización, las escenas cotidianas y el diálogo interno de una protagonista que atraviesa su maternidad al mismo tiempo que se trata el estrabismo con una persona nueva tras décadas de visitar al mismo doctor. En ese momento de caos y desorden, hay lugar para la ironía y la sutileza: «Flaubert escribió que Dios estaba en los detalles. Supongo que jamás habrá tenido problemas en la vista».
En definitiva, El trabajo de los ojos, de Mercedes Halfon, es un libro que en su brevedad puede saciar distintos tipos de sed. Quien busque una historia interesante, una narrativa con pasajes poéticos o simplemente una muestra de la literatura que se escribe en la actualidad, en este libro va a encontrar una respuesta más que atractiva para todas esas inquietudes. El resultado final, va a ser encontrar a una autora que, con su registro cautivador, permite al lector ver cómo se siente habitar un mundo que nunca se pudo apreciar en plenitud.
